CAPÍTULO 64

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ALFONSO


Me siento mal por haber comenzado de esta forma la convivencia con Any, peor aún al pensar que discutimos por lo mismo de siempre pero ahora al parecer cambiábamos roles. Yo lo único que quiero es que viviéramos en paz, también quiero el bienestar de mi hija, se me hacía difícil pensar que anda con un muchachito ya que es la primera vez pero lo he pensado muy bien, precisamente Anahí me había llevado a darme cuenta que hay que darle una oportunidad a nuestra hija y ahora ella está en contra de eso. No entiendo nada, realmente.

A la hora de comer, voy a buscar a Dylan, él está en el jardín sentado con su perrito durmiendo sobre su regazo mientras lo acaricia

—Campeón. Es hora de comer

—No quiero comer, papi —Dice sin mirarme y yo me acerqué más a él

—Sabes que es importante que comas ¿No? ¿Recuerdas porque te expliqué que debes comer bien? —Asiente leve con la cabeza

—Para crecer y estar fuerte como tú —Responde haciéndome reír un poco, cuando se lo dije le había causado gracia pero ahora no parece ser igual, está serio y cabizbajo —Pero no quiero. Estoy hablando con Ben de cosas importantes —Arqueo las cejas

— ¿Sí? Y... ¿Puedo pedirles permiso para hablar con ustedes? —El me mira y luego mira al perrito

—Ben dice que sí —Responde y no lo dudo. Me siento frente a él, sobre la grama

— ¿Y? ¿Qué te decía Ben? —Pregunté

—Que está triste —Me preocupo, en realidad hablaba de él

— ¿Y se puede saber por qué?

—Porque tú y mi mamá estaban peleando anoche —dice sin levantar la mirada y me sorprendo. No creí que estuviéramos hablando tan fuerte como para que nuestro hijo nos escuchara, o tal vez no nos dimos cuenta que él estaba ahí afuera en el pasillo, no sé. — ¿Mamá se portó mal?

—No claro que no —Sonrío para tranquilizarlo —Son cosas de adultos así somos. Tú no tienes nada que ver.

— ¿Si te enojas mucho con mamá te vas a ir otra vez? —Dice, sin levantar la mirada. Aquello me traspasó. Dylan es pequeño, pero realmente avispado y me conmueve la forma como a su manera, se preocupa por nuestra familia, noto que el hecho de separarnos en algún momento simplemente lo destruiría y no supe que decir, me sorprendió la forma como ese pequeño analiza las cosas. Mi mira haciendo un puchero y sus ojos se llenan de lágrimas y siento como si me incrustaran miles de puñales en el alma. Desde que lo conocí no lo había visto llorar así, si ha agarrado algunos berrinches cuando no obtiene lo que quiere pero en este momento está más bien triste.

Me acerco a mi hijo y lo cargo, sentándolo en mi regazo, el perrito al sentirse incómodo se levantó y se acurrucó en el piso. Luego sólo abrazo a Dylan

—Eso no pasará campeón. ¡Siempre vamos a estar todos juntos! —Acariciaba su cabello pero él seguía llorando —Tranquilo, fuimos unos tontos al pelearnos así pero te prometo que no volverá a pasar

—¡Pero tienen que decir "Disculpa" y luego darse la mano! —Me mira sollozando y con los ojos empapados —Cuando nos peleamos en la escuela, la maestra nos pone a darnos la mano y así volvemos a ser amigos!

—Está bien —sonrío y le doy un beso en la mejilla —Haremos todo lo que tú digas, le pediré disculpas y no pelearemos más.

— ¿Me das tu palabra de súper héroe? —Pregunta secándose las lágrimas

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