Cap3

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—¿Y cómo se supone que entraremos sin que se den cuenta, Sheriff? —preguntó Henry al ver a las personas que estaban afuera del hospital.

—Tranquilo, lo tengo todo bajo control, ¿está bien? —dijo la rubia, conduciendo hacia la parte trasera del hospital. Sacó su celular y marcó—. Soy yo, estamos afuera... ¿cuánto? ¿Nadie sabe? Bien... déjanos entrar —colgó y salió del auto, abriendo la puerta trasera—. Está bien, chico, es hora de irnos.

Henry asintió y salió del auto, dejando a la morena, quien se había quedado dormida. Emma se acercó a ella y la despertó lentamente.

—Regina... Regina, tenemos que irnos —la sacudió un poco. La morena despertó sobresaltada—. Lo siento, pero ya llegamos.

En ese momento, la puerta se abrió y Henry entró con una silla de ruedas.

—Vamos, te ayudaré a salir —dijo Emma, tomando su mano. Regina salió lentamente y se sentó en la silla.

—Bien... es hora —Emma tomó la silla mientras Henry cerraba la puerta del auto, y juntos entraron al edificio.

—Tomen esto —dijo Rogers, entregándoles unas batas de médico y a la morena una sábana—. Martha me dijo que Whale llegará en media hora para el chequeo.

Madre e hijo asintieron. Emma condujo la silla de ruedas por el pasillo, caminando lo más rápido posible sin llamar la atención. Henry y Emma llevaban tapabocas, mientras que Regina estaba cubierta con la sábana para ocultar su rostro. Se acercaban a la puerta que conducía a la parte de psiquiatría hasta que...

—Disculpe, doctor —dijo una voz detrás de ellos. Madre e hijo se detuvieron.

—Llévala, yo me encargo —dijo Emma rápidamente. Henry siguió empujando la silla de Regina, mientras Emma se daba vuelta y se encontró con Whale acercándose, mirándola con sospecha.

—Mierda —murmuró Emma, sabiendo que la descubrirían, así que hizo lo que tenía que hacer: corrió.

—¡OYE! —gritó Whale, persiguiéndola.

Emma llevaba ventaja. Se metió en la primera habitación que encontró y comenzó a quitarse la bata, esperando. Escuchó pasos y voces, y luego, nada. Todo se alejaba. Emma salió y vio que el pasillo estaba vacío, así que corrió para encontrar a Henry y Regina. Al doblar una esquina, vio a Henry hablando con Whale, y su corazón se aceleró. El estómago de Emma se revolvió al no ver a Regina.

—Swan, las horas de visita han terminado, no pueden pasar —dijo Whale, deteniéndola.

—Pero le decía al doctor que solo queríamos un momento con ella —respondió Henry, mirando a Whale con una mirada suplicante.

—Sí, solo quería que Henry viera a su madre —dijo Emma, intentando no sonar desesperada, mientras trataba de averiguar dónde estaba Regina, pero Henry evitaba mirarla.

—Bien —dijo Whale—, voy a realizar el chequeo de sus heridas, así que pueden venir conmigo... síganme.

—Eh, ¿por qué no esperamos a mis abuelos? ¿Verdad, ma? —dijo Henry, intentando ganar tiempo.

—Eh... sí, deberíamos...

—Escuchen, tengo un plan que seguir y no estoy para esperar a todo el clan, así que si quieren seguirme o no, me da igual —dijo Whale, dándose la vuelta y abriendo la puerta que conducía al área de psiquiatría.

—¿Dónde está? —susurró Emma a Henry mientras caminaban.

—Bueno, yo...

—¡AAAH! —escucharon un grito de Whale. Ambos corrieron hacia él—. ¿Qué hace esto aquí? —preguntó, levantándose del suelo—. ¿Quién la dejó aquí?

Swanqueen .2Where stories live. Discover now