¿Mi Princesa? // Byler

Capítulo 11

A la mañana siguiente, el príncipe y su princesa yacían dormidos en la cama, Mike abrazaba a su esposa por la cintura, sin duda era una posición muy agradable para ambos, hasta que llegó alguien a romper aquella comodidad.

-¡Mike!, ¡Will!, Es hora del desayuno, despierten ya es tarde, y los Reyes los están esperando -exclamó Lucas desde fuera de la habitación, había tenido la mala fortuna de toparse con la Reina de camino al comedor, por lo que esta al verlo lo mando a buscar a la pareja.

Mike se movió con incomodidad y se alejó un poco de su amada, contempló su hermosa belleza y decidió despertarla de una manera romántica.

Empezó a darle pequeños besos por su rostro, pero esta ni se inmutaba, así que decidió darle un beso en los labios, tristemente nada salió conforme a lo planeado, ya que Will al sentir aquel beso algo húmedo frunció el ceño y le dio una fuerte cachetada al joven Wheeler.

-¿¡Otra vez!?, Creí que me amabas - exclamó Mike, sobando su mejilla.
-¿Qué parte de "Reaccionaria una persona normal" no entiendes? -cuestionó Will, algo alterado, mientras se incorporaba en la cama.
-Creí que te gustaría -dijo confundido.
-¿Después de tantas bofetadas aún no has aprendido? -cuestionó.

Antes de que el príncipe responda se escuchó el sonido de la puerta abrirse.
-Lamento interrumpir su pelea de pareja, pero, realmente aprecio mi empleo, así que háganme el favor de salir una buena vez -dijo Lucas con una sonrisa forzada.
-¿Qué tiene que ver eso con tu empleo? -preguntó Mike.
-Mucho, Wheeler, Mucho -respondió, para enseguida salir de la habitación.

Mike y Will se alistaron para después salir de la alcoba del príncipe y dirigirse al comedor.

Al finalizar el desayuno, la pareja ya se dirigía de nuevo a la habitación, hasta que Mike escuchó al menor soltar un leve estornudo.
-Will, ¿Estas bien? -dijo preocupado.
-Si, estoy bien, no es nada, a de ser por el polvo, ya que las ofrecidas de tus empleadas no ejercen bien su trabajo -dijo calmado hasta que al final subió un poco la voz, y dirigiéndo una mirada asesina a unas mucamas que estaban cerca, esto para que dejarán de ver a su esposo con mirada de querer comérselo-, ¿Entiendes? -dijo regresando su mirada a Mike y dando una sonrisa forzada.
-¿Ya vas a empezar con eso? ¿¡Cuántas veces te tengo que decir que te amo a ti!? -dijo acercándose a él.
-El hecho de que ellas sigan de ofrecidas no ayuda -dijo con una voz aguda y otra vez viendo de nuevo a las empleadas, estás al ver la mirada asesina que les dirigía el pequeño, acompañada con una sonrisa bastante aterradora, se asustaron y decidieron abandonar el lugar.

-No seas tan dramática, yo te amo -dijo acercándose a los labios del menor, pero justo antes de juntarlos, Will soltó otro estornudo-. ¿Estas segura que estás bien?
-Si, estoy bien, ya te dije que es el polvo -dijo restándole importancia.
-No lo creo, iré por medicina para la tos, no quiero que te enfermes, aparte ayer te dormiste con el cabello mojado, te dije que te esperaras, pero ¡No!, Tú de terca que tenías sueño, ahora sí te lo puedo decir ¡Te lo dije! -reprochaba, muy alterado, Will solo veía sus acciones sin tomarle importancia a lo que su esposo le decía, quien se metió en un pequeño cuarto que había por el pasillo y mágicamente salió con un frasco de medicina para la tos y una cuchara, todo esto sin dejar de hablar-. Abre la boca -dijo con la medicina ya servida en la cuchara.

-¿Estas seguro que es la cantidad correcta? -dijo viendo la cuchara que estaba demasiado llena.
-Claro -respondió despreocupado, aún que en realidad ni él sabía la cantidad que debía que darle. Will abrió la boca y Mike metió a cuchara con medicina en ella, el menor hizo primero una expresión de desagrado, pero después abrió los ojos y sonrió.

-Esta rica, ¿De que sabor es?, ¿Cereza? -dijo con intención de tomar el frasco, pero Mike no lo dejo.
-Si, es cereza, y que bueno que te haya gustado por qué te tomarás 4 cucharadas más -dijo el príncipe con una sonrisa. El pensamiento de «Si poco es bueno, más debe ser mejor ¿No?» Pasó por su mente mientras volvía a llenar la cuchara, Will al escuchar esto abrió los ojos de manera exagera y la sonrisa se borraba de su rostro.