—Te amo, te amo tanto— dijo la morena bruja.
Jajajaja— el joven mago río— me encanta verte sonreír, te amo. —Le dio un beso delicado en la frente, nada más bastaba.
Le regalo una sonrisa, mientras el hombre acercaba para quedar con sus frentes unidas.
—No puedo creerlo.—
—Creelo Tina, nos vamos a Londres.—
—Estoy tan feliz Newt, extrañaba tanto a Queenie...—
—Fue un viaje largo, es verdad, pero ya eres una magizoóloga—
—No, soy un auror con entrenamiento en criaturas fantásticas— y le lanzó una mirada cómplice, el hombre la tomó por la cintura y la elevo por el aire por un par de segundos.
— Las niñas de Queenie deben estar enormes, no puedo creer que estuvimos casi tres años viajando por el mundo— dijo mientras tomaba la mano del mago y subía a la plataforma del barco.
— En serio, no sentí que fuera tanto tiempo. Contigo el tiempo nunca es suficiente— dijo sonriendo coquetamente a su esposa.
— ¿Está coqueteando conmigo Sr. Scamander?— pregunto ella con su sonrisa descarada.
— Puede ser señora Scamander, además tengo un camarote muy cómodo en este barco, donde podría invitarla a pasar este largo viaje.
— Que atrevido señor pero, me agrada su estilo— rio Tina y se aferro al brazo del hombre mientras se apoyaba en la barandilla del barco para despedir de su vista la costa del sur de América.
El atardecer se dejo caer despacio y la suave brisa más el sutil balanceo del barco los envolvía en una atmósfera de romanticismo. Unas pocas luces que venían del salón de arriba, donde parecía que se celebraba una de las tantas fiestas que daría el barco para sus huéspedes durante estos días de viajes, iluminaban la cubierta del barco. De repente una música suave sonó y Newt despego su vista del manuscrito que tenía sobre su regazo para fijar su vista en el suave balanceo del oscuro cabello de la mujer que había elegido como esposa, Tina.
La auror mantenía su fija vista en el horizonte, viendo como el mar se tragaba los escasos rayos que había olvidado el sol, parecía pensar en aquello que dejaba atrás y todo lo que se venía en un futuro próximo. Newt dejo su libro a un lado y se acerco por detrás para rodearla en un brazo donde se mantuvo en silencio un par de minutos.
— ¿En qué piensas?— le preguntó en un susurro suave.
— No lo sé, volver a la ciudad, el ministerio. La vida real, asusta un poco— dijo la bruja en un suspiro que estremeció al hombre que la acurrucaba.
— ¿Te puedo contar un secreto? —
— Siempre— respondió la mujer dándole la espalda al mar para mirar los ojos de su esposo.
— Cuando estuve en Hogwarts, dentro de nuestras clases tuvimos que manejar un boggart, el mío era un escritorio. Lo que resulto bastante ridículo para mis compañeros que le temían a las arañas, payasos o algunos profesores.
—¿ Un escritorio?— pregunto Tina confundida.
— Si, un escritorio. La vida de oficina, que nos espera en Inglaterra fue uno de mis mayores temores de niño— Termino de decir el magizoólogo un poco avergonzado.
— ¿Por qué aceptaste volver?— Tina parecía aun más confundida con la declaración de su esposo, casi un poco responsable.— No era necesario volver, la verdad que los viajes han sido muy entretenidos, creo que nunca había visto...
— Tina, no es por ti— interrumpió el mago— bueno, sí, pero no es para que te sientas culpable. Amo la paciencia que has tenido estos años, tu compañía, como dejaste tu trabajo de lado desinteresadamente y por eso mismo, es que siento que necesito hacer algo distinto, tener un lugar más fijo, darte seguridad.
— Newt, yo me siento segura junto a ti, amo nuestra vida, nuestros animales, no necesito nada más— dijo Tina aferrándose al cuerpo del mago que temblaba de la emoción.
— Pero yo sí necesito más, quiero que tengamos una familia. Quiero que algún día tengamos hijos y que puedas sentir la emoción de tener los tuyos propios, cuando hablas de tus sobrinas, tus ojos brillan Tina, yo se que quieres... te vi, en el baño, hace dos semanas y lo frustrada que te sentiste cuando ese test estaba negativo.
— Newt, tú, ¿cómo? — dijo Tina con sus ojos humedecidos y brillantes.
— Yo también quiero, pero necesitamos un lugar seguro y créeme, haré todo lo posible por ser el mejor padre y esposo.
— Ya lo eres — dijo la auror acortando el pequeño espacio que los separaba para cerrarlo en un beso.
— Apenas lleguemos a Londres comenzaremos a intentarlo, ¿te parece?— dijo Newt abrazando fuertemente a la mujer contra su pecho.
— Y, ¿si lo intentamos desde ahora?— dijo Tina riendo sonrojada, mientras tomaba de un brazo a Newt para escapar hacia el camarote.