ATROZ

Capítulo 2

- Espera... ¿Qué?

Ella estaba atónita con mi respuesta, pero no le tome mucha importancia y me dedique a verificar con la mirada de manera discreta si los guardias estaban a los costados del escenario mientras que la gente estaba distraída escuchando el discurso de "celebración".

- Vamos. -Susurre para ir a paso rápido pero silencio hasta la casa siendo seguida por la rubia. 

- No lo debes decir en serio... ¿Verdad?

No respondí y fui hasta mi cuarto para arrodillarme y buscar un morral el cual estaba bajo mi cama. 

- ¿Verdad? -Volvió a repetir en tono de regaño y suspire.

- Mica. -Saqué el morral, lo puse sobre la cama y me levanté para verla a los ojos.- Tú más que nadie sabes como me siento aquí. 

- Y no eres la única, pero no por eso debes dejarte llevar. ¡Es todo un riesgo! -Exclamó al ver como le daba la espalda para confirmar que todo lo necesario estuviera dentro del objeto.- ¿Desde cuándo tienes eso? ¿Siempre has querido escapar o qué?

- Siempre hay que tener un morral de emergencia. -Respondí colocando sobre mi hombro derecho.  

- nos matarán los de afuera.

- Y los de adentro también, tarde o temprano moriremos, pero si no quieres ir y prefieres quedarte...Hazlo, pero yo no me siento bien aquí.

- ¿Y crees que fuera del domo estarás bien? ¿De verdad? Por favor no seas tan ilusa..

-  Prefiero conocer lo desconocido aunque sea peligroso que quedarme atrapada en un ciclo aburrido.

- Yo también me siento atrapada chica pero no por eso voy hacer una misión suicida en vez de quedarme salvo aquí, en mi camita y mucha comida.

- Está bien, como quieras Mica.. -La abrazo con fuerza. Teniendo la esperanza en que caiga con mi piadosa manipulación.- Nos vemos.

Salí de la casa, camine a paso rápido hasta que la voz de Micaela me detuvo.

- ¡Jade! -Me giré para verla sonreír con una ceja alzada, luego coloco unos lentes de sol en su cabeza y un bolso en su mano.- No creas que te dejaré sola, además, no sabes donde queda el lugar pequeña idiota.

- Touché.

- Además recuerda, si tú saltas yo salto mi Rose.

Reí. 

Poco faltaba llegar al sitio donde Mica me estaba guiando, estaba muy ansiosa, ni siquiera ya había hecho algo y me sentía como si hubiera robado algo. A pesar de ser al contrario, iba a recuperar la libertad que nos robaron. 

justo cuando iba a doblar en la esquina en uno de los contenedores, la puerta de la última sala se abrió y un guardia salió. Con velocidad retrocedí y empuje a Micaela para que se escondiera junto conmigo detrás de la gran puerta del contenedor el cual se encontraba entre abierta. Por suerte el hombre solo siguió su camino.

- Aam... Jade, mira esto. 

Al voltearme  no podía creer lo que ya se encontraba a plena vista. Aquel contenedor estaba repleto de cajas con lo que se podían apreciar eran frascos con sustancias de color verde intenso.

Me acerqué y cuidadosa revisé las cajas, las cuales cumplían con números de tres cifras en cada una de ella grabadas con papel impreso. 

- ¿Eso crees que tenga que ver con la futura cura? -Preguntó en voz baja algo nerviosa la rubia que se encontraba vigilando.