Yo nací para amarte (RivaMika)

Capítulo VII: Provocación

Cuartel General de la Legión de Reconocimiento

La frialdad de su voz hizo que Mikasa se sobresaltara, no pensó que su capitán se encontraría en la habitación, estaba nerviosa y no era para menos, estaban los dos solos, y apenas había luz en la estancia. Ella se encontraba de espaldas, no quería voltear a verlo, le daba vergüenza después de todo lo que había pasado entre ellos dos aquella noche, ya hace varios días, cuando besó a su capitán.

-He preguntado que hace aquí soldado- dijo Levi, encendiendo una lámpara de aceite

La espalda de Mikasa se tensó, se dio media vuelta y alcanzó a ver el rostro del capitán, estaba frío como siempre, con ese semblante tan característico suyo como si no le importara lo que pasaba, sus ojos estaban puestos en ella, impacientes porque le diera una respuesta...

-Yo, bueno... capitán le he traído algo para comer...se que no ha comido y he...-

-No es necesario soldado que me traiga nada, no tengo hambre, y si no tiene nada más que decirme, ya se puede ir- dijo Levi con seriedad, sabía que estaba siendo más frío de lo habitual con Mikasa, pero no podía venirse abajo, tenía que dejar de pensar en ella como fuera, tenía que alejarla de él.

Mikasa ante estas palabras reaccionó de mala manera, el enano se había atrevido a rechazar su comida -pero quien se creía- pensó Mikasa. Tal vez creía que por ser su superior le iba a decir lo que él quisiera, siempre había sido testaruda y en esta ocasión no iba a ser la excepción.

-Siempre se comporta así, es decir, ¿siempre es tan grosero?- preguntó Mikasa a su superior

-¿Qué ha dicho?, creo que escuche mal- respondió el azabache

-Más bien, creo que tiene muy buen oído capitán ha escuchado bien, HE DICHO QUE SI SIEMPRE SE COMPORTA DE FORMA TAN GROSERA- dijo Mikasa elevando el todo de su voz.

-Como se atreve a decirme eso Ackerman, acaso a perdido el juicio- contestó Levi también elevando el tono de su voz

-Claro que se lo digo, he preparado un poco de comida para usted, y lo único que hace es rechazar mi comida, ¿por qué es tan testarudo?-

-Yo..., yo no soy testarudo, y antes de que te envíe a una celda, por levantarme la voz, mejor vete- dijo volviendo a tutearla.

Mikasa se quedó parada no pensaba obedecerlo, de pronto todo el nerviosismo y el miedo se habían ido, estaba enfadada, por lo menos pensó que iba a comer lo que le había preparado, nunca pensó que fuera tan desagradecido. Era más que evidente que seguía cabreado por lo de la otra noche, cuando ella salió corriendo y lo dejó en la azotea sin darle ninguna explicación.

-No, no me voy a ir capitán hasta que coma lo que le he preparado, se que está enfermo y que no...-

-Ackerman somos soldados- dijo interrumpiéndola -una pequeña fractura no hará que me deprima, no se preocupe, y ahora váyase de mi cuarto- respondió impaciente.

Mikasa avanzó de forma seductora hasta Levi, moviendo las caderas en cada paso que daba, este gesto no pasó desapercibido por el petit capitán.

-No sabía que el soldado más fuerte de la humanidad, fuera un cobarde- dijo Mikasa mirando directamente a los ojos a Levi, ya que en el fondo quería hablar sobre lo que ocurrió la otra noche, y darle una explicación.

Levi la miró con rabia, la chica de alguna forma quería sacar el tema de lo que pasó en la azotea.

-Ahora no es momento para hablar Ackerman le ordenó que se vaya inmediatamente de mi habitación, no me haga tener que repetirlo más veces-