44. 𝒥𝒾𝓁𝓁𝒾𝒶𝓃

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He tomado la decisión de irme con mi padre, solo por un tiempo, Canadá suena como una promesa. No ahora, tengo que terminar al menos el semestre y organizar todo allá, pero mi madre se niega a soltarme, pero fingir que he mejorado de la nada es el mejor plan para que ella me deje ir.

—me alegra que vuelvas a la escuela, apuesto que Marcus y Barbie estarán contentos —mi madre le da un sorbo a su café y desde aquella dramática comida con David y Timothée apenas si puede mirarme

—supongo —digo mientras finjo probar la fruta que me ha preparado mi madre, aun que sigo sin poder comer algo por completo —me tengo que ir, quede de verme antes con alguien —miento porque ahora lo único que quiero es alejarme de mi madre.

Ella solo asiente con la cabeza y sin esperar algún tipo de respuesta o si quiera algo como que tenga un buen día, salgo de mi casa y subo a mi auto, enciendo la música y por largos minutos solo doy vueltas para hacer un poco de tiempo hasta finalmente dirigirme a la escuela, han pasado días y mi aspecto esta decayendo y lo sé porque mi madre es en lo único que se fija, incluso esta mañana ha reprochado el como voy vestida, mi antigua yo solía preparar su ropa por semana, algo que me gustara, llamar la atención, pero ahora es lo que menos quiero, deje las faldas de un lado, los shorts incluso los vestidos o las blusas escotadas, porque pienso en lo que llevaba puesto aquella noche y automáticamente creo que si me visto de cualquier manera en la que se vea una parte de mi cuerpo, les doy el derecho de tocarme.

Asi que las sudaderas viejas de mi padre y los moms jeans son ahora mi mejor complemento. La música se detiene e inconscientemente apago el auto y bajo, tomo mis cosas y cuando camino hacia la entrada de la universidad, nadie me ve, nadie notó que llevo días sin venir o incluso mi cambio físico. A lo lejos creo reconocer el auto de mi abuela, asi que camino en su dirección y cuando me acerco, puedo visualizarla por completo. Ella Baja del auto y lo primero que hace es darme un abrazo reconfortante y creo que es el primero abrazo sincero que recibo, ella no me ve con lastima o pena, es la única que me trasmite alguna sincera paz

—Lo siento mucho, mi amor. Tu madre me hablo cuando se enteró, quería ir a visitarte pero ella se negó, no quería que te enojaras mas con ella —justifica su ausencia

—no quiero estar aquí abuela, prácticamente me ha obligado a salir y de casa y no sabe lo mucho que sufro —digo como un susurro y mi abuela me guía hasta entrar a su auto

—¿ya has desayunado? —pregunta —¿sabes qué? Vámonos de aquí—toma iniciativa, arranca el auto y maneja hacia un lugar desconocido, es la primera vez que me siento un poco segura fuera de casa, mi abuela me regala pequeñas sonrisa y la paz me llena por completo

Tengo alguna idea de a donde me llevara, ella suele amar esos restaurantes que están al aire libre, cerca de los parques del centro y acierto cuando dejan de verse los grandes edificios, el silencio del parque es ensordecedor

Mi abuela se estaciona cerca de un restaurante que tiene aspecto de una cabaña y de repente viene a mi mente el recuerdo de la semejanza que tienen con el restaurant al que me llevo Lucas, justo cuando conocí a Timothée

—¡Kris! ¿dos veces esta semana? Que gusto —dice la recepcionista justo cuando entramos

—Gina, sabes que amo venir aquí —le regala un beso en la mejilla y la señora un poco ms joven que mi abuela nos guía a una mesa, justo en el jardín, Gina nos da la carta y se marcha, no sin antes hacerme un cumplido por lo "bella que soy y lo mucho que me parezco a mi abuela" lo cual suena falso, dudo que sea bella justo ahora, pero agradezco y cuando Gina se va, mi abuela habla

—Estoy preocupada por ti, Cariño

—siento que eres la única que lo dice de verdad

—tu madre también lo esta ¿has hablado con tu padre de esto?

Tenderly; Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora