— Teenie— grito Queenie al ingresar al departamento. Lanzó sus cosas al sofá y corrió a la habitación de su hermana— Hermanita, no puedes seguir llorando por siempre.
—Perdón, no sabía que habías llegado— dijo la bruja limpiando las lágrimas de sus mejillas.
—No me molesta que llores, Teen, para nada, es que no soporto verte así. Yo se que lo extrañas, no importa cuan fuerte quieras parecer, tus pensamientos rebotan por la casa— dijo su hermana— ¿por qué no le escribes? ... quizás aún quede algo por hacer.
— No, él decidió irse y estaré bien... Se que finalmente estaré bien. — La auror se levantó de la cama y secó sus mejillas con las mangas de su abrigo, abrió la puerta y se dirigió a la cocina. Queenie resopló, su hermana era muy terca y estaba perdiendo al amor de su vida por su tozudez. La siguió y vio como su hermana mayor conjuraba frente a la cocina esperando aparecer un plato de comida.
— Se volvió a quemar— dijo la rubia resignada.
—Lo intentaré de nuevo, la próxima semana volveré al trabajo y necesito poder hacer más de un hechizo doméstico.
—¿Estás segura que puedes trabajar así?—
— Claro que puedo— replicó la morena.— Solo necesitaba un respiro, los casos estaban complicados y no estoy en posición de meter la pata, pero ya estoy mejor.
—Si tu lo dice. Toma— le extendió un pequeño paquete café a su hermana— Jacob te mando esto, creo que se lo mando Newt.
—No lo quiero, muchas gracias— respondió la bruja mayor.
— ¿Puedes abrirlo al menos?— Queenie estaba comenzando a desesperarse con la actitud de su hermana— Ya que bloqueaste las ventanas para las lechuzas, al menos podrías recibir esto.
Tina la miró nerviosa, se acercó a su hermana curiosa y dolida, era poco lo que recibía de Newt en los últimos 4 meses.
Newt había recibido una carta del ministerio donde se le obligaba a volver a Reino Unido para apoyar el trabajo del equipo de Criaturas Mágicas. Se le informaba que de lo contrario se le aplicaría una restricción de pasaporte y una gran multa de miles de galeones. El magizoólogo había rechazado muy amablemente varias invitaciones del ministerio a trabajar con ellos, así que esta vez las invitaciones se volvieron en una "amenaza"... a fin de cuenta seguía siendo empleado del ministerio y su tiempo de permiso para el viaje había acabado hacía mucho tiempo.
Newt le pidió a Tina irse con él, pero ella lo rechazó, no podía dejar a su hermana y su trabajo, no tenía nada en Inglaterra, nada excepto Newt Scamander. Y ahora esa decisión le estaba pasando la cuenta, el hombre se fue herido.
Ninguno de los dos se escribió el primer mes, ni el segundo, incluso en el tercero no habían notas, estaban asustados no sabían si recibirán respuestas el uno del otro. El primero en dar un paso fue Newt envió una bella lechuza blanca al departamento de las Goldstein, Tina tomó la nota, la leyó y la rompió. Es noche lloró hasta que amaneció.
La semana siguiente llegó una segunda lechuza y esta vez solo retiro la carta y sello las ventanas. Esa misma semana se reportó enferma, su concentración era nula y no podía terminar ningún caso, su corazón estaba roto y su orgullo se burlaba de ella.
Tina finalmente tomó el paquete café, estaba un poco pesado, Queenie le recomendó ir a su habitación para revisarlo, la morena asintió y dejó la sala. Rompió el papel y se encontró con una pequeña caja negra aterciopelada, una pluma y una nota. Abrió la caja y un dije de plata brillaba dentro, tenía la forma de corazón y dentro tenía un pequeño niffler, era la señal de su amor con Newt. Apoyo la caja contra su pecho y lloró. Lloró como todas las tardes durante la ausencia de Queenie, lloró porque lo amaba y porque se sentía tonta. Lloró porque lo había estado ignorando cuando ella también moría de ganas de saber de él y besarlo. Fue el llanto más amargo de su vida adulta, no recordaba sentir tanto dolor, no en el último tiempo.