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¡¡¡Hermanita no me dejes, te quiero mucho y necesito tu ayuda!!!
Me grita Zoe desde una habitación sucia y pequeña además está amarrada y en su delicada y tierna carita tiene morados, trata de estirar su mano hacia donde me encuentro yo.

Me despierto bañada en sudor, son las 2:00 a.m. y con esas palabras que me dijo mi hermana en el sueño no puedo dejar de temblar, me levanto y voy a tomar un vaso con agua. La impotencia de no hacer nada ya me está asfixiando, este peso no lo puedo soportar ya... Necesito actuar.

Voy camino a la LMU, pensado y fumando un cigarro, el humo sale de mi boca y se pierde con cada suspiro en el aire, esto calma mi horrible ansiedad. Recuerdo aquellas palabras de mi padre:"No fumes pequeña niña,yo estoy aquí para calmar lo que esa porquería no puede..."
Lo siento padre, no estás aquí y me has dejado un vacío muy grande.

Recuerdo a mi padre, aquel hombre tan correcto y responsable que me enseñó todo lo que sé. El coronel Milch.
Trabajaba con la justicia del país y a mis recuerdos viene aquella vez que me enseñó sus armas las cuales tenía en una caja fuerte, me iba diciendo sus nombres más no me dejaba tocarlas; me enseñó a pelear y defenderme aunque decía:" yo siempre te defenderé". Como te extraño...
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Cuando salgo de clases veo que Eric está recostado en su moto y me hace una seña con el dedo índice para que me acerque a él.

- No hemos hablado hace mucho!- me dice poniendo una expresión triste pero a la vez graciosa- te invito el almuerzo.
- Ou! Si hace mucho... He estado ocupada cariño- le digo dándole un beso en la mejilla- te acepto el almuerzo pero el otro invito yo.

Me pasa un casco negro con rojo y nos subimos a su moto, me lleva a un pub cerca de allí y nos sentamos en una terraza. Hace un día soleado y el cielo está completamente azul. Hermoso.

Mientras nos traen nuestros filetes a término medio con una copa de vino; me pierdo en mis pensamientos hasta que Eric dice:

-¡ARLET! Tierra llamando a Arlet- dice mirándome fijamente.
-Perdoname Eric- digo imitando una sonrisa falsa.
-Me contarás qué te está pasando, te he visto mal de nuevo, desde la semana pasada. ¿Quieres hablar?
-La verdad es que...- se me llenan los ojos de lágrimas, odio llorar. Respiró y continuo- Han vuelto las pesadillas y quiero hacer algo al respecto más que resignarme a perder a Zoe- bajo la mirada y juego con un anillo que tengo en mi mano.
-Hermosa no te pongas así, me parte el corazón verte mal.

Eric siempre ha sido muy bueno conmigo, es como el hermano que no tengo; a él le puedo confiar mi vida y la cuidaría como si fuera suya. Lo adoro.
Eric está en último semestre de investigación privada, y hará una especialización en criminología.
Las siguientes palabras que me dice me motivan a seguir:
- Te quiero ayudar a encontrar a Zoe, ella también es como si fuera de mi familia.- dice esbozando una sonrisa
- Muchas gracias cariño- le digo y los ojos se me vuelven a poner rojos y llorosos- le doy un fuerte abrazo y se me escurre una lágrima.

Llega nuestro pedido y nos contamos todas aquellas cosas que pasaron en las semanas que no nos vimos.
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Eric se ofrece a llevarme al apartamento así que cuando llegamos lo invito a pasar. Le sirvo una copa de vino y nos sentamos en el sofá.

-Hermosa, tienes que decirme que organización tú padre seguía, así te proporcionare la información que requieras.
-Esta bien Eric, te adoro muchas gracias- le digo sonriendo.
- Te tengo que decir que esto no será un proceso fácil, y mucho menos corto. Yo solo te daré las pistas y tú las sigues no me puedo meter mucho en el caso, Tienes que ser muy fuerte y tener mucho cuidado...

Cuando acabamos la copa de vino Eric se despide de mí y se va.
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