capítulo 15.-La revelación

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Hay un gran caos en la cocina; miles de órdenes están sin atender y varios de los empleados están perdiendo la paciencia con Linguini, ya que este carecía de liderazgo natural para dirigir un restaurante y sin ayuda de Remy...era completamente un desastre.

" ¡No es posible! ¿¡Tu Receta?! ¿¡no conoces tu propia receta?!" Horst reclamó mirando a su jefe completamente desconcertado.

"¡Es que no la escribí...sólo vino a mí!"

"¡pues haz que vuelva a ti ya!" Horst lo presionó. "¡por que esto no sirve así!"

"¿donde está mi orden?" el mesero preguntó entrando a la cocina.

"¿no hay algo más que servir aquí? ¿tal vez algo que no inventé?" Linguini preguntó nervioso.

"Esto es lo que ordenaron" Larousse exclamó enseñando las órdenes en las manos.

"¡digámosles que pidan otra cosa! Digamos que ya no hay" Linguini apuntó.

"No nos van a creer; si va abrimos" Pompideu añadió.

"Tengo otra idea; que tal, ¿si servimos lo que ordenaron?" Larousse replicó impaciente.

"¡lo hacemos nosotros! ¡sólo dinos que hiciste!"Colette argumentó desesperada.

"¡NO SÉ LO QUE HICE!" Linguini gritó en estrés.

"¿¡Y qué les decimos a los comensales?!" Horst demandó.

"Díganles...Díganles...¡Ahhhh!" Linguini gritó en histeria y corrió a encerrarse en su oficina. Todos los demás voltearon a verse confundidos ante el repentino ataque de pánico que sufrió su jefe por el estrés.

Remy se dirigía hacia el restaurante y justo cuando estaba a punto de entrar; Django, Emile y Miguel trataron de detenerlo porque estaba abierto y eso era algo demasiado arriesgado para una rata.

"¡Remy espera!" Miguel suplicó tratando de detener a su amigo. "¡por favor para!"

"¡Remy no lo hagas!" Emile suplicó también.

"¡Remy!" Django añadió mientras intentaban por todos los medios impedir que el roedor se metiera en problemas; Django y Emile lo sujetaban de los brazos y Miguel estaba frente a las puertas de la cocina impidiendo el paso.

"¡no lo hagas, te van a ver!" Emile añadió pero ya era demasiado tarde; las puertas se abrieron y Remy fue descubierto; Emile, Django y Miguel observaban todo a lo lejos.

"¡no estamos hablando de mí, hablamos de lo que vamos a hacer a..." Horst trató de decir hasta que todos presenciaron a Remy en la cocina.

"¡Rata!" Colette gritó horrorizada y rápidamente todos tomaron objetos filosos para atacar y matar a Remy; el ratoncito cerró los ojos a la espera de su destino final cuando Linguini se interpuso enmedio de ellos protegiéndolo.

"¡No...lo toquen!" Linguini replicó molesto y después volteó a ver a Remy con ternura. "Gracias por volver; ¿eh chefcito?" él tomó a Remy cuidadosamente y comenzó a explicar todo el relato. "Sé que sonará loco, pero en ocasiones así suena la verdad; y no significa que no lo sea; la...la verdad. Y la verdad es...que no tengo talento, pero esta rata...es quien inventó las recetas y puede cocinar" el joven continuó con su explicación mientras mostraba lo que hacía Remy al tirar de sus cabellos y después se paraba en su mano. "Es un gran cocinero; se metía bajo mi gorro, controlaba todas mis acciones, gracias a él cociné los platillos que encantaron a todo el mundo; el es la razón de que Ego se encuentre ahí; están dándome el crédito por su habilidad; sé que creerlo es difícil pero oigan...¿creyeron que yo lo hacía no?" él añadió con una risita. "Miren, funciona. Suena raro pero funciona; podemos ser el mejor restaurante de París y esta rata...este brillante chefcito...será quién lo haga. ¿qué dicen, están conmigo?"

Apenas terminó de hablar Linguini que todos se quedaron desconcertados e incrédulos por la disparatada historia; esto ya era la gota que colmaba el vaso, Horst se acercó a Linguini con el corazón hecho pedazos y le entregó su mandil en señal de renuncia, en poco tiempo los demás se fueron del restaurante.

"¿qué pasó?" Miguel inquirió confundido al ver que los empleados se estaban llendo del restaurante.

"Esto no pinta nada bien" Emile observó con tristeza.

"Ay no" Miguel se lamentó.

Colette, se acercó a Linguini alzando una mano en señal de darle una bofetada, pero en lugar de eso...sus ojos se le llenaron de lágrimas y decidió abandonar la cocina.

"¿Colette?" Miguel preguntó observando que la chica se subía a su motocicleta y se iba del lugar sin nada más que decir; Linguini miró a Remy un momento completamente abatido, el pequeño entró a la cocina y se acercó a su tío y a Remy "Oigan...¿qué sucede? ¿por qué se fueron todos?"

Linguini no dijo nada tampoco; simplemente se encerró en su oficina sintiéndose desconsolado de que todo el personal lo había abandonado.

"¿Remy?" Miguel se acercó a la rata. "¿Tú puedes decirme? Linguini no quiso escuchar"

"Todos renunciaron" Remy añadió con tristeza. "Nadie le creyó a Linguini; el trató de explicar que yo lo ayudaba pero..."

"Pero no es ninguna mentira" Miguel respondió. "Yo fui testigo de todo; yo pude haber..."

"No Miguel" Remy replicó con tristeza. "Si no le creyeron a Linguini menos te van a creer a ti que eres un niño; así es como debe de pasar"

"No" Miguel replicó determinado. "Esto no debe ser así"

Mientras tanto, Colette manejaba en su motocicleta y lloraba por la traición de su novio; unos autos por poco la atropellan haciéndola reaccionar y ella se hace a un lado para dejarlos pasar, se detiene un momento y ve en el estante de una librería el famoso libro de Gusteau titulado "Cualquiera puede cocinar" causando una nueva revelación en ella y cambiando su manera de pensar.

A/N: finalmente terminé este capítulo pero...ya quedan tres capítulos más para terminar la primera parte de esta historia y donde será la última vez que verán a Miguel siendo un niño; porque a partir de la secuela será todo un adolescente de trece años así que las cosas van a cambiar.
Bueno, sin más preámbulos espero que disfruten este capítulo. Los amo 😘

Una aventura en París (crossover de Ratatouille y Coco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora