Del Odio Al Amor/Parte 2.

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—Samantha, tienes que dejarlo ir.

Suspiro por quinta vez sin ganas y apoyándome en la pared fría del balcón—¿Tú que parte no entiendes que no puedo?—Le respondo al estúpido de Federico que no entiende mi situación.

—Con él no puedes vivir.—Gruño para mis adentros, hoy estaba de mal humor, mi jefe ha estado más estricto de lo normal y por supuesto conmigo, menos con Ashley, su favorita, uhg... ¡Que sarna!

—¿Puedes cerrar la boca un momento? Es verdad lo sé, ¡Lo admito! Pero ya callate.

—Recuerdo cuando estabas loca por Vincent, babeabas por él y me hablabas todos los días sobre lo hermoso que era.

—Haz silencio Hipster, si no quieres que te tire las cagadas de Haru encima y destroce tu hermosa y preciadas zapatillas.

—Ya entendi Bruja—Llora con dramatismo—, Haru te extraña.—Suspiro sonriendo y recordando a mi pequeño Pug, lo dejé con Federico por que ambos se extrañaban, pesados.

—Ja, cuando salga del trabajo voy a buscarlo.—Me rio y lo escucho también reírse, escucho a mi jefe llamarme a los gritos, grito para mis adentros nuevamente, corto la llamada y camino de mala gana pero siempre educada a la oficina de Clifford Vincent.

—¿Si, Señor?—Entro a la oficina de él y lo veo usando sus lentes mientras revisa papeles con muchísima concentración.

—Quiero un capuchino en 6 minutos si te es posible, hoy me quedaré hasta tarde y si quieres puedes irte a la hora de tu salida, Ashley estará conmigo el resto de la noche, gracias.—Me da una de sus sonrisas sarcásticas e irritantes.
Yo sólo le doy una de mis sonrisas forzadas y salgo de ahí.
Maldición, eso, ¡Maldición!

—Alguien no está de buen humor...—Tararea con una sonrisa Ashley acercándose a Vincent, que sarna me dan ellos, se tocan, se besan, se abrazan o se acarician cuando estoy yo, que incómodo, por suerte no me gusta nadie ahora, prefiero estar soltera en mis épocas difíciles.
Vincent sólo sigue con sus papeles mientras la zorra de su otra secretaria le hace masajes y besa todo su cuello, que asco... Le deja marcas de su labial rojo.

Para mi suerte Ashley no me molestaría en hacerle un maldito capuchino al jefe, asi que me pongo manos a la obra antes de que la zorra arruine mi día.

[...]

—Y así son todos mis días...—Suspiro dejándome caer rendida en el banco del salón, Federico se ríe mirándome y vuelve a mirar al frente. Hoy tengo clases de biología y desgraciadamente estamos dando sobre el tema sexual entre las personas—, Además de que mañana, justamente tengo que acompañar a mi jefe a una fiesta y asistirán personas importantes, incluyendo a la zorra de Ashley...

—Wow, quien lo diría... Tendrás que maquillarte, Sam.—Se concentra en su hoja y escribe tratando de reprimir una estúpida sonrisa que hace que lo mire con mis típicas miradas serias.

—Callate estúpido, te voy a golpear fuera del instituto.

—Deja de ser tan macho y te voy a acompañar a comprarte algo decente para esa fiesta.

Dios, no...

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