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Patricia

Al despertar  vislumbró el cuerpo de Karl aún lado mío, un pequeño dolor en mi cuello hace que mis manos se dirijan a ese lugar, me levanto y me miró en el  gran espejo que está en la pared, dos pequeños orificios comienzan a cerrarse rápidamente en mi cuello, la rapidez con la que cicatrizan es impresionante, esto no puede ser posible.

Rápidamente recuerdo que a Karl lo han atacado también, corro a su lado e intento despertarlo pero no lo hace, voy por un vaso de agua a la cocina y se lo arrojó a la cara, despierta de un salto y me mira aturdió.

-¿Que paso anoche patricia? - Dice mientras se mira en el espejo, sus cicatrices también sanaron rápidamente al igual que las mías.

- Eso quisiera saber Karl, nos han atacado anoche y es como si todo hubiera sido un sueño, mira tus heridas y mira las mías ya lo están, es como si hubieran desaparecido por arte de magia.

De un momento a otro una figura vestida de negro completamente aparece frente a nosotros, su piel parece de porcelana y sus facciones son duras y sombrías, una pequeña sonrisa siniestra aparece en su rostro, cuando ve que Karl y yo no decimos nada comienza hablar.

- Antes que todo tengo que presentarme mis queridos  amigos, mi nombre es Víctor Sanz y yo he hecho que sus cuerpos cambien, o acaso no vieron sus heridas cicatrizaron en segundos, miren su piel no la notan más sana, más fuerte.

-¿Que quiere decir con eso?, ¿Qué nos hizo? - digo rápidamente este hombre no me da confianza.

-La pregunta es querida Patricia en que los he convertido.. - su sombría risa se hace presente otra vez y vuelve hablar. - son Vampiros ahora, chupa sangre como ustedes se quieran denominar pero yo los he convertido y ahora tendrán que obedecer mis reglas.

Karl se ríe por lo que el tal Víctor ha dicho, como que vampiros ¿Eso existe?, Nunca creí en eso pero este hombre me hace dudar así que decido hablar.

-& cómo se que lo que nos ha dicho es real, cómo se que no nos está engañando!

-Si por qué ese cuento de los vampiros y esas mierdas yo no me las creó. - dice Karl mientras comienza a desesperarse.

-Bard - vocifera ese nombre varias veces y luego un hombre alto sale de algún lugar y se acerca a este. - habré las ventanas y enséñales.

El tal bard se dirige al gran ventanal y quita las cortinas, los rayos de sol comienzan a quemar su piel y el dolor que puede sentir lo demuestra con gritos intermitentes, Karl se acerca a ayudarlo pero los rayos de sol hacen lo mismo con el, mis ojos se abren como plato ante la escena.

Así que camino por las sombras, tomo las cortinas y las cierro, en cuestión de segundos los dos hombres a los que el sol quemaba comienzan a sanar rápidamente.

- ¿& Ahora sí me creen pequeños? - su risa hace acto de presencia y es ahí cuando se que todo acaba de cambiar.

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😱😱😱
Oh oh.

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