Faye
Y este cielo pasó, y las estrellas caían una a una mientras a mi alrededor la gente gritaba, y lloraba, presas del pánico. El fuego lo estaba consumiendo todo, empecé a correr en busca de Sahar, corrí gritando su nombre y la hallé viniendo hacia mí en medio del jaleo, llevaba su espada en la mano y entonces me di cuenta que yo sostenía la mía también. Poco antes de alcanzarla me desperté sobresaltada; tenía el brazo extendido hacia el lado derecho de la cama donde ella se había acostado la noche anterior, en el sueño no era el único lugar donde la buscaba. Limpié la lágrima que resbalaba por mi mejilla, tuve mucho miedo al no sentirla a mi lado, razón que me obligó a despertarme.
Giré en la cama quedando boca arriba, con mi antebrazo cubrí mis ojos, había amanecido y apenas unos rayos de luz se colaban entre las cortinas.
Me era desconocida la hora exacta en que me abandoné a Morfeo, abrazada a Sahar. Había sido impresionante conocer la razón por la que observaba el cielo estrellado, vigilaba a los prisioneros de esa cárcel que nos cubría, el Abismo que nos cubre; ¿en qué más nos han mentido?
"La realidad que les han estado enseñando es un engaño...", la voz de Sahar resonó en mis sueños antes de siquiera ser consciente de que soñaba. Fue toda una colección de ellos, imágenes que se mezclaban muy rápido, escenarios que cambiaban en segundos pero cada uno peor que el anterior entre el recuerdo de haber encontrado los cuerpos sin vida de mi familia y una guerra que parecía no tener fin.
Los prisioneros iban a caer, tarde o temprano caerían a Assiah y no de uno en uno ni en esencia como hasta ahora, caerían de a miles. Y él, Lucifer, los comandaría.
Sonreí al escuchar la voz de Sahar saludando con un <<Buenos días>> tras abrir la puerta. Me destapé los ojos y la vi cruzar la habitación con una bandeja en las manos, se sentó al borde de la cama y la puso en mi regazo cuando me levanté y me senté apoyando mi espalda en el cabezal de ésta.
—¿Y esto?—pregunté sonriendo y mirando las tostadas, tocino, huevos, en un plato, y fruta picadita en otro acompañado todo de una taza de café y un poco de mermelada en un bello y pequeño envase de porcelana. Una rosa blanca en un fino florero de cristal adornaba la bandeja.
Sahar besó mi mejilla, sus ojos cafés tenían una especial mirada.
—Circe dijo que era un detalle normal y muy especial llevarle el desayuno a la cama a la persona que te gusta y quieres—dijo con sinceridad—. Tú me gustas.
—¿No me quieres?—fingí molestarme, sabía que ella no lo decía con palabras sino con acciones y esas me valían mucho más.
Se acercó uniendo sus labios a los míos, despacio, haciendo interminable ese casto beso.
—¿Lo dudas?—susurró sin apartarse, logrando que sus labios rozaran los míos al hacer la pregunta.
—Ni un poco, Mi Vida—sonreí.
—Pero ¿sabes qué pienso sobre todo esto?—preguntó apartándose y señalando el desayuno.
—A ver, dime.—Crucé los brazos, enarcando una ceja.
—No le veo nada de romántico a llevar el desayuno a la cama donde puedes dejar migajas al comer, luego las hormig....
La interrumpí con una carcajada, cogí una tostada y le unté mermelada.
—Me diste de comer en la cama estando en Providencia—le recordé. Di un mordisco y cogiendo fruta picadita con el tenedor lo llevé a su boca, ella lo aceptó.
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Lazos: Memorias de Sahar y Faye©
Paranormal"No hay nada que haga renunciar, a aquello que está destinado a ser...." Con Velkam recién llegado a Seattle comienza a dejarse ver un sendero de cadáveres en la ciudad, Sahar deberá luchar por proteger a su hija, a Su Amada e impedir un derramamie...