De mí para mí

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Confieso que al final del día la culpa es de uno (...) sí, uno es culpable de rechazar la paz con la que se inunda una alma que ha sido liberada de la tenue ilusión, el torpe deseo, la muerte en vida, la hipocondríaca caricia del mal del amor.

Es decir, tan vacíos estamos hoy en día para anhelar llenarnos del amor de alguien más, aún cuando sabemos que no podemos dar aquello que no poseemos.

Con toda sinceridad, uno es culpable por pretender beber un trago de amor de una copa ajena y vivir constantemente de las mentiras de un embustero presagio, una ingenua ilusión, una soberbia pizca de esperanza que al final termina sucumbiendo frente al mundo real...

Vivimos en un mundo donde el amor aparece con los años, y no en un par de  segundos (...) eso claro, si aparece. De lo contrario, te aguarda un largo camino en la oscuridad, un camino que recorrerás solo (...) así como viniste a este patético mundo y así como te irás.

Un mundo donde es tan simple comprar momentos y romper corazones con un embustero "te quiero". Un mundo que un día es color de rosa y al siguiente lo único que salva a tu vida de tornarse  gris, es el mar de recuerdos que te ahogan en un ayer menos oscuro que hoy...

¡Maldita sea! Que infortunio es nacer en un mundo donde el amor a primera vista existe (...) mientras el uno ama, el otro es amado. Alguien se vuelve una ilusión y alguien más es olvidado.

Algunas veces te sientes compañía, y en otras, un estorbo más en la vida de alguien.

Al final del día, la culpa es solo de uno (...)
Aún así, es cruel cuando las palabras y las acciones se vuelven cuchillas y son empuñadas por la persona correcta.

Poesía Y Versos De Un Corazón EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora