Que el amor nos salve de la vida (Sheo) Colaboración con @saronaa_20 [TERMINADA]

Capítulo 4

-Grandísima idea, venir a Escocia - dijo Brooke una vez hubimos aterrizado- ¡Ni siquiera tenemos hotel donde alojarnos!

- A ver, déjame que haga una reserva….- dije en tono pensativo.

-Pero que sea un hotel de cinco estrellas- Brooke era muy tiquismiquis, siempre lo mejor de lo mejor.

-Haré lo que pueda, pero lo primero es lo primero, vamos a alquilar un coche- respondí.

Así que nos dirigimos al alquiler de coches más cercano. Para nuestra suerte había uno  cerca del aeropuerto.

-Esto es una chatarra con cuatro ruedas- dijo Brooke en ver el coche que alquilé.

-Tu siempre tan positiva, si lo alquilan, será por algo- dije yo obvia.

-¿Por qué no podemos alquilar un coche decente siendo ricas?

-Porque hemos venido de vacaciones con la intención de no llamar la atención.

-¡Pues vaya vacaciones!

Nos subimos a la chatarra que teníamos por coche con la intención de llegar al hotel lo antes posible.

-¿Cuántas horas de viaje son?- preguntó Brooke.

- Una hora en coche- respondí.

No llevábamos ni veinte minutos de viaje cuando el coche empezó a pegar unos botes extraños y definitivamente se paró.

-¿Qué coño ha sido eso?- exclamó Brooke.

-No lo sé, voy a ver- me levanté del asiento con la intención de ir a ver el fallo del coche.

Abrí el capó del coche y pude comprobar que el motor se había estropeado. Genial, ahora sí que estaba de acuerdo con mi amiga, vaya vacaciones.

-¿Qué se supone que vamos hacer ahora?- preguntó Brooke desesperada.

-Pedir ayuda, ¿qué sino?

-¿A quién?

-Mira, allí hay un bar.- respondí más calmada. Menos mal, nuestra salvación.

-¡Pero está a un cuarto de hora por lo menos!

-¿Prefieres quedarte aquí?- y dicho esto me puse a caminar arrastrando mi maleta. Brooke no tuvo otra a menos que quisiera quedarse sola en medio de la carretera así que me imitó.

Llegamos al hostal veinte minutos después por culpa de los estúpidos zapatos de tacón que llevaba Brooke.

-Hola ¿Dónde puedo utilizar un teléfono?- pregunté a un camarero que había detrás de la barra. Iba con una camiseta blanca de tirantes, que dejaba ver su musculoso cuerpo.

Señaló con la cabeza un teléfono colgado de la pared.

-Gracias- dije, pero no obtuve respuesta.

<<Qué amable>>, dije para mí misma.

Me dirigí al teléfono y marqué un número de teléfono que había al lado. Supuse que sería de emergencias.

-Hola, me gustaría un taxi para ir a la ciudad de Edimburgo.

-Por supuesto- dijo un chico por el otro lado de la línea, con una voz que me resultó conocida.

Me giré y comprobé que el chico que había hablado era el mismo camarero que me había mostrado el teléfono.

-¿Qué es esto?, ¿una broma?-dije sin tan siquiera esforzarme por hablar con el teléfono pegado a la oreja.

- Ni mucho menos- el camarero sonaba muy tranquilo, en tono vacilón.

-Esto es serio, necesitamos ayuda- dije.

-El hostal ofrece servicio de taxis a bajo precio- dijo.

-En ese caso, queremos un coche que nos lleve a la ciudad de Edimburgo- dije yo acercándome a la barra.

-¿Queremos?- preguntó el camarero confuso.

-¡Hola! Me llamo Brooke y esta es mi amiga Brie- dijo Brooke acercándose a la barra. Como siempre tan sociable.

-Brie, ¿Cómo el queso?

-Si, ¿algún problema?- dije cruzando los brazos.

-Yo me llamo Luca y seré vuestro…chófer, si así se llama.

-Perfecto, pues partamos ahora mismo- dije yo- No queremos perder el tiempo.

-No tan deprisa Cheeto- dijo Luca.

-¡¿A que es divertido ponerle motes de nombres de queso?!- exclamó Brooke- Yo lo hago continuamente.

-De dónde venís, si se puede saber- exigió Luca, cambiando de tema, ya que la última frase que pronunció mi amiga su respuesta fue una cara de como “ah, pues vale”.

-Yo de la India, pero me mudé a América cuando tenía 3 años- explicó Brooke.

-California- dije.

-Interesante, casi nunca vienen americanas por aquí- dijo Luca.

-¿Podemos dejarnos de chácharas y partir?- exigí, ya me estaba empezando a cansar.

-Como he dicho antes, no, pasaremos la noche en este hostal- dijo Luca.

-¿Por qué?- pregunté.

-Pronto oscurecerá, no vale la pena salir hoy.

Y dicho esto, nos llevó a nuestras habitaciones.