Sentirse vivo - Capítulo 6

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Rosita había esperado que Abraham terminase de comer y se marchará, antes que ella, para así poder levantarse de la mesa.

Quería evitar por todo los medios encontrarse con él a solas. Le conocía demasiado y sabía que éste intentaría conseguir de cualquier forma un encuentro con ella.

Ella temía el mero hecho de quedarse a solas con él. Sabía que él era incapaz de ponerle una mano encima en otras circunstancias, pero los celos le hacían desencadenar toda su rabia y por consecuencia sus malos modales. Abraham empezaría a intentar comerle la cabeza, a dejarle claro que ella era la verdadera culpable de sus actos. Rosita sabía perfectamente que ella se caería en aquella manipulación de sentimientos y que terminaría creyendo sus palabras.

Por mucho que le dolía el corazón no había dejado de amarle. Le costaba admitir que si no hubiese sido por Daryl, hubiese vuelto con Abraham si éste se lo hubiese pedido. Aún después de sus encuentros con Sasha, Rosita sabía que terminaría cayendo en sus redes.

Ella se sentía estúpida por ello. Pero sabía perfectamente que todo lo que había vivido junto Abraham no se iba a borrar de su corazón tan fácilmente.

De verdad quería hacer borrón y cuenta nueva en su corazón, enamorarse de otro hombre y olvidar a Abraham por completo o optar por todo lo contrario; quedarse completamente sola. Aunque era consciente de que no necesitaba a ningún hombre en su vida sentía que en aquella mierda de mundo "apocalíptico" necesitaba tener en su corazón a alguien por el cual ponerse en pie todas las mañanas, por quien dar su vida.

Observó como todos sus compañeros se marchaban del comedor uno a uno, incluyendo a Abraham. Pero al estar tan pendiente de sus compañeros en la mesa no se percató de que Carol se había marchado de la casa. Por lo que pensaba que seguía con Daryl, hablando en la habitación.

Quería hablar con el arquero, necesitaba despejar su cabeza y éste era el único, ahora mismo, que hacía que sus horas se pasarán rápido. Sus "consejos" aunque eran torpes le ayudaban bastante.

Daryl era ahora mismo su pilar fundamental en aquel lugar.

Decidió quedarse con Judith en el comedor jugando con las muñecas hasta ver a Carol bajar las escaleras. No quería interrumpir, así que esperaría a que estos terminaran de hablar para así poder acercarse a la habitación del arquero.

Estuvo más de una hora esperando, jugando con la pequeña en el comedor.

Carl se unió a ellas después de terminar de leer uno de los cómics que encontró en el desván de una de las casas de la comunidad. Él siempre era muy atento con su hermana.

Los tres jugaron más de diez minutos prácticamente en silencio, emitiendo pequeños sonidos cuando subían a las barbies en sus coches o caballos, pero poco más que eso.

Carl, que no tenía una relación muy estrecha con Rosita, decidió romper aquel silencio y conversar con su compañera.

- ¿Qué tal va todo Rosita? - dijo el muchacho - ¿Te has adaptado bien a este nuevo hogar?

- Si, está bien... ¿Y tú? - contestó Rosita.

- Sí. La verdad es que me encuentro muy cómodo en éste lugar... Deberías haber visto la prisión donde vivíamos - dijo el chico con una sonrisa.

- Dormir en celdas debe ser muy deprimente - contestó Rosita.

- Si lo es la verdad... - continuó Carl

De nuevo se hizo el silencio. A Rosita parecía que aquello no lo incomodaba pero a Carl sí, así que decidió volver a conversar con ella.

- Últimamente suelo verte mucho con Daryl - preguntó Carl - Me alegra que te hayas hecho su amiga. Es un tío muy legal.

"Inevitable" (Caryl fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora