Corazón sin voz

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Aún no amanece pero en unos momentos pondré a llorar a muchas personas, mis padres, familiares, amigos y todos quienes me conocen o bueno me conocieron, para ser más claro estoy sentado en la azotea de mi casa y vivo en un cuarto piso así que probablemente ya entenderán lo que va a suceder.
Les relataré una historia y no cualquiera, es la historia de mi vida, mi historia de amor, el amor de mi vida, la vida de mi amor...
Es inútil intentar contener las lágrimas que brotan por mis mejillas mientras me dispongo a relatar mi historia, nuestra historia, la historia de mi vida, aquella vida mía que terminó hace tres años y que ahora me mantiene cautivo de recuerdos, esclavo de mis penas y mi corazón hundido en un mar de tristezas, un corazón que late con agonía, que maldice cada momento que está dentro de mí, que desearía latir en otro pecho, pues en mí solo sufre, sufre cada que recuerdo y cada que pienso en su nombre, su mirada, sus besos, su voz, maldita la voz y ocasión que la escuché, voz tan melodiosa, voz tan perfecta, voz tan divina, esa voz que se presentó como Ángela, esa voz que me dijo "te amo" antes de desvanecerse...
Bueno, en unos quince minutos amanecerá y será momento de que una melodía suene en mi mente como todos los días a las seis de la mañana así que empezaré...
Mi nombre es Esteban, tengo veintisiete años de edad y ya no puedo más. Lo intenté, juro que lo intenté pero ya no puedo. Relato esto mientras la música de Beethoven se escucha desde mi sala, lo cual podría parecer bastante raro pues yo amaba, realmente amaba la música clásica, pero luego la odié, tiempo atrás tocaba el piano de hecho, hace tres años para ser exacto, luego dejé de hacerlo porque las notas que salían del piano llenaban de recuerdos mi mente, los recuerdos emanaban tristeza y la tristeza me tiene como estoy ahora.
Ya nos estamos conociendo, ¿verdad?
Se preguntarán ¿Qué pasó hace tres años? ¿Por qué odio la música clásica?¿Por que estoy tan triste? ¿Por qué tomo esta decisión?
Ángela era su nombre y sé que podrían asumir que esta es una tonta historia de amor, o más bien desamor como tantas que hay, tantas que han habido, tantas que se narran en los libros y tantas que terminan con un corazón roto por no tener un "vivieron juntos por siempre"...
Ojalá y fuera asi de sencillo, pero esto es real y eso duele, juro que duele saber que la mujer que tanto amé y que tanto me amó ya no está aquí conmigo y que su amor por mí fue tan grande talves el más grande del mundo.
Conocí a Ángela en la universidad, nuestros caminos se unieron por la música, ella amaba cantar y el mundo amaba escucharla pues su voz era simplemente perfecta y yo era quien acompañaba con mis notas de piano esa tan prodigiosa y divina voz.
Pasó algún tiempo y nos hicimos novios, teníamos mucho en común, amabamos la lectura, ella dibujaba y componía canciones y yo pues escribía poesía, la música clásica era nuestra preferida, en verdad nos llegamos a amar, quiza Ángela no fue mi primer amor, pero sí que el último y yo sé que me amaba, me amaba demasiado.
Ella componía canciones para mí y lo mejor era cuando me las cantaba con aquella voz que hubiera hecho llorar a cualquiera pues era sencillamente hermosa. Nuestra relación ya iba por el tercer año, juntos hablamos de una boda incluso y no cualquiera, ella se lo merecía todo y yo quería dárselo, pero no siempre las cosas salen como uno las piensa y aveces la tragedia, aveces el pasado regresan y de alguna manera afectan al presente y arruinan para siempre el futuro...
Olvidé mencionar que padecí por años con problemas del corazón y con el pasar del tiempo se volvía más y más débil, el problema es que también olvidé mencionarselo a Ángela o mejor dicho no lo olvidé, no quería decirle y es que no es tan fácil decirle al amor de tu vida que sufres del corazón y que algún día morirás de manera imprevista.
Pasaban los días y yo me sentía cada vez más débil, poco a poco empecé a alejarme de Ángela pues no tenía el valor para decirle lo que me estaba pasando, es decir que valor podía tener yo si ni siquiera mi cardiólogo tenía el valor de decirme que yo ya no tenía esperanza que lo único que podía salvarme era un donante, algo tan fácil como encontar un donante, uno que llevaba esperando durante todo un año en lista de espera.
Luego de una fuerte recaída dejé de ir a la universidad, pues permanecí internado por algunos días y no tenía fuerzas para nada, apenas pude escuchar cuando el doctor les dijo a mis padres que posiblemente no pase la noche ya que mis signos vitales se iban desvaneciendo y que pronto empezaría a agonizar. Mientras mi madre sollozaba junto a mi cama, le dije a mi padre que buscara a Ángela, quería despedirme de ella, quería perdirle perdón por nunca haberle contado lo que padecía y ya que estaba a punto de irme quería hacerlo escuchando por última vez una de sus melodías, una de tantas que escribió para mí y que me cantaba tiempo atrás.Al rededor de dos horas tardó mi padre para entrar a mi habitación junto con ella, no puedo describir la inmensa alegría y emoción que me provocó verla y la tristeza que por otro lado ella mostró, quise decirle tantas cosas pero ella me interrumpió con un beso y empezó a cantar, nunca pude sacar de mi mente esa canción pero recuerdo que mientras mis ojos se cerraban ella dijo "te amo" y la vi sonreír, sin saber que sería la última vez que miraría esa sonrisa.
No recuerdo cuanto tiempo me ausenté solo recuerdo como un sueño a todos los doctores muy apresurados, por aquí y por allá y al cardiólogo diciéndoles a mis padres "ya tenemos un donante" y ordenando que me trasladen al quirófano. Cuándo desperté mis padres sonreían, el doctor sonría y me dijo que todo había sido un éxito, pero en realidad yo no sabía si sentirme feliz o triste pues ahora tenía un corazón sano dentro de mí y antes de la operación Ángela había cantado para mí, pero ¿Dónde estaba ella?
Cuándo se lo pregunté a mis padres, la sonrisa se borró de sus rostros, se miraron entre ellos y la duda se convirtió en angustia y creció dentro mí...
Por Dios, juro que nadie comprenderá el nudo que se hizo en mi garganta, la ansiedad que sentí en mi pecho dentro del cual estaba latiendo un corazón sano y fuerte pues luego de tanto tiempo esperando un donante se hizo presente alguien, alguien que destinó su corazón para mí, alguien que dio su vida por salvar la mía y sabía que lo estaba haciendo, ese alguien fue Ángela...
Desde que me dieron de alta fui a visitarla todos los días con un ramo de flores a su sepultura durante estos tres años que han sido en verdad una eterna agonía, es decir, en verdad estoy alegre de estar vivo pero ella no está conmigo, ella murió por mí, me regaló su vida y su corazón late en mi pecho.
Durante estos tres años todos los días a las seis de la mañana escucho su voz cantando esa melodía, aquella que me cantó justo antes de cerrar mis ojos, justo antes de cerrarlos sin saber que al abrirlos nunca más la volvería a ver...
Este día pues finalmente he decidido ponerle fin a este tormento, cuando salte desde aquí todo terminará y por fín estaremos juntos, mi amada Ángela lleva esperándome tres años, pero yo la había esperado a ella toda mi vida, el destino nos alejó, mas el amor, nuestro amor fue el más fuerte del mundo...
Luego de saltar, al morir cerraré mis ojos y sé que allá en el otro mundo me estará esperando Ángela y me despertará de nuevo cantando para mí...
Amor mío allá voy!!!
...

Poesía Y Versos De Un Corazón EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora