Capítulo 12: Descubriendo la Magia.

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     Yubian observó varios días a Jim y Derek, sin que nada nuevo pasase. A veces volvía a su forma original para descansar. Cuando vio su destino, llamó a Nokam.

     - Señor, pronto llegarán al siguiente reino. ¿Qué sabe acerca de el?.- Preguntó.

     - Oh, el reino de la Magia. Bueno, es un sitio muy poblado, rodeado por poderosas murallas mágicas que impiden el paso de mentes oscuras, no se si podrías entrar. En su interior siempre se crean nuevas pociones y hechizos de magia. Los habitantes son de múltiples especies, aquí no suelen haber muchas personas de la misma raza. Sobre los regentes, el rey Him y la reina Hanna. Tienen una hija de dieciocho años llamada Alana la cual está aprendiendo magia gracias a la hechicera de la corte Magnis. Sé que tienen un libro mágico con hechizos y secretos sobre la magia y portales a otros mundos mágicos al que nadie puede acceder excepto claro está Magnis. Se dice que Alanna será más poderosa que su tutora y que otorgará prosperidad al reino. No se me ocurre nada que puedas hacer.- Dijo Nokam. Después de pensarlo un tiempo, le dijo a Yubian que se infiltrara en el castillo, secuestrara a la princesa y se hiciera pasar por ella. El joven de melena blanca aceptó sin rechistar.

     Jim y Derek se encontraban frente a las murallas de aquel reino, y los Yamikahami les ofrecieron unas capas que les cubrirían sus alas, pues la noche anterior les contaron que cuando el temible Nokam se apoderó del trono, saqueó toda la magia que en el reino había buscando el libro de los secretos, pero al no encontrar nada se marchó. Las alas negras no eran bien recibidas en el reino.

     Los dos amigos se pusieron la manta por encima y se adentraron en el reino tras pasar con éxito la membrana mágica que sólo dejaba pasar a la gente de mente pura.

     Al entrar, vieron una gran senda de piedras brillantes en línea recta, que llevaba directamente al palacio, donde los Yamikahami iban. Al rededor, todo se mezclaba. La gente era de diferentes tamaños, formas y rasgos. Habían seres como los Yamile vendiendo pócimas, algunos con alas transparentes, e incluso gente que flotaba. Habían muchos mercadillos distribuidos de forma casual que vendían toda clase de cosas, como hechizos, ropa o amuletos. Las casas eran generalmente de madera con un tejado de paja, y en su entrada habían faroles de colores. 

     Mientras caminaban por el sendero, Derek olió un manjar desde la lejanía, y decidió ir a investigar, encontrándose con un puesto de comida dirigido por un hombre joven que le recordó a su padre. Lo que olía parecía ser carne con distintos tipos de especias y frutos. Por desgracia, no tenía dinero y no pudo comprar nada, pero a pesar de ello, miró al hombre con tristeza, pues echaba de menos a su padre.

     Jim notó que su amigo había desaparecido, y fue en su busca, dándole las gracias a los Yamikahami por la ayuda, pidiéndoles que les esperaran en palacio, por lo que ellos siguieron su ruta.

     El reino era grande y era fácil perderse, pero siguió buscándole con preocupación durante una hora, hasta que lo encontró en el banco de un parque que había al lado de la muralla. Derek parecía triste, y miraba a la nada con un trozo de carne en la mano.

     - ¿Qué haces aquí?.- Dijo Jim con tono de preocupación.- No tienes ni idea de lo que me ha costado encontrarte, y de lo que tardaremos en llegar a palacio. ¿Qué es eso, carne?, Derek, ¿La has robado?.

     - ¡Pues claro que no!, no soy un ladrón.- Derek hizo una pausa y Jim se sentó a su lado.- Es solo, que olí este manjar desde el camino, y fui a ver que era. El señor que me atendió me recordó a mi padre y, bueno... Le echo de menos. El hombre me preguntó si estaba bien, y le conté que he recorrido un largo camino y hace tiempo que no veo a mi papá, que se parecía a él, y me regaló la comida como regalo deseándome suerte en mi búsqueda.

Las aventuras de Jim: El reinado de Nokam.Where stories live. Discover now