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Klaus

Han pasado unos días desde que Patricia ha vuelto a casa, hemos decidido rentar un piso en el centro de la ciudad mientras ella se recupera y para mantenernos un poco alejados de nuestras familias.

Estoy sentado en el amplio balcón del departamento y de pronto siento los brazos de Patricia acariciar mi cuello, deja sutiles besos en este para luego sentarse entre mis piernas, comienzo a morder su piel y es que hace mucho no la sentía así en esta forma que solo ella y yo conocemos. Comienzo a quitar su blusa y ella mi camisa, la cargo entre entre mis brazos y cuando llegamos a la habitación muy poca ropa nos cubre.

Comenzamos un juego de seducción hasta que estamos ambos desnudos, abro sus piernas y me coloco en su centro, la penetro lentamente para hacerla sufrir un poco, se que está más que ansiosa, comienzo con movimientos lentos y suaves.

Esa tarde calurosa en Savannah la hice mía más de una vez.

Patricia

He decidido volver a trabajar en la cafetería el clima de Savannah húmedo y lluvioso me lo permite, es muy raro que aquí salga el sol, los dueños me devolvieron el trabajo y me acogieron con mucho cariño.

Hoy me toca el turno de la noche, algo con lo que Klaus no está de acuerdo pero no le hago caso. En la cafetería la clientela a estas horas no es muy común pero aveces aparecen algunos clientes fieles.

Son pasadas las 8:53 cuando Klaus viene a recogerme al salir de la cafetería tengo un mal presentimiento, miró detenidamente por todo el lugar antes de subirme al coche pero no veo nada y me subo a este.

-¿Qué mirabas Patri?- me dice mientras me planta un casto beso en los labios.

-Nada es solo que sentí una sensación extraña al salir amor.

-Bueno nada de que preocuparnos amor, cambiando de tema te tengo una sorpresa.

-Pues dime, que estás esperando.

-Te llevaré a conocer a mi abuela Nazarí el fin de semana! - me grita emocionado.

- Por fin amor ya era justo y necesario, sera un placer poder conocerle.

Después de eso platicamos de lo que había ocurrido en nuestros días, también pasamos por una pizza y un par de hamburguesas, no se que me pasaba últimamente pero mi apetito estaba incontrolable, comía como cerda y aveces en las noches tenía mareos repentinos.

Iré al médico mañana con Klaus ya lo hemos platicado y esto no es normal, nunca fui una persona que comiera mucha comida en casa pero ahora es diferente, tendré llamar a Vicky para que nos acompañe y luego de dos pitidos su voz se escucha al otro lado de la línea.

-Que onda Vick.

-Pattriciaa te extraño. -me dice con voz suplicante.

-Babosa yo también a tí.

-Awww ya basta de ser cursis, okeyyy, para que me llamas.

-Nos acompañas al doctor mañana, es que últimamente no me he sentido bien.

-Claro pero que tienes?

-Mareos y un mega apetito, no te imaginas si sigo comiendo así me pondré como una vaca.

-Pat, no estarás embarazada?

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Hola chicos ❤

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