Cuarta

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Avances

Kookie no vino en todo el día. Sólo dijo que debía salir por un asunto importante, pero tampoco me dijo qué era.

Estoy preocupado.

Ya son más de las tres de la mañana. Y él se fue a las diez... de esta mañana.

"No te preocupes Tae, volveré" fue todo lo que me dijo antes de irse.
No es la primera vez que lo hace. Suele salir mucho los días como hoy.

Literalmente. El calendario según mi teléfono móvil indica el día uno del mes. Por alguna razón que desconozco el sale todos los uno del mes, temprano, no me dice a dónde. Sólo se va. Pero siempre ha regresado de inmediato.

Hoy fue diferente.

Suspiro.

Ni siquiera tiene un teléfono. Para marcarle. Kook es mi mejor amigo desde que tengo memoria. Vivimos juntos y asistimos a la misma universidad. Es un gran amigo, aunque tiene muchos secretos. A veces quiero preguntarle sobre ello, pero... siempre evade el tema. Bueno, realmente no sé si lo hace. No recuerdo las charlas que tenemos sobre eso.

No es que las tengamos seguido. Casi no hablamos del tipo de cosas serias, bueno, somos hombres y jóvenes, ¿Quién lo hace a esta edad?

Busco mi celular y enciendo la pantalla para, recordar nuevamente, que él no tiene un celular. Y eso que acabo de pensarlo hace cinco minutos.

Continúo sentado frente a la puerta. Y no puedo siquiera dormir. Esto no es normal. No está bien que haya desaparecido así. ¿Siquiera puedo reportarlo? No lo sé. Nunca me había pasado algo así.

Creo que... podría buscar ayuda.

Tragué la saliva que se había juntado en mi boca, pensando en si tocar o no el timbre del departamento de enfrente. No conozco a nadie más en este edificio que a mi vecino. Y no es que tenga una extraordinaria relación con él como para llamarlo a las tres de la mañana.

Pero no se me ocurre nada más.

Aún con un nudo en la garganta toqué el timbre. Lo que no esperaba era que abrieran rápidamente.

- Hey...

Del otro lado de la puerta, un Hoseok medio dormido. Con el pelo algo despeinado, se frotaba un ojito. Se veía adorable. Tragué grueso, quitando cualquier pensamiento extraño que apareciera en mi mente. Ahora no estaba para eso.

- Lo siento, ¿Te desperté?

- Ah, está bien. Me quedé dormido en la sala. Me ayudaste a no pescar un resfriado.

Pude ver que sonreía. No era la primera vez que veía su sonrisa, pero ésta era mucho más bella que la pequeña mueca de cero punto dos segundos que teníamos todos los días al cruzarnos en el pasillo.

Escuché preguntarme qué pasaba que había tocado tan tarde. Y finalmente mi mente aterrizó en la tierra, recordando el por qué de mi repentina visita. Nunca había sido capaz de tocar a su puerta, aunque él ya muchas veces me había invitado a pasar el rato. Siempre fui muy tímido. Y que, después de tanto tiempo, la razón fuera esta. Y a esta hora, no era muy grato.

- Yo... necesito ayuda. ¿Recuerdas a JungKook?

Pareció dudar. Posó una mano en su mentón y negó. Encarné una ceja, algo confundido.

- Es mi compañero de piso...

Me sonrió apenado por no recordarlo. Pero me invitó a seguir hablando después.

° Á n g e l ° G u a r d i á n  °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora