Capítulo 7

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Ya un par de semanas habían pasado, todo estaba tranquilo y me causaba mucha intriga saber que el único infectado que logre ver en la zona fue aquel chico.

A veces Camryn sale a patrullar con su grupo y Mica la sigue, al parecer esta en entrenamiento para ser parte de Las Flechas.

Por el contrario, Dalton no parece interesado en seguir siendo parte de Los Escudos, no dice nada respecto a ello, pero si lo demuestras. Así que prefiere quedarse conmigo a buscar frutas, agua pura, o practicar defensa en vez de ir a las reuniones que le mandan a asistir.

Era de noche las chicas se habían dormido, y por fin, Camryn había elegido descansar junto a Micaela en la cama.

Yo estoy recostada a la pared, en el suelo con una manta, con mi morral sobre mis piernas veo aquellas sustancias verdes espesas y azules que sacamos de domo.

¿Cuando sería momento de decirles sobre esto?

Suspiro para volver a guardar todo y cerrar el morral colocándolo a mi lado.

Mi vista se fija en la cabellera roja que se mueve inquieta con su cuerpo envuelto en la sabana.

Alzo una ceja y me acerco un poco para moverle suavemente el hombro.- ¿Dai?

Él se remueve. Noto como tiembla y sus ojos se cierran con fuerza.- Dai, vamos despierta. -Susurro para moverlo con un poco más de fuerza.

Éste a cambio abre los ojos asustado, con su frente sudando y jadeando levemente. Ve a los lados alterado hasta que me ve y parece relajarse un poco.

-Tranquilo, fue un mal sueño.

-Un mal recuerdo.

Pasa la mano por su cabello despeinado y se  sienta a mi lado.- ¿Qué haces despierta? -Pregunta frotando sus ojos con algo de fuerza.

-Insomnio. -Contesto aún preocupada por él, a pesar que desconozco la razón para estarlo.- Y cuando logro domir es para soñar con pura cosas distorsionadas, de mi pasado, otras sólo pesadillas con el domo.

-Cualquiera las tendría. -Dice con su sonrisa divertida pero esta completamente forzada.

-Oye no tengo idea que pesadilla habrás tenido pero quiero decirte que aunque seas muy idiota cuentas conmigo y... -Digo nerviosa y me callo al notar su suspiro.

Éste voltea levemente su rostro y su mirada  logra verme a los ojos a pesar de estar a oscuras, es inevitable no tonar aquel brillo suyo.

-Jade, por favor. Nada más asegurame que no tienes nada que ver con los del gobierno o infectados.

Mis latidos se aceleran, no soy capaz de entregar la información que encontré, aún no. Sin embargo, no soy parte de nada de ellos, así que no le estaría mintiendo.

-No tengo nada que ver, Dalton. -Por impulso le tomo la mejilla suavemente y siento bajo mis dedos como su mandíbula se tensa.- No tengo nada con ellos...

Él se inclina más a mí, yo coloco mis manos en su pecho para alejarlo, más no hago nada, no tengo control de mi cuerpo ahora.

-Te creo. -Susurra con su voz más ronca y cerca de mi rostro que me hace estremecer y sentir ir más rápido mis latidos, estoy extremadamente nerviosa.

-Dalton, no. -Retrocedo con una fuerza de voluntad que saco obligada de mí. Sin embargo en imposible no sentirme mal cuando lo ve bajar la mirada.- Ven... -Me acuesto en el suelo y el hace lo mismo.

Con torpeza y lentitud me acerco a él para abrazarlo, ocultando mi rostro en su cuello que encaja perfectamente.

-Así nada nos pasará. -Le susurro.

siento como se estremece al tener mis labios rozando su cuello y luego como sus brazos me rodean la cintura, toda su calidez me hace sentir a salvo y cómoda.

Poco a poco comienza a darme sueño.

-Descansa, idiota.

-Descansa, reina.

Sonrío como idiota, al entender la referencia del día que lo conocí.

Fue la primera noche, que dormí tranquila.

Fue la primera noche, que no tuve ninguna pesadilla.

Fue la primera noche, en que sentí algo más que amistad.
 

ATROZWhere stories live. Discover now