Capítulo 8:

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No respondía cuando decía su nombre.

-Ya sé dónde está Tn, voy a buscarla- traté de sonar calmado pero creo que no funcionó.

Dijo casa y como yo estaba en la mía y ella no, la única casa que queda es la de ella. Tomé las llaves del auto y manejé ignorando todas las leyes de tránsito, no me importaba nada más que ella.

-¡Tn!- la puerta no tenía traba así que entré. Me quité a gran velocidad los zapatos y comencé a buscarla.

Sala, nada. Cocina, solo comida… de hecho, no he desayunado así que podría, ¡No! ¡Yo vine por algo! Estudio donde está el piano, nada. Subí las escaleras lo más rápido que pude y fui directo a su cuarto, no la vi. La puerta del baño de su cuarto estaba cerrada, la abrí y…

Sentí que todo me daba vueltas, nunca imaginé poder ver algo así.

Estaba tirada en el piso, rodeada de un gran charco de… sangre. Junto a su cabeza estaba su celular, seguro se desmayó cuando ya no contestaba.

Me hinqué junto a ella. Tenía los ojos cerrados y su herida ya no sangraba, en el lavabo estaba una pequeña navaja, ¿esa cosita tan pequeña hizo todo esto?

-Tn…- mi voz se quebró en la última letra de su nombre, una lágrima recorrió mi rostro con velocidad y cayó en su mano fría.

Tomé mi celular y marqué con dedos temblorosos y vista borrosa a causa de las lágrimas el número de emergencias. Dije lo que estaba pasando y dijeron que una ambulancia llegaría lo más pronto posible.

-Tn, por favor despierta. Te quiero pequeña, por favor no me hagas esto, dime que es sólo una broma, una estúpida y cruel broma. Despierta, por favor- la abracé con cuidado de no moverla demasiado.

Escuché a lo lejos el sonido de la sirena de la ambulancia, la cargué en brazos y bajé rápidamente. Cuando abrí la puerta los paramédicos estaban a escasos metros de la puerta, la puse suavemente sobre la camilla, la subieron a la ambulancia conmigo detrás, me dejaron ir con ellos al hospital. No quería alejarme de ella, ya no.

Llegamos al hospital y literalmente corrimos hasta el área de urgencias. Unas enfermeras me detuvieron antes que metieran a Tn en una habitación.

-Lo siento joven, no puede entrar ahí- la enfermera no era ni alta ni baja, sino una estatura promedio. De cabello castaño y ondulado recogido en una coleta, su piel era bronceada y no usaba maquillaje, lo cual es raro en una mujer adulta.

-¿Va a estar bien? Por favor dígame que ella estará bien- sé que suplicar no servirá de nada pero quiero aferrarme a la pequeña esperanza de que pueda salir de ésta.

-Haremos todo lo que esté a nuestro alcancé, por favor, pase a la sala de espera- me guió hasta la sala de espera y cuando estaba a punto de retirarse la tomé del brazo.

-Por favor quédese conmigo, al menos hasta que llegue mi madre, enloqueceré si ella… si ella- no pude terminar frase porque estallé en un llanto desgarrador.

La muchacha me abrazó para consolarme y mojé por completo su hombro con mi llanto. En mi mente estaba intacta la imagen de Tn en el suelo en un charco de sangre, si tan solo la hubiera seguido ayer cuando se fue de la casa…

Flashback:

Mi madre le ofreció quedarse a vivir con nosotros, y la cuidaría como si fuese su hija.

Primos TN&NamJoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora