Episodio III

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Lo primero que hace al salir del túnel es prometer que volverá, porque el sucio parece inseguro de dejarlo ir y Jisung no sabe si es porque está herido o porque piensa que lo traicionara, pero quedarse más tiempo en el túnel no les servirá de nada así que sale de allí reconociendo de inmediato dónde se encuentra, sabe que solo tiene que caminar un poco para alejarse de ese desolado lugar. Recibió dinero de Minho, ahora parecía que era un cliente más, porque debía regresar con medicamentos y algunas cosas para curar su pierna, aparte de uno que otro alimento.

Para ser un sucio, Minho tiene bien ordenado ese pequeño lugar, sabe dónde está cada cosa y qué es lo que carece, pero a pesar de ello no se nota que lleve mucho tiempo allí, quizá unos días sin llegar a las dos semanas.

Tiene billetes en vez de monedas, así que compra todo lo necesario tan rápido como puede y regresa con Minho, porque piensa que si esa herida no se cura rápido podría llegarse a infectar. Incluso Jisung piensa en lo que hará si hay que amputar la extremidad. Se escabulle hasta llegar al túnel y sigue la luz de la lámpara de el sucio. Lo ve sacando libros de una vieja mochila y antes de que pueda preguntar, el sucio se gira y deja caer aquello.

— ¿Para que son los libros? —pregunta Jisung.

— ¿Para qué los usas tú? —Responde Minho evasivo caminado con su arma/bastón hasta sentarse sobre un costal de tierra. — Los libros se leen —continúa después de un par de segundos. — ¿Sabés leer? —Jisung asiente. — ¿vas a la escuela?

— Voy, pero no estudio en ella. —Y dice la verdad, porque cada vez que puede va por su hermana menor, y de vez en cuando va para vender lo que le intercambian.

Minho le indica que se acerque y Jisung lo hace, el olor a sangre seca lo ataca con agresividad ahora que el sucio revela su pierna con el vendaje ensangrentado. Se marea, no debería porque esta acostumbrado a ello con los cadáveres, tal vez es porque no trae su cubre bocas o porque Minho gruñe cuando esta apunto de quitar el vendaje. Jisung sabe que debe sacar el alcohol y las vendas que consiguió, así que lo hace sin dejar de mirar como Minho le da vueltas a la tela manchada sobre su pierna, está arrodillado frente a el sucio así que el olor a sangre le llega más rápido, sabe que en cuanto la venda vieja desaparezca la nueva debe ocupar su lugar.

— La bala sigue ahí, así que tendrás que sacarla tú. —Minho lo esta mirando y sabe que está decidido a que sea él quien saque el proyectil, pero esta tan sorprendido que sus ojos no consiguen cerrarse y sus labios tiemblan tratando de formular un "no" — Lava tus manos, tienes dedos delgados así que confiare en que no me harás mucho daño.

— ¡No, ni siquiera te conozco! —Se levanta de un salto y se aleja. Nunca pensó en que la bala seguiría ahí, por eso estaba tan confiado en curar al sucio, pero ahora dudaba de hasta haber aceptado trabajar con él.

— Así que solo sacas balas de gente que conoces... —Pronuncia el sucio enderezando su espalda y recargándose en la pared, su pecho se mueve de arriba abajo mostrando su cansancio, su cabello alborotado sólo sirve para provocar a Jisung.  —Hazlo, te pagare por ello.

— ¡No quiero dinero! —grita para convencerse así mismo de que no lo quiere, pero la penetrante mirada de Minho lo incómoda y lo hace dudar. Se aleja tratando de darse fuerzas para hacerlo o para irse, pero sus piernas tiemblan y jura que si corre terminara cayéndose, vuelve a negar pero en él recae el peso de los ojos del sucio, aunque Minho no lo mira de manera amenazante, más bien suplicante. Jisung se pone aún más nervioso y no sabe que hacer. — Debes ir con un doctor.

Minho se ríe tan bajo que parece molesto, y es normal, porque es como llevar a un conejo a la boca del lobo, a pesar de no haber militares por la ciudad aún hay policías y gente que detesta a los sucios, fácil podrían reconocerlo, porque el sucio esta tan limpio que parece sucio. En su pequeña ciudad ya no hay gente que pueda comprarse buena ropa o cuidar su cabello, solo hay gente que sobrevive como puede y gente que muere, llevar a alguien bien parecido con una herida en su pierna sería escandaloso por tantos chismosos que hay en la calle, su idea era tonta pero le daba un poco más de confianza para sacar una bala.

SUCIO || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora