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——Chamaco, dime que no lo harás.—— Dijo Héctor.
——...
Miguel lo miro con una sonrisa.
——Ay Dios mio, ¿Y qué paso con eso de que los sentimientos son lo primero? ¡NO! Ustedes, los de ahora se la pasan cogiendo.—— Dijo Héctor mientras los otros dos chicos subían las escaleras.
——Cuando se vaya tu amigo le diré a Imelda que venga para que te agarre a chanclazos. ¿Me oíste?
Los chicos ya no se encontraban en el pasillo del segundo piso.
——Este chamaco, deberas...—— Se llevo una mano a la frente mientras la otra estaba en su cintura.

——Aqui es mi cuarto.—— Señalo una puerta.
——Bien...
Hiro abrió la puerta y los dos entraron, Miguel cerro la puerta.
——No estaré tranquilo con papá Héctor aqui en la casa.—— Susurro.
——¿Mande?
——¿Eh? Ah, nada Hiro...
El asiático se sentó en la cama y miro al moreno, quien se encontraba recargado en la puerta.
——¿No vas a venir?
——Ehh.... Ssi...
Miguel dio unos pasos y luego se sentó a lado de Hiro.
——...
El asiático volteo a ver al mexicano, tomo su rostro con una mano y acaricio su mejilla.
——Eres muy cachetón.
Con las dos manos estrujó las mejillas de Miguel.
——Oye... Deja mis cachetes.
——Hehe.
Mientras estrujaba sus mejillas, juntaron sus frentes, el mexicano posaba sus manos en los brazos del contrario.
——¿Entonces te guste en aquella salida?—— De la nada soltó la pregunta.
——Si.—— Respondió Miguel.
——Me alegra oír eso.
El asiático beso la nariz del contrario.
——Hehe...—— Sonrió Miguel.

De la nada, Hiro beso los labios del chico, primero fue un beso de los tan llamados piquito, duraron asi unos segundos, hasta que el moreno tomo lo cabeza de su contrario haciendo que aquel beso fuera algo mas intenso.
El asiático empezó a mover sus labios, el otro hizo lo mismo. Poco a poco empezó a convertirse en un beso apasionado. Sus lenguas poco a poco se rozaban hasta que por fin lograron que la del asiático entrara a aquella boca ajena.
——...——Se escucho un ligero suspiro de parte del moreno.
Continuaron con aquel beso, poco a poco Hiro fue encimandose al contrario hasta que ambos quedaron acostados.
El de tez blanca empezaba a quitarse su sudadera.
De la nada Miguel se separo del beso.
——Y me decías que yo era el de la mente cochambrosa.—— Dijo Miguel.
——Shhh, callate. Me la debías por ese día.
——Haha, pero no tengo dinero. ¿Cómo te voy a pagar?—— Bufó.
El asiático levando la playera del chico y comenzó a darle besos en su abdomen.
——¡Aaah!—— Grito Miguel con un sonrojo que se podía notar a kilómetros.
——Ya se como me vas a pagar.
——...
Continuo dándole besos en su abdomen, el dueño de aquel cuerpo solo sostenía la cabeza del asiático.
Soltaba leves gemidos.
El de tez morena hizo que su contrario se sentara.
——¿Qué sucede?
——Deja te quito la playera. Levanta    bracitos.—— Dijo en un tono tierno.
El moreno hizo caso y Hiro le quito su playera, quedando su torso descubierto.
——Eres mi moreno favorito.
——Espera espera... ¿Tu favorito? ¿Osea que tienes un harem de chicos?—— Dijo levantando una ceja y enojado.
——Bueno, eres mi único morenito.
——Gracias.—— Sonrió.
Volvieron con aquel momento. Poco a poco se quitaban las prendas. Ahora ambos estaban igual.
——Oye....—— Dijo Miguel.
——¿Si?
——...¿Quién sera el...? Ya sabes... ¿Activo?
——Bueno, si quieres ser tu, adelante.
——Es que... No se que hacer... En ambos casos, no se... Esta es mi primera vez.
——El mio también.
——¿De verdad?
——Si...
——Se ve que tu tienes mas experiencia...
——Algo asi....
——... Tu se esta vez...
——Bueno.
El asiático besaba con ternura al contrario.
——Me dices si te llega a doler...
——...
El moreno temblaba demasiado.
——No siento mis piernas.—— Dijo Miguel.
——No te pongas nervioso, tranquilo.
Le dio un beso francés para que se distrajera.
Poco a poco empezó a entrar, el moreno abrazaba el torso del asiatico con fuerza.
——Tranquilo.
——¡Aaaah!—— Dio un gemido alto.
——¿Qué pasa?
—— Por favor, dime que ya entro todo.—— Dijo con dificultad, sus ojos estaban cerrados con fuerza.
——Eh... Bueno, falta poco.
——Ay...—— Dio un pequeño chillido.
El asiático acariciaba la mejilla del mexicano, haciendo que se calmara un poco, abrió sus ojos poco a poco y le indico que prosiguiera.
El de tez blanca comenzó a moverse. Su contrario volvió a abrazarlo con fuerza, ocultando su rostro enrojecido en el cuello del otro.
Poco a poco empezó a moverse hasta que aquel dolor se había convertido en placer. El asiático comenzó a embestirlo con mas fuerza. El otro solamente lanzaba leves gemidos.
Minuto tras minuto, los chicos seguían dedicándose caricias, besos, miradas y hasta palabras mientras seguían unidos.
——A la próxima, yo seré el activo.——Dijo entre gemidos.
——Lo que mi terroncito diga.
——P...papi...
——Hehe, adoro tu voz.
Paso una hora aproximadamente, cuando el chico por fin había terminado, el moreno se llevo sus manos a la cara.
——Me alegra haber tenido mi primera vez contigo.—— Dijo el asiático.
——Lo mismo digo.—— Se destapo la cara.
El de tez blanca se acostó al lado del mexicano y lo abrazo. Este hizo lo mismo.
——Te amo.—— Dijo Miguel.
——Y yo a ti.... Terroncito.

CHINITOS EVERYWHERE// NORO. HIGUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora