Prologo

823 21 5
                                    

Una noche atrás... tan cálida, la bella oscuridad inundaba la aldea, los grillos comenzaban a sonar, no había nadie más que aquellos seres...
El viento abrazaba mis cabellos mientras corría por el bosque, feliz a lado de aquellas figuras que denotaban alegría, carcajadas se escuchaban por todas esas bellas áreas verdes las cuales ahora... agh.

Miraba  de un lado a otro para lograr escabullirme entre los arbustos tan amplios y frondosos, demasiadas hojas caían de los árboles, por los cuales yo subía, saltaba por cada uno de ellos evitando dejar rastro de mi presencia, continuaba corriendo a paso firme sin detenerte ni un segundo, mirando atrás, lado a lado, de arriba hacia abajo para detectar cualquier movimiento promiscuo.
Corrí lo más rápido posible encontrando el lugar perfecto a unos metros de una colina y algunos pinos donde divisaba a distancia para que no me encontrasen.
Bajé sigilosamente de un árbol enorme donde estaba recargada:

–¡Ahí vienen!, Debo ganar tiempo y pensar en una estrategia... —dije para mi misma mientras bajaba la mirada ya un poco cansada, así que mi vista se dirigió a un lado para lograr observar un enorme arbusto escondido, después de unos segundos pensaba si sería buena idea, era complicado analizar el tiempo que carecía, así que calcule la distancia y sin mirar atrás mire al frente y salte:

–¡Shhh...!, será mejor callarnos, pueda que nos encuentren —Me dijo una voz familiar mientras intentaba taparme la boca para no reír, sin embargo ella continuaba con una bella sonrisa— Espero no nos encuentren...

–¿Q-qué...?, pero, ¿Como me encontraste, y por qué estás aquí? —titubeaba mientras me aceleraba por los nervios.

–Sabía que estarías por aquí, jajá. Conozco cada uno de tus movimientos. —Respondió Aquella chica a quien adoraba tanto, ella siempre me regalaba una sonrisa tan peculiar que se reflejaba en su rostro, esos lindos ojos azules tan característicos y llenos de vida, su larga cabellera rubia, su piel pálida la cual era iluminada por la poca luz que la luna emergía. Una gran túnica que ella vestía de color blanco podía cubrirme lo suficiente en ese momento.

–Tranquila, no nos encontrarán, por ahora... Quiero que te mantengas sin movimiento mientras los distraigo, ¿Te parece, hermanita? —trataba de evadir la risa que ella misma contenía— Shhh... —Hizo una pequeña señal con su dedo inicial llevándolo a sus labios para que yo pudiese entender, así después cerrar sus ojos—

–Está bien... —Tapaba nuevamente mi boca mientras cerraba los ojos—

No pude predecir cuándo tiempo había pasado, cerré mis ojos, sentía pesadez en ellos, un ligero cansancio invadió mi mente la cual continuaba pensando en una estrategia que se desvaneció al intentar mirar al frente. Sobre algunas fisuras del arbusto ya se apreciaban personas fuera, sentí el miedo por primera vez, los nervios comiéndome la mente, más sin embargo mi cuerpo ya no respondía...

–Q-ué... ¿Qué está pasandom... —Pause y mi vista se tornó borrosa para luego caer al suelo.

No esperaba menos de mi, tan débil como siempre cayendo en la misma trampa, en mi propia trampa... ¿Por qué continuaba siguiendo el mismo error?
El mismo patrón siempre, estaba cansada de ver el mismo resultado de mi parte, mi hermanita siempre demostraba ser ágil, yo pensé que... tal vez... al paso de los años y al cumplir siete con tanto esfuerzo yo lograría un avance increíble para estar a la altura, no me hacía falta nada, tan solo un abrazo, tan solo un:

"Tú puedes, continúa, ¡animo!"

Pero no era así... aún soy pequeña para poder entenderlo, pero ellos creen que debo ir más allá de los límites. Cuanto deseaba en aquellos tiempos poder jugar con mis amigos, divertirme como todo niño normal, y nunca pasó, pero... ahí estuvo ella, siempre velando por mi, haciéndome reír y abrazándome todas las madrugadas en las cuales gritaba llorando por alguna pesadilla, cuando solíamos salir juntas a buscar algunas flores y llevarlas a casa, cuando caía por accidente en alguna trampa siempre ella estaba al pendiente, me salvaba de lastimarme seriamente, ¿y yo...? Ahora estoy a punto de derrumbarme, dejándote sola cuando más lo necesitas, no... no otra vez—Dije con dolor en medio de desesperación y coraje—

¿Amarte u Odiarte? (Hidan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora