Capitulo #3 Stephanie

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A Stephanie la había conocido hace unos años por Rodrigo en una fiesta.
Stephanie era alta, morena con ojos negros, cabello lacio y una cintura que cualquier hombre desearía estar con ella.

Mientras se escuchaba alrededor de la sala  una música de Avicii "Level",  la vi por primera vez, bailando muy sensualmente a escasos metros de mi.

Mi mirada penetaba hasta lo profundo de su alma, el calor que sentía era mayor que  nadie lo podía quitar.

—¡Quieres que te la presente!— grita Rodrigo.

—No, ahí nomás—grité yo.

—No chinges, Robert— cogiéndome de la mano me lleva hacía ella.

—Hola mi amor— le grita Rodrigo besandole la mejilla —te presento a un amigo, él es Robert, y Robert ella es Stephanie—.

Con un beso caluroso sentí lo que ella mismo sintió en ese mismo rato.
Rodrigo al marcharse le susurra algo y veo que ella se ríe.

—Usa condón— me susurra Rodrigo quien se iba marchando.

Así nomás, pensé.  En estos tiempos  ya tener sexo con cualquiera es de lo más normal como ir a comprar pan a la tienda.

-—Ven para aca— me susurró Stephanie, quien me estaba llevando a un lugar mas privado.
Mientras estoy caminando veo como los cachetes de su nalga se mueven tan perfectamente mientras camina, lo que me hace excitar. Al abrir una puerta solo me bastó segundos para entender que lo que quería ella, era lo mismo que quería yo, Sexo.

—¿Porquee me mirabas?—expresó mientras cerraba la puerta con seguro.

—Tienes algo que me envuelve— le dije.

—En serio— susurró a centímetros de mis labios.

Mi alma estaba caliente, en ese momento sólo queria hacer una cosa, romperle la blusa y chupar sus enormes pezones.

—¿Y tu por qué me mirabas?— susurré.

—Porque de todos los chicos que estaban en la sala, fuiste tú quien me comió con su mirada. Abre un poco tu boca— dijo.

Al abrirla se acercó y sacando su lengua me chupó el labio superior y El lado inferior.
—No hagas nada— me dijo.

Quería ya desvestirla y hacer lo que vine a  hacer. Entonces abriendo un poco más mi boca mete su lengua dentro, provocándome que yo devorara su boca intensamente.

Mientras nos besabamos brutalmente, ella me quita la camiseta y la bermuda con la que venía puesto dejándome en mi bóxer de Deadpool.

Ella intenta sacarse su blusa pero al bajarle sus brazos, rompo de un estirón la blusa a la mitad, se saca su brazzier y comencé a chuparle los preciosos pezones morenos que tenía. Una y otra vez mi lengua se paseaba por su pezón mientras que ella sólo jadeaba. Al querer yo besarla de nuevo me susurra —Es mi turno—, entonces bajándome el bóxer me comienza a chupar el pene, con acciones ligeras de adelante hacía atras consigo jadear. Siguió haciendo lo mismo pero esta vez con mas saliva.

¡Ufff, que rico! Pensé, mientras que cogía su cabeza y la acercaba hacía mí cada vez más.
Terminado de jugar con su boca, ella se acuesta con las piernas estiradas a casi 35 grados, yo me arrodillo y comienzo a chupar su clítoris varias veces rozandolo también con la parte superior de mi glande provocando mas jadeos en ella.

—Metemelo— dijo mientras jadeaba cada vez más.

Entonces con una postura recta, tomó sus gruesas piernas y la pongo a 90 grados y ahí comienzo suavemente a penetrar su vagina.

Con embestidas muy fuerte ella y yo jadeabamos cada vez más. Seguíamos en la acción y ya llevabamos 15 minutos en esa postura, hasta que ella para abruptamente sacando el pene de su vagina.

¿Qué demonios hace? Pensé

Rápidamente se arrodilla y salvajemente comienza a succionar dejándome sin nada más que decir, hacía movimientos de cabeza inigualables que me indicaba que la tipa era una profesional en hacer orales.

Tanto era el calor en mí que se acercaba la hora final, sabía que si no se quitaba, iba a acabar en un lugar donde a las chicas no les gusta que acabe.

—Stephanie voy a acabar— grité jadeando.

A ella no lo importó e hizo caso omiso a mi advertencia como si ella quisiera que le acabase en la boca.

Del interior de mi ser expulso toda mi excitación, haciendo llenar toda su boca de semen.
Con un jadeo caigo a la cama rendido viendo como ella se traga hasta la última gota de mi semen.

—Has sido un guerrero— expresó Stephanie.

—Reí.

—Veo que te encanta el sexo salvaje—

—¿Porque lo dices?—

—Porque me rompistes mi blusa favorita—

—¡Ay, lo siento no quise hacer eso!— exclamé.

Sé que tengo mis fetiches, pero la cosa que más me encanta es el sexo salvaje.

—No te preocupes cariño le pediré prestado una camiseta a Rodrigo—.

Al salir del cuarto ella le pide prestado una camiseta a Rodrigo y me da su Facebook y su número, y desde ese día nos convertimos en amigos con derechos. Ella venía a mí y yo la buscaba a ella sólo para una cosa; el sexo mutuo.

Fueron años de continua sensación y aunque ambos tuvieramos pareja seguíamos haciendo lo que mas nos gustaba, hasta ahora que no sabía que le pasaba a mi corazón que se había enamorado de una testigo de Jehova.

—Aló Stephanie— respondí friamente.

—¿Mi amor, qué te pasa?— preguntó

—Nada, solo estoy cansado— dije

—Quiero estar contigo, ¿qué tal si paso a verte?—. Dijo Stephanie

—No, sólo quiero estar solo—

—En serio, nunca has rechazado tener sexo commigo, cuentame soy tu amiga ¿Qué tienes?

—No tengo nada, chao— grité colgandole el telefono

Me enamore de una TestigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora