Mi Príncipe De Lagunas Doradas ☆Terminada☆ ✔

Capítulo 05

Los últimos días habían transcurrido rápidamente cada vez se acercaba más la fecha en la que Sesshōmaru tendría que marcharse, últimamente no pasaba mucho tiempo con Rin, ya que se estaba encargando de los trámites para el viaje, su estancia en el país entre otras cosas.

Era una mañana muy calurosa por fin tenía todo resuelto y había decidido pasar ese día con su pequeña revoltosa. Se levantó, cepilló sus dientes y bajó a desayunar, pero al abrir la puerta se encontró con la sorpresa de que Izayoi iba saliendo con Rin de la habitación y en su mano derecha sostenía una pequeña maleta.

—Izayoi, no sabía que iría de viaje. —inquirió curioso.

—En esta ocasión no seré yo, si no Rin. —contestó con una leve sonrisa.

Esto no causó gracia en él, realmente no le había gustado para nada la noticia. Dirigió su mirada a la pequeña niña algo desconcertado ¿De verdad lo dejaría ahí solo a unos días de su viaje?, realmente esta niña era una ingrata.

— ¿Adónde irá? —la mayor lo observó un poco desconcertada, él no era mucho de hablar y menos estar de curioso.

—Irá donde su abuela por unos días. —no recibió respuesta.

Sin premura el peli plata inició su andar hacia las escaleras. El transcurso del desayuno fue un poco incómodo se notaba el claro enojo del peli plata. Izayoi y Tōga no entendía el porqué de su reacción.

Cuando llegó la hora de despedirse, la pequeña se acercó sigilosamente y tomó la mano de Sesshōmaru, para que volteara su mirada hacia ella, éste miró de reojo a los señores Taishō dándoles a entender que necesitaba privacidad.

—Rin, te esperamos en el auto. —anunció su madre.

La niña asintió dirigiendo su mirada hacia el peli plata. Éste al observar que tenía su atención se agachó para estar a su altura y sin previo aviso la abrazó.

—Te doy cuatro días para que regreses, si no iré por ti. —al deshacer el abrazo observó a la pequeña sonreír para segundos después salir corriendo hacia el auto.

= ° =

Alrededor de veinte minutos de viaje llegaron a una hacienda no muy lejana de la casa Taishō. Al aparcar el auto frente a la entrada principal observaron que Tsubaki—la abuela de Rin estaba esperándola.

La pequeña bajó rápidamente para ir al encuentro con ella, poco tiempo después aparecieron más familiares que salían del interior de la casa, uno de ellos era su primo Kohaku un niño de 10 años que creció con la pequeña en la misma casa hacienda hasta la muerte de su padre.

— ¡Rin!... —gritó el pequeño mientras corría a su encuentro.

Al estar frente a ella la abrazó, estaba feliz de volver a ver a su prima, la niña correspondió el abrazo de inmediato, pues lo quería como aun hermano. Tiempo después Tōga e Izayoi se retiraron dejando todas las indicaciones posibles para la pequeña.

= ° =

Caída la noche la niña se retiró a la habitación que habían preparado para su estadía. Transcurrieron un par de horas, pero a pesar del cansancio no lograba conciliar el sueño era extraño que su madre y Tōga no estuvieran para desearle las buenas noches, saber que el peli plata estaba lejos tampoco ayudaba mucho.

La mañana asomó por la ventana de la pequeña que se removió al sentir la luz acariciar su rostro, se estiró perezosamente y aun adormilada bajó para desayunar.

Dada las diez de la mañana toda la familia se dirigió al campo. Unos platicaban amenamente mientras otros cabalgaban y los niños jugaban.

Habían transcurrido cinco años de la muerte de Setsuna. El padre de Rin. Este era el motivo principal por el cual se había reunido toda la familia, todos querían recordarlo de una manera entusiasta y alegre, él amaba ver a su familia reunida y ¿Qué mejor forma de recordarlo que reunirse para esa fecha? Aunque faltaba Izayoi, pero desde que se había casado ya no la consideraban parte de la familia.