Capítulo 7 (2/2)

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Nota:
Las partes que están escritas en cursiva, son Flashback, y las que están normal, es el presente. (Esto para evitar algún inconveniente).

-Bien... -dijo el pequeño, seguido hizo una pausa-. Mis padres fallecieron antes de que yo tuviera memoria y dejaron mí custodia a manos de otro Rey...

-Señor, usted... ¿Cómo me encontró?, ¿Cómo llegué hasta aquí? -preguntó un pequeño Will de 6 años, al hombre que toda su vida se había hecho cargo de él, sabía que esté no era su padre y a su tierna edad lo que más curiosidad le daba era saber cómo había llegado a manos del Rey, ¿Qué había sido de sus padres?
-Bueno, una noche que estaba de cacería te encontré, apenas eras un bebé de días, estabas solo, abajo de un árbol, llorabas sin parar, se notaba que ya tenías mucho ahí, por lo que no tuve que pensar mucho para darme cuenta de que te habían abandonado, a decir verdad te tuve lástima, por eso te traje conmigo al palacio -respondió el Rey fríamente.
-¿Abandonado? -preguntó el pequeño confundido.
-¿No conoces la palabra?... quiere decir que nadie te quería por lo que te dejaron a tu suerte, para que no les estorbaras en un futuro -respondió.

-Él nunca fue bueno conmigo... Mi vida en palacio no fue feliz... Más bien, fue la peor experiencia de mi vida... - siguió hablando el pequeño.

Will se encontraba en la cocina del palacio de aquel desquiciado Rey, él estaba lavando los trastos sucios que ahí se encontraban, el pequeño apenas tenía 8 años, conforme crecía le daban tareas más "complicadas" para cumplir, el Rey siempre lo trato de esa manera, nunca lo trato como su propio hijo, ni siquiera lo trato como a los demás sirvientes, con él siempre fue más duro y exigente, eso es algo que a Will le dolía, ya que nunca llegó a recibir una muestra de cariño o afecto por parte de este, a pesar de que el Rey había decido criarlo y no mandarlo a un orfanato como normalmente haría.

-¡Will! -gritó un cocinero-, deja eso, eres un niño, no debes de hacer esas cosas, deberías estar jugando, disfrutando de tu infancia.
-No puedo, señor Owens, tengo que hacerlo, si no, el Rey me mataría -dijo el pequeño aterrorizado.
-Yo te cubro, tú no debes estar aquí -dijo con una dulce sonrisa, Will un poco desconfiado aceptó la propuesta y salió a hurtadillas de la cocina.

El pequeño empezó a dar un paseo por los jardines del palacio, aún que siempre alerta para asegurarse que nadie lo viera, el castaño vio a una niña que estaba jugando, la había visto anteriormente en el palacio, pero nunca le dedicó ni una palabra, sabia que era la hija del Rey y él no quería meterse en problemas.

La niña lo vio y le dedicó una cálida sonrisa y se acercó a él.
-Hola, ¿Cómo te llamas? -preguntó la niña, emocionada de poder hablar con alguien de su edad.
-W-Will... ¿Y tú? -preguntó el pequeño con un poco de miedo.
-Eleven, como el número -dijo divertida, haciendo que el pequeño suelte una pequeña risa-, te é visto antes, aunque nunca te é hablado.

Esto era verdad, puesto que los dos crecieron juntos, Will nunca le hablo por miedo al Rey, este ya le había dicho que no quería verlo hablando con la princesa, y ella nunca le hablo por qué tenía miedo de que su padre la castigara, como le hacia cada vez que fallaba en sus clases de magia.

-¿Quieres jugar? Podemos... -la pequeña fue interrumpida por una estruendosa voz.
-¡Eleven!, ¿Qué haces hablando con este niño?, ¿¡Cuántas veces te tengo dicho que no hables con los sirvientes!? -exclamó el Rey, furioso.
-Y-yo... Sólo... -la castaña buscaba una excusa para poder salvarse ella y Will.
-¡Nada!, ¡Ya no saldrás de tu alcoba! -dijo el adulto con firmeza, mientras jalaba a la pobre niña de un brazo- ahora por tu culpa, él -apuntó a Will- se quedará sin cenar.
-¡Pero papá!, Él no tuvo la culpa, yo lo hablé -dijo Eleven, quién intentaba zafarse del agarre del mayor.
-¿Ahora lo defiendes? -preguntó el Rey-, él tiene la culpa, él debería de estar trabajando, no vagando por él palacio.

¿Mi Princesa? // BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora