Capítulo 4.

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Javier de nuevo estaba en la zona VIP de un avión, pero en esta ocasión se encontraba junto a los japoneses y se dirigía a New York, Estados Unidos, el próximo destino en la gira.

Por fortuna, el estrés ya había pasado, después de lo hecho en Canadá todo parecería pan comido y solo durarían unos cuantos días en cada destino, por lo que por fin tendrían la posibilidad de darse un respiro.

En el par de asientos adyacentes al suyo estaban Yuzuru y Shoma, y detrás de ellos Akihiko junto a Yuu.

Los últimos dos conversaban animadamente en su idioma natal, inertes en su plática.

Shoma estaba profundamente dormido recargando su cabeza en la ventanilla del avión mientras que Yuzuru estaba extrañamente callado, leyendo y contestando un libro.

Javier llevaba sus audífonos puestos, sentado en el asiento al lado de la ventanilla, simulando completa atención en la música que oía, mientras veía de reojo al japonés que en momentos mordía la goma de su lapicero o lo giraba entre sus delgados dedos, meditando sus respuestas para después escribirlas en el libro que había robado toda su atención, moviendo sus labios sin que estos pronunciarán ningún sonido, al parecer repitiendo silenciosamente lo escrito en el libro.

Se quitó los audífonos y se recorrió al otro asiento, asomándose para investigar que era lo que tenía tan entretenido a Hanyu, notando palabras en inglés y en japonés.

—¿Estás estudiando?— preguntó Javier provocando que el menor saltará un poco en su lugar, pues se encontraba absorto en su libro, tocó su pecho por el susto para después recomponer su natural sonrisa.

—Inglés— respondió Yuzuru mostrándole el libro. —Querer hablar mejor.

Javier sonrió ante la convicción de aquel adorable niño que siempre se esforzaba haciendo más de lo que le correspondía.

El madrileño, con todo su carisma y talento, no podía evitar quedar detrás del nipón.

—Siempre puedes practicar conmigo— agregó Javier sin hallar otra forma de ayudar a Yuzuru al no entender japonés.

—Gracias. — dijo Yuzuru mientras sonreía de aquella manera dulce en la que sus ojos se convertían en dos finas líneas, haciéndolo lucir adorable —Javi es muy amable.

Esas simples palabras fueron suficientes para que Fernández se fuera con una sonrisa en su rostro durante todo el vuelo, mientras escuchaba música con sus auriculares.

~🎤~

Llegaron a las pocas horas a su destino, el aeropuerto Jonh F. Kennedy de Nueva York.

Esta vez los periodistas y admiradores los atacaron al salir del aeropuerto.

Javier sonrió y saludo con movimientos emocionados de brazo a todos los que ahí estaban, se acercó, a punto de firmar autógrafos, mas se detuvo en seco al notar la amenazadora mirada de Alexey y no queriéndose convertir en la presa del felino de ojos jade, se limito a regalar apretones de manos y abrazos.

La gente era incluso más que cuando llegó a Canadá y, por supuesto, los aficionados con pancartas dedicadas a Yuzuru y los demás integrantes de Yume Nikki abundaban notoriamente, por lo que los nipones estaban aún más ocupados, saludando a sus fans.

El rostro de Yuzuru al convivir con sus fans le hizo sonreír, saludaba a cada uno de ellos riendo con ternura y haciendo reverencias, se mostraba sencillo y humilde, pese a su popularidad jamás se había sentido superior a nadie y era notable el amor que tenía hacia su público; eso explicaba bastante el incondicional cariño que le tenían sus fans.

La Armonía de Nuestros Corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora