Kirikami Week (Edición 2018)

Dia 7: Disney AU.

Contexto: Denki es maltratado día y noche por su madrastra y hermanastras pero cierto príncipe pelirrojo viene en su rescate.

Aclaraciones: Obviamente es la Cinderella. Aquí no hay Quirks, haré referencias a la película antigua de animación y a la nueva Live Action. Es legal y bien visto que se casen entre hombres.

Vine a cumplir mi misión de ponerle vestidos a Denki, Wonka dijo gócenlo ٩( ᐛ )و

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Los deseos del corazón siempre son escuchados, así uno nunca los diga en voz alta siempre hay alguien capaz de oírlos y que esté dispuesto a hacerlo realidad. Ese alguien resultan ser las hadas madrinas, siempre cuidando de cerca a los niños y cumpliendo deseos a aquellos adultos de buen corazón pero nunca se dejan ver a menos que sea para lo ultimo dicho. Denki había aprendido de su madre que su hada madrina le ayudaría si tenía la necesidad, que siempre fuera valiente y gentil con todos, y lo cumpliría cada segundo que tuviera de vida.

Denki Kaminaria era el hijo de un comerciante y una granjera, viviendo en una gran casa gracias a los ingresos que su padre traia. A pesar de que su padre no estaba mucho tiempo en casa, el pequeño rubio siempre le esperaba con ansias para escuchar las historias de sus viajes y aunque nunca le pidiera nada el hombre siempre le traía un presente a su querido hijo. El joven creció rodeado de amor y ni él ni sus padres podían ser más felices. No tenía ningún título nobiliario ni ningún prometido adinerado que le asegurara una vida de lujos, pero él veía todo como un reino donde todos eran felices, en esa casa no habían caras tristes jamás.

Pero el sol siempre puede ser opacado por una nube gris.

Su madre enfermó tan de pronto que le costaba creer que fuera algo tan grave, pero lo fue. Sea lo que fuese le arrebató a su madre a la tierna edad de 8 años.

Aunque esto de ninguno forma opaco su propio rayo de sol, con el que se aseguraba de alegrar a su padre y a todos los trabajadores de su casa. Los años pasaron y el mundo volvía a tomar color. Su padre seguía viajando pero no se sentía solo, tenía amigos... Particulares, entre los sus amigos estaban Mineta el ratón, Sero el perro, Kyouka la ratona y Fumikage el ganso negro. No serían los amigos que todo chico tenía pero eran sus amigos y solo eso importaba para el. Cuando tenía 14 años, su padre decidió volver a buscar la felicidad, se casó con una mujer hermosa a la cual el luto le quedaba muy bien, Lady Kurushimi sería de ahora en adelante su nueva madrastra. Y también tenía día hermanastras nuevas, Urayamu la mayor y Nikushimi la menor, ambas iban ataviadas con vestidos de seda italiana y a saber el rubio qué diablos más cosas lujosas poseían esas dos. No le importaba el hecho de que las tres fueran egocéntricas, envidiosas y odiosas, solo le importaba que su padre al fin tenía a alguien con quien compartir...

Que poco le duró eso. Su padre había salido hace poco de viaje cuando tocaron a su puerta para traer las peores noticias, había enfermado y fallecido ese mismo día. Sintió su mundo hundirse en la oscuridad otra vez pero esta vez le era más difícil ver el sol detrás de la nube. No pasó mucho tiempo antes de que conociera lo crueles que podrían llegar a ser su madrastra y hermanastras. Para reducir gastos y poder mantenerse, Lady Kurushimi despidió a toda la servidumbre, fue cuando empezó a abusar de la gentileza del rubio, su buen corazón le pedía a gritos ayudar en todo lo que pudiera y distraerse de su dolor con trabajo,y a su madrastra y hermanastras les encantaba darle trabajo. Lo peor vino cuando ya ninguna de su ropa era de su talla, obviamente la señora no le iba a comprar nada de ropa aunque fueran harapos, y no tuvo mejor idea que darle los vestidos viejos que habían quedado de las sirvientas. Luego fue dormir junto a las cálidas cenizas de la chimenea cuando el ático era demasiado frío, amaneciendo con todo el vestido y cara sucios por las cenizas, ganándose rápidamente la burla de las mujeres, consiguiendo también el apodo de Cinderella.