CAPÍTULO 52

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ANAHÍ

Los días siguieron pasando. Días en los que me he sentido al borde. Por un lado está la salud de mi padre, que no mejora, sigue igual, atado a un montón de máquinas que lo mantenían vivo. Por otro lado está Brianna, quien cada día estaba más extraña, me preocupaba en gran manera que casi no ha estado en casa, llega tarde en las noches y no quería decirme con quien está saliendo, y por otro lado estaba lo de la custodia de Dylan. Bueno al menos a estas alturas es un tema que está llegando a un desenlace.

Fueron necesarios varios minutos para que el juez diera el veredicto final luego de haberse dado las diferentes opiniones por parte de ambos. Noté a un Alfonso un poco extraño, diferente a lo que me imaginaba y ahí caí en cuenta de que tal vez me estaba hablando con la verdad. No tuvo ni la mínima intención de hacerme quedar mal frente al juez para quitarme a Dylan, sólo defendía su parte para no perder beneficios pero fue un juicio bastante tranquilo. Después de algunas objeciones, explicaciones finalmente el juez entrelazó sus dedos por encima de la mesa como si estuviera analizando muy bien el caso.

—Como saben, hay igualdad de derechos sobre los hijos entre ambos progenitores —Explicaba el juez — y dado a que no hay cargos criminales, ni abusos, ambos están en su sano juicio, tampoco hay problemas de drogadicción ni alcoholismo no se le prohibirá a ninguno de los parientes estar con el menor. Por lo tanto se le concede la custodia compartida. Ambos tendrán acceso a su hijo por tiempo compartido es una criatura que merece y necesita el cariño y el apoyo tanto de su madre como de su padre para tener una infancia feliz que es lo que realmente importa aquí. Además, considerando que el padre no estuvo con él los primeros años de vida tiene derecho a vivir con él durante dos meses seguidos. Luego podrán dividirse el tiempo de forma equitativa


El juez terminó sus palabras con el sonido de su instrumento de madera contra la mesa y luego se paró dando por finalizada la sesión.

Por un lado sentí un poco de desánimo. No podía imaginarme días enteros sin Dylan. ¿Cómo iba a estar sin mí bebé dos meses si con tan sólo unas horas qué lo dejo para ir a trabajar ya siento que lo extraño? Me refugié en los brazos de Eddy quien no se había despegado de mi lado ni un segundo y podía sentir la mirada de Alfonso sobre mí.

Estos últimos días nuestra relación ha seguido distante. No me ha vuelto a reclamar por lo de Eddy, es cómo si poco a poco estuviera aceptando que simplemente lo nuestro no va a funcionar. Yo también lo intento. Me habla para lo estrictamente necesario y eso en cierto modo se siente extraño. Sólo vi que me observó por un momento, cuando Eddy me abrazó al finalizar el juicio. Sé que sigo importándole de cierta manera, a pesar de nuestra actual distancia.

—Eddy gracias por todo, gracias por no dejarme sola en esto ¿Sí? —Le digo a Eddy—Ahora necesito irme. Necesito estar sola

—Deja que te lleve. —Sugiere

—Está bien —Asiento y salgo de allí, tratando de evitar contacto visual con Alfonso. Aunque siento que su mirada está clavada sobre mí. De un momento a otro se levanta y camina con precisión hacia mí yo finjo que no lo he visto y trato de alejarme para salir de ahi

—Any — Su voz me alcanza pero no me detengo, el llega a mi lado y camina junto a mí

—Creo que luego podremos acordar lo de Dylan, ahora sólo necesito irme a casa, estoy muerta de cansancio

—Espera —Me toma suave del brazo —Quiero saber cómo estás, nada más. Te noto afectada

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