26. 𝓽𝓲𝓶𝓸𝓽𝓱𝓮́𝓮

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Después del segundo de conexión que tuve con Emma en los jardines de la universidad, no la volví a ver, hasta dos días después, iniciando nuestra cita, la verdad es que no tengo muchas expectativas, sé que me prometí a mi mismo que le daría la mejor primera cita, pero siempre que los nervios se apoderan de mí, viene acompañado de unas ganas de vomitar y de querer matarme al instante, asi que espero que ella tampoco tenga tantas expectativas.

***

Espero enfrente de mi auto la llegada de Emma, en la mañana he pasado a una tienda de plantas, le he comprado una, no tengo idea de que tipo es, solo pensé que le gustaría, asi que ahora soy un sujeto enfrente de su auto con una planta y espero que Emma no me deje plantado. A lo lejos la veo salir y mi cuerpo comienza a relajarse, me regala una sonrisa desde el otro lado y le regreso el gesto, y cuando la tengo frente a mí, puedo ver que a diferencia de otros días, hoy esta diferente y me gusta.

— Hola Tim —me saluda por primera vez

—Hola Emma, te he traído esto —le entrego la planta y ella suelta una risita

—Sabes, la gente por lo general regala flores —

—sí, lo sé, pero las flores solo duran pocos días, literalmente esta muriendo cuando las cortan, asi que desde que soy niño, mis padres me enseñaron que es mucho mejor regalarlas en masetas o plantas a los demás, es algo significativo, las plantas están llenas de vida —trato de continuar y no sonar como un idiota

—me estas regalando vida —dice sosteniendo la planta

—si, te la estoy regalando, un vínculo, para serte honesto nunca le había regalo una a nadie, eres la primera —admito

—me gusta, sobre todo el sentimentalismo en las cosas, Gracias — dice y como si esto le estuviera incomodando, evita mirarme, asi que para evitar escenas incomodas, nos dirigimos al auto y subimos, me evito todo el acto del caballero que abre la puerta del copiloto para que ella se adentre, puede llegar a ser un poco machista y Emma me daría un golpe o me mandaría a la mierda, el auto se hace mas pequeño con su presencia, por favor que diga algo o no voy a resistir todo el camino asi

—¿Por qué un narciso? —pregunta y no sé a qué se refiere

—¿un narciso? —la miro un segundo y vuelvo a mirar al frente

—sí, ¿por qué has elegido esta en especial? —vuelve a preguntarme

—me recordó a ti, hace días, cuando tomabas el sol eras como un destello de luz, el brillo emanaba de ti y me transmitió eso, una sensación de paz — lo digo de verdad

—simboliza el amor no correspondido —admite

¿acaso era una señal? ¿Para quién? No existe tal amor, ¿acaso elegí la flor correcta para la chica incorrecta?

—si, la verdad no se me da mucho el escoger ese tipo de cosas y ninguna otra —confianza y Emma solo suelta una risita como si fuera un chiste, pero no lo es

Y después de prender la radio para evitar un silencio incomodo y 6 canciones, llegamos, estaciono el auto —puedes dejar el narciso aquí —sugiero

—¿podría llevarlo?, el calor del auto lo puede marchitar — y tiene razón

—sí, podríamos darle un poco de agua y ponerlo en la estación —le sonrió y bajamos del auto, activo la alarma y que inicie esto.

Justo antes de entrar, Emma toma mi mano, me toma de sorpresa pero no quiero ser grosero al quitarla, ¿qué mierda estoy haciendo?, pienso. Busco a mi padre y veo que la mayoría de la gente esta en su lugar, no se que pasará con Jillian, a mi padre no le he dicho y estoy seguro de que al llegar a casa me dará mil y un lecciones sobre lo mala persona que soy.

Tenderly; Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora