A pesar de todo. (Eremin/Cielois)

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La oscuridad se había adueñado de todo el cielo, apenas se podían observar las pocas estrellas que la noche traía consigo, un olor a podrido y cenizas invadía aquel lugar, las llamas y los cuerpos sin vida de miles de personas eran la causa de aquel terrible aroma. 

Mikasa, Armin, Reiner, Annie, Berthold  y yo habíamos llegado al lugar de campamento de un pequeño grupo de supervivientes en los que se encontraban Christa, el capitán Levi y el comandante Erwin, ademas de algunos civiles, y mas personas del ejercito, al parecer estaban muy bien armados, tenían decenas de cajas de municiones, comida y botiquines para los heridos.

Habían pasado ya unas horas desde que los encontramos, mas bien que ellos nos encontraran a nosotros, desde que llegamos se ocuparon de Reiner, Berthold y Annie, los tres habían sido heridos por los vampiros nobles. 

Nota: Los nobles son vampiros de clase alta, con mayor fuerza que un vampiro común, además usan armas de primera clase. Todos los progenitores son nobles.

—Hola chicos, ¿Cómo siguen?—Dijo Christa entrando a la habitación con algo de té.
—Oh, Christa, estamos bien, gracias a su ayuda. —Respondió mi hermana.
—¡Oye! ¿Como siguen Reiner, Berthold y Annie? —Preguntó preocupado Armin. —No hemos sabido nada de ellos desde que entramos aquí.
—Tranquilo Armin, ellos se encuentran mejor. Annie esta reposando por su herida en su costado derecho, afortunadamente no fue profunda, no perdió tanta sangre, al igual Berthold, sus heridas sanaran pronto.—Contestó la rubia.—Tomen un poco de té, les ayudará a recuperar fuerzas.
—¿Y Reiner? ¿Él como se encuentra?—Pregunté.

—Bueno, él, está estable, perdió mucha sangre, pero se recuperará, es muy fuerte. —Dijo con algo de preocupación. —Sin embargo, su pierna creo que no. La herida dañó los ligamentos, músculos y algunos huesos en gran parte.

—¿La perderá? —Dijo mi rubio, tapando su boca.

—Lo mas posible será eso, aunque hay dos formas en la que podrá tenerla de vuelta. —Dijo
tomando su barbilla, pensativa.

—¿Cuáles?
—Un arma maldita o conseguir una prótesis.—Dijo sonriendo.

—¿Un arma maldita puede hacer eso? ¿Y además dónde encontraríamos quien fabrique prótesis en este infierno?—Pregunté con gran curiosidad.
—Con el poder de un arma serie de demonios negros, por supuesto, y con respecto a las prótesis, existe alguien que las fabrica, en Londres.—Contestó con una pequeña sonrisa.
—¿Serie de demonios negros? ¿Londres? —Preguntamos los tres al no saber a que se refería.
—Así es, en esa serie se encuentran los demonios mas fuertes, aunque es un arma muy letal para los enemigos, al mismo tiempo es muy peligrosa para su portador. —Comentaba la rubia, mientras nosotros apenas podíamos descifrar lo que quería decirnos. —Aunque por ahora, Reiner no se encuentra en buenas condiciones para desafiar aun demonio superior, tendremos que optar por la segunda opción.

 —He, claro, ¿podrías explicarnos mas eso de las armas malditas? —Preguntaba intrigado mi novio tomando mi mano muy fuerte, podía sentir su miedo.
—Veo que quieren saber todo sobre este tema, para eso les traeré a una profesional. Esperen un momento. —Christa abandonó la habitación, nos había dejado con una enorme intriga, después de unos minutos regresó.
—He vuelto, bien, ella es la líder de escuadrón al que serán asignados, la señorita...
—¿Hange?—Dijimos sorprendidos Armin y yo al mismo tiempo.

—¡Hola mis pequeños, me da gusto verlos con bien! —Dijo nuestra profesora de curso, acercándose y dándonos un gran abrazo.

—Señorita Hange, ¿Usted es nuestra líder de escuadrón? ¿pero cómo? —No podíamos creer lo que veíamos.