CAPÍTULO 25

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ALFONSO

La reposo con suavidad sobre la cama y la observo en silencio. Su respiración está agitada. Me mira y su bella sonrisa aparece, la misma que me cautiva siempre

—Ven —pide y yo sonrío más ampliamente pero sólo me quedé allí parado. Observándola, observando esa belleza que me tiene tan enamorado.

Se levanta quedando arrodillada en la cama. Rodea mi cuello con sus delicados brazos y me besa. Cómo sólo ella sabe hacerlo. Siento sus manos encontrar lugar bajo mi camisa y al poco rato se deshace de ella completamente. Besa y acaricia mi pecho, sutilmente haciendo que mi piel se erice y su mano se dirige a los botones de mi pantalón desabrochándolos y deshaciéndose de el por completo. Mi respiración comienza a agitarse cuando siento su mano acariciar mi miembro por encima de la tela del bóxer el cual pugnaba por salir

Luego de quitar última prenda me acerca un poco más tomando mi miembro en su mano. Me mira a los ojos y sonrie dándome a entender lo que haría... ella quería eso... y gemí cuando lo tomó con sus labios y lo envolvió con el calor de su boca haciéndome sentir en el paraíso durante unos segundos. Cuando siento que no voy a soportar más la aparto delicadamente de mí. Necesito sentirla ahora. La recuesto en la cama y me arrodillo en el colchón. Desabrocho su jean ante su intensa mirada azul dejando al descubierto un tanga blanco de encaje.

Deslizo el jean por sus piernas de una vez y le quito su blusa dejándola sólo en ropa interior.

Me vuelvo a recostar sobre ella, dándole un suave beso para luego dejar pequeños besos en su mejilla. Bajando hasta su cuello para luego llegar a sus pechos. Rodeo su sostén a un lado liberando uno de sus pechos y lo capturo con mi boca. Ella gime suavemente al sentirme y sus manos comenzaron a vagar por mi cuerpo ya desnudo.

—Eres tan bella —Susurré una vez que bajé besando su vientre. Ese lugar donde posiblemente se albergaba mi hijo. Sonrío luego de dejar un casto beso en su plano vientre y levanto la mirada. Ella me mira enternecida. Ambos lo sentimos y ella comprendió el porqué de mi beso y mis caricias en ese lugar.

Cuando la tengo completamente desnuda, acaricio todo su cuerpo y mis dedos encuentran lugar en su cálido centro. La escucho gemir, siento su deseo con cada movimiento suave y mientras la beso y juego con su punto más sensible. Sus caderas comenzaron a moverse por inercia y me detuve cuando sentí sus músculos contraerse alrededor de mis dedos a la vez que su espalda se arqueaba y sus gemidos eran más fuertes. Sonido que me encendía aún más.

No esperé un segundo más. Me posicioné entre sus piernas haciendo que nuestros sexos rozaran.

—Te amo —Susurré a su oído y la miré a los ojos para luego penetrarla lentamente. Nuestras miradas seguían conectadas al igual que nuestros cuerpos. Su mirada cuando estaba dentro de ella era algo que no me cansaría de ver. Comencé a entrar y salir de su cuerpo con un movimiento constante, ni lento, ni frenético, acariciando cada centímetro que lograba alcanzar y veía en su mirada cómo lo disfrutaba mientras yo volvía a sentirme vivo estando piel con piel con ella. Algo que jamás he sentido con ninguna otra persona, sólo ella logra hacerme estremecer con cada contacto.

 ANAHÍ

Disfruté estar conectada con aquel hombre que tiene mi corazón en sus manos. Sentir su piel cálida en contacto con la mía, sus besos tibios en mis labios. Sus manos acariciando con delicadeza cada parte y su mirada sobre la mía haciéndome perder completamente en ella mientras me embestía con un ritmo constante saliendo y entrando de mí haciendo que una oleada de calor me invadiera completamente por todo mi cuerpo, pequeñas descargas me recorrían toda haciéndome retorcer y arquear automáticamente.

Cierro los ojos y me dejo liberar, no puedo contenerlo más. Lo miro a los ojos y los cuales tiene cerrados y su mandíbula apretada a la vez que se descarga en mi interior.

La emoción mezclada con las sensaciones físicas me sobrepasaron y un par de lágrimas se escaparon de mis ojos. Lo amo, pero aún duele todo lo que hemos pasado en los últimos días.

—Amor ¿Qué pasa? —Pregunta un poco preocupado —Estás bien? —Intento sonreír y seco mis lágrimas las escasas lágrimas que recién resbalaban. Me incorporo y sin responderle, alcanzo mi bolso que cuando entré a la habitación dejé encima del buró. Saco aquel temido sobre con el resultado de los análisis.

—Ten —Se lo extiendo — ¿Quieres abrirlo? — Él toma el sobre sin dejar de mirarme a los ojos. Y muestra una pequeña sonrisa. Me quedo a la expectativa mientras lo abre y siento que el tiempo es eterno mientras lo lee y al terminar levanta la mirada hacía mi. Una mirada que no sé interpretar en aquel instante

—Y? ¿Qué dice? —Pregunto temerosa mientras su silencio hace que mi corazón lata frenéticamente

—Embarazada

Mi mundo se detiene en aquel momento al igual que mi respiración y me quedo quieta. Intentando asimilarlo en ese mismo instante lo cual es imposible. Tener la sospecha era una cosa, pero escucharlo ya era diferente, y debo admitirlo: Éste momento no es el adecuado y tenía miedo de cómo íbamos a sobrellevarlo. ¿Tendríamos que decirle a Brianna? ¿Cómo tomaría el hecho de que estoy esperando un hijo de su papá? Me odiará, sé que me odiará y esto lo empeorará todo

—Any ¿Estás bien? Hey! te acabo de decir que seremos padres

—Lo sé! Te escuché —Me levanto de la cama y busco una bata. El me mira perplejo mientras parece estar buscando que decir

—¿Y? —Es lo único que logra preguntar

—Alfonso, necesito pensar algunas cosas ahora, por favor ¿Me dejas sola?

—Pero ¿Qué tienes que pensar? No hay nada que pensar Anahí, tendremos un hijo —Me mira indignado —¿Por qué es tan malo?

—No es malo! —Corrijo —Pero tengo que asimilar algunas cosas. —Lo miro echando mi cabello hacia atrás —¿Qué le diremos a Brianna?

—Todavía es muy pronto —Aclara y tiene razón

—¿Y después? En algún momento tiene que saber que tendrá un hermano y no creo que lo tome bien

—Bueno quizá más adelante ella te recuerde Any y será feliz de saber que le daremos un hermano, te lo aseguro

—Poncho las cosas no son tan fáciles! Cuando Brianna se entere que tú no eres su padre biológico se pondrá mal. Tendremos otra cosa con que lidiar, ni siquiera sé si me aceptará cómo su madre y ahora, todo esto y teniendo un bebé en camino el cual también tenemos que cuidar y procurar que esté bien —Me detengo dándome cuenta que todo aquello lo he dicho sin respirar y tomo un respiro —Será difícil, no quería que las cosas fueran así—Mi vista se empaña con las lágrimas que comienzan a acumularse allí. Él se acerca a mí y me abraza

—Si estamos juntos vamos a poder con todo ¿Si? No te voy a dejar sola en ningún momento, los dos estamos en esto y al final vamos a ser felices con nuestros hijos —Cierro los ojos al escucharlo. Había sonado tan hermoso lo último que dijo que me conmoví. Se separa de mí un poco y me mira directamente a los ojos — ¿Aun quieres que te deje para pensar?

—Por favor. Necesito aclarar mi mente —Agradecí que comprendiera. Sonríe y deje un beso en mi frente y otro en mis labios

—Te amo. No lo dudes nunca —Asiento con la cabeza. Secó un poco mis lágrimas con la yema de sus pulgares en un tierno gesto. Termina de vestirse y sale de allí.

Me doy un baño cuando caigo en que en realidad poncho tiene razón. No hay que pensar. Estoy embarazada y listo. Tendré un bebé. No es malo y de hecho sería perfecto si se diera en otra situación. Un poco más adelante quizás, pero ya está. Acaricio mi vientre aún plano mientras pienso que allí dentro, pronto comenzaré a sentir mi hijo. Me hace recordar cuando sentí por primera vez a Brianna... debido al difícil momento que fue para mí, sentirla por primera vez fue mágico e inolvidable. Recién caía en que iba a ser madre y de repente comencé a percibir ese amor hacia ella tan inmenso. Sé que así será con este pequeño o pequeña que llevo dentro. Y junto a Brianna se convertirán en mi razón de ser.

Terapia De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora