° Á n g e l ° G u a r d i á n °

Octava

Sueños

En el medio del enorme patio de juegos de mi escuela, a mis amigos y a mí nos encanta jugar a las atrapadas. Aunque a nadie le gusta ser el que tiene que atrapar.

- "¡Corre, rápido, va tras de ti!"

Mis piernas se mueven a gran velocidad y me escondo detrás de un árbol.
Cierros los ojos, tomando aire. La enorme carrera me ha dejado exhausto.
Cuando vuelvo a abrir mis ojos, ya no tengo nueve años.

Apoyado contra el enorme roble que durante años vivió dando sombra al patio de mi instituto, observo a una mamá pájaro dar de comer a sus bebés y sonrió ante la divertida forma en que lo hace.
Mis compañeros ya entraron a clases, pero yo decidí saltármela por una vez.

- "Hey"

Aquella voz se me hace muy conocida, y al mirar al frente un adolescente de mi edad está parado en frente mío. ¿Quién es él? ¿Por qué su voz se me hace tan familiar?

- "Hey..." - Sonríe ante mi clara extrañeza. Y pienso que su sonrisa es muy bonita.

- "Mi nombre es Jungkook"

- "Taehyung"

Y me extiende su mano, la estrecho con la mía y siento una especie de corriente eléctrica atravesar por mi espina dorsal.

Su toque...

Es tan familiar...

Tan cálido...

¿Por qué siento que ya te he visto antes?

De pronto, tu sonrisa se borra. El cielo, al principio soleado sin una sola nube que bloqueara su celestina vista, se nubló de repente, tornándose completamente gris.

- "Tae..."

El rostro de Jungkook, ahora sombrío, sin brillo, y con algunas lágrimas rodando por sus mejillas.

- "K-Kookie..."

- "Ayúdame"

¿Ayudar?

¿Con qué?

¿Qué tienes, Kookie?

¿Por qué te desvaneces? ¿Por qué te vas de mi lado?

¿Por qué no puedo recordarte?

Kookie... Kookie... ¡Jungkook!

¡¿Dónde vas?! Todo está oscuro.

Tengo miedo Kookie.

- "No olvides"

¿Olvidar qué?

¿Qué está pasando?

No puedo ver nada, excepto una tenue luz, un brillo inusual; un objeto brillando en mi mano.

Un llavero. Con un hermoso dije algo despintado. Un león. Y un conejo.

¿De dónde salió? ¿Qué hace aquí?

Un grito desgarrador se escucha en el aire y entra a mis oídos con furia. ¡Sé que eres tú!

¡Jungkook!

Una pluma cae de entre la oscuridad, justo frente mío.

Luego otra.

Y otra más.

Entonces, el grito vuelve a repetirse.

- "¡Ahh!"

- ¡Taehyung!

Mi respiración es agitada y no puedo entender dónde estoy, o cómo es que llegué aquí.

Estoy asustado y mis ojos pasan a través de una habitación totalmente irreconocible a mi vista. No me tranquilizo sino hasta que alguien toma mi mano. Con mi corazón latiendo a mil por hora tomo el valor para encarar a quien sea que estuviera a mi lado.

- Hoseok hyung...

- ¿Tuviste una pesadilla?

Asiento lentamente y no pregunta nada más. Quizás respetando el que no quiera hablar de ello. Y le agradezco mentalmente por eso.

- ¿Cómo llegué aquí, Hobi hyung?

Hyung ríe y acaricia mi cabeza, como si fuera un niño pequeño. Hago un pucherito, porque yo soy una persona grande. Trabajo y pago la luz.

- Te dormiste y no encontré tus llaves, así que te traje aquí. ¿Quiéres desayunar?

Asiento eufóricamente y mi hyung sonríe conmigo. Me indica el baño y ropa, y me dice que vaya a la cocina una vez esté listo.

- ¡Señor, sí, señor!

Y tras una ridícula, pero divertida, escena tipo ejército interpretada por ambos, Hobi sale de la habitación dejándome nuevamente solo.

No puedo evitar recordar el sueño.

Hacía mucho tiempo que no tenía ésta pesadilla. Y cada vez es peor.

Puedo recordarla vagamente. Jungkook siempre aparece en ella. Pero nunca me habla.

Sólo está allí. A veces conmigo, sentados en algún parque. Otras veces jugando videojuegos.

Entonces todo se desvanece y aquel grito, desgarrador, doloroso, arremete en mis oídos.

Todas las veces.

Aunque, hoy fue diferente. Kookie, el del sueño, él me habló.

Antes nunca había hablado. Sólo estaba allí, mudo. Hasta que desaparecía y yo me quedaba solo.

Pero hoy habló.

Agarro mi cabeza con ambas manos, frustrado.

No puedo recordarlo.

¿Por qué no puedo recordar lo que me dijo?