"Y así empezó el desorden de nuestra protagonista, el cual nunca pensó en estar en una posición."-
¿Que es la perfección?
La perfección para muchas personas; es estar con un cuerpo que deslumbra, delgada, lindo pelo, alta, pechos increíbles, trasero grande, cintura de barbie. En pocas palabras una muñeca Mattel.
Eso no importa ahora, nunca me había preocupado por mí físico ¿el que dirán las personas?, mucho menos quienes eran Ana y Mía.
— Diana, baja ya — grité desde las escaleras.
— Voy, no es necesario que grites ¿o sí? — exclamé.
— Hola princesa, ¿cómo estás? — preguntó papá con un gran beso.
— Bien, porqué tengo el mejor papá de todos — le di un abrazo.
— Y yo tengo la mejor hija, pero es hora de que te vayas a la escuela —
— ¿Tengo qué ir? — puse la típica cara de cachorro.
El día comenzaba bien, como cualquier otro día de mí vida y en una escuela de lo suburbios.
— ¡Eeeey! — exclamó Cassandra.
— ¡Eeeeey! — dije — ¿Cómo estás? —
— Hace tiempo que no te veo — se abalanzó en Diana —
— Solo fueron dos días — reí — Que exagerada por Dios — reí nuevamente.
— ¡LOOOO SEEEEE! — grité.
— ¿Todo bien entre Frank y tú? — pregunté.
— ¡Ahm!, ¿sí? — dijo con los brazos cruzados, y la mirada perdida — Supongo —
— Sabes qué odio que me mientan ¿sí?, se supone que somos amigas — me dirigí al salón.
— No es eso, solo qué.... — no sabía cómo responder a eso.
— ¿El qué? — pregunté haciendo sueño en mí frente.
— Ya mejor entremos a clases — la empujé hacía al salón.
— No creas que te salvarás de esto — reí.
Las cosas entre Frank y Cassandra, al parecer iban algo mal, pero ella como siempre decidió evadir el tema, así que mejor entramos al salón.
— Hola — tape su rostro con mis manos.
— ¡Oh! — reí — Hola — dije.
— ¿Qué tal? — tiré mí mirada sexy.
— Linda mirada — dije
— ¡Eeeeeey! — dijo Daniel
— ¡Eeeeeeey! — contestó Lucas
— ¡Hola, Hola! — dijo Frank
Estaba harta de tantos "¡Eeeey!" de parte de estos idiotas.
— ¡Ahm!, ¿pueden parar? — pregunté.
— Lo siento — río Lucas.
— Silencio por favor, tenemos un nuevo compañero — dijo el profesor.
¡Vaya!, que terrible ha de ser nuevo, dijo Diana sin tomar en cuenta sus palabras.
— ¡Ahm!, Ho... hola — dije con la cabeza hacía abajo.
— Su nombre es Adrew, es de Canadá, siéntate a lado de la señorita McChrystal por favor. — dirigió su mano hacía mí.
Andrew, él es ese chico que te intimida con la mirada.
— ¡Oye! Diana, ¿quieres salir a comer está noche? — preguntó Michael.
— ¡Ahm!, sí — reí — Por supuesto —
— Estupendo, ¿en el restaurante de comida italiana del puente? — preguntó.
— Sí — sonreí — Sabes qué adoro la comida italiana —
— Lo sé, yo te llamo — le di un abrazo.
Michael se marchó, así que me fui caminando hacía la casa, ya que me quedaba a dos cuadras.
Diana, como cualquier chica de 17 años nunca pensó que ese día la vida le cambiaría y no para bien, y así todo sucedió.
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Gracias a todas por leer mí novela, le estoy dando unas pequeñas modificaciones, más que todo con la ortografía :) gracias.
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Diario De Ana Y Mía : Diana.[EDITANDO]
Teen FictionDiana McChrystal, tiene 17 años. ¿Desde cuándo ella esta buscando la perfección?, acompaña a esta chica en cómo ella cuenta en su dario como vive con sus amigas "Ana Y Mía" y como poco a poco ella enfrenta que tiene un desorden alimenticio.