Hasta que nos volvamos a ver

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Querida dama de los pendientes rojos:

Si estás leyendo estas, mis más sinceras palabras sobre el papel, significa que una velada de copas y música clásica fueron capaces de encerrar al egocéntrico tipo que durmió a tu lado y aún con la resaca de dicho encuentro, decidió levantarse a escribir esto para ti.

Solo un par de cosas son las que sabes de mí y tan solo una la que me ha detenido en la puerta de tu casa.
Honestamente, no soy un hombre de segundas citas, soy ese grato recuerdo que las mujeres perciben al suspirar sobre la almohada. Sin embargo, luego de anoche hubo algo que no me permitió huir de ti, tal vez sea la amarga forma en que miras al mundo, de una manera casi tan patética como la mía.

Al cabo de dos botellas de ron, descubrí que amábamos las mismas pocas cosas, disfrutábamos de odiar a las mismas personas, mostrando una falsa pero convincente sonrisa en respuesta a lo que no nos incumbe... Por último, somos fanáticos de terminar el día con un encuentro casual que no levanta falsas ilusiones, nos mantiene con buen ánimo y rompe menos a las personas que una relación tóxica.

Ambos lo habíamos hecho durante toda una vida y aquí estamos, con los años pasando factura y aún así sintiéndonos invencibles ante el compromiso.
No sé mucho sobre ti, pero eres hermosa mientras duermes. Eso es algo que no digo muy a menudo, es decir, nunca me quedo hasta el amanecer.

No sabes nada de mí, pero sé que contigo no me da miedo compartir el resto de mis días. Es algo difícil creer en mí, pero puedo decirte que, a partir de hoy no he de dejar de amarte hasta la próxima eternidad.

¡Qué más puedo decir! Ni siquiera sabes mi nombre o yo el tuyo... Parecía una buena idea dejar al misterio hacer lo suyo anoche, pero hoy es extraño. No sé como llamarte, así que te llamaré "la dama de los pendientes rojos". Te conocí cuando ibas por la calle sin mirar a nadie, sin hacer ruido e ignorando a un par de amores en el viento. Sí, estaba viendo mi realidad a través de ti.

En fin, creo que estás a punto de despertar así que ¡Buen provecho! Hay jugo y café en la cocina.

Atentamente y nunca tuyo:

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¡Hasta que nos volvamos a ver!

Poesía Y Versos De Un Corazón EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora