T R E C E

221 35 20
                                    




Cuando entre a casa  de Laura, máximo unas quince personas ya me estaban rodeando. Supongo que sus familiares, que se veían de un poco más de 45 años, excluyendo a supongo que los que eran primos de Laura, que los veía de unos 20 hacia arriba. Creo que Laura es la más pequeña de toda su familia.

¡Fagmilia! –gritó fuerte Laura para llamar la atención de todos. Tenía un acento italiano el cual, honestamente, se me hacía...bonito. bueno, sensual. Es algo que no sabía realmente de ella, y la sorpresa es agradable. Una vez que Laura tiene la atención de todos, me señala –El es Ross, un amigo que invite –dice y automáticamente todo empiezan a examinarme, mientras susurran. Por un momento me arrepiento de haber venido.

–gusto en conocerlos –digo lo más alto que puedo. Después, una señora chaparra se acerca a mi sonriendo y me pellizca las mejillas.

bel ragazzo per mia nipote –Exclama a sus familiares que empiezan a asentir sonriendo también. Hugh. Tendré que buscar eso en el traductor, especialmente por que noto a Laura sonrojarse y a la que parece ser su prima (o tía, yo que se) reírse de ella.

Ragazzo es chico, ¿cierto?

–El gusto es nuestro, hijo – la señora, volviendo a dedicarme una sonrisa cálida. decido regresarle el gesto.

Después, todos regresan a lo que antes estaban haciendo. Laura  y yo, al mismo tiempo, soltamos un suspiro de alivio, y al darnos cuenta de ello, nos echamos a reír.

–Me alegra que hayas venido, Ross. Y digo, si en algún momento mi familia no se comporta, de vedad te debo muchas disculpas –dijo jugando con sus manos y mirándome a los ojos. le sonreí timidamente.

–No te preocupes, a mi me daría mas vergüenza si conocieras a mi familia, honestamente –digo, mientras caminamos escaleras arriba, que es en donde Laura me va dirigiendo. Su casa es grande, y tanto tiene una sala de estar en la planta baja, también tiene una en el segundo piso. Hay varias repisas al rededor con marcos por todas partes, y en general todas son fotos de Laura. Me llama la atención una que es la más grande de todas, en donde una niña muy parecida a Laura posa con un señor, supongo su papá. El señor está agachado mientras abraza a su hija que tiene una medalla de primer y un ramo de rosas. Noto que trae patines y me surge la idea de que Laura gano primer lugar en su competencia.

–En esa foto yo tenía cinco años –me sobresaltó Laura–era mi primera competencia y siempre recordaría la fecha. Fue un 10 de Diciembre–Suspira y mira al suelo–quien iba a pensar que una fecha tan importante para mi se convertiría en mi peor pesadilla –dice.

–¿Por que lo dices? –pregunto, sin pensar antes.

Laura no aparta la mirada del piso –6 años después mi papá moriría exactamente ese día. Nadie sabía que tenía apendicitis, y cuando exploto ya era muy tarde –respondió con un tono de melancolía en su voz. Me acerqué a ella, primero dejando el regalo que le había comprado a su mamá en uno de los sillones, y después la abracé. Pude sentir que su cuerpo se había tensado, pero después, poco a poco, se relajó en mis brazos. Nunca lloró.

–Pero sabes que –susurro en mi hombro–estoy agradecida de que hayamos pasado tiempo juntos. Recuerdo que, cuando vivíamos en Chicago y un lago cerca de nuestra casa se congelaba, salíamos a patinar los dos –se separó de mi y me sonrió.

–Gracias...por contarme –dije honestamente–se que es difícil hablar sobre esto.

–No creo que lo tenga que mantener como un secreto de todas formas –se encogió de hombros– además de alguna manera pensé que lo ibas a querer saber tarde o temprano.

solté una risa incomoda. Como tenía razón; pero bueno, me ahorre una pregunta que posiblemente me habría dejado mal.–Un paso para poder llegar a la confianza que necesitamos –respondí mientras me sentaba en el sofá. Ella se sentó a un lado de mi.

–Entonces supongo que ahora es tu turno. Dime algo que yo no sepa –ordenó y después añadió–que no sea tu color favorito.

–Más bien creo que quieres saber un secreto –digo picaramente– totalmente chismosa –rodé los ojos en forma de burla y recibí un codazo de parte de ella.

Empece a pensar detenidamente. Un secreto, un secreto, un secreto. Ya sé, pero ¿Será el indicado? no creo que aun sea tiempo de contarle algo más serio, pero me dejaría en ridículo. Me doy cuenta de que mi compañera castaña me mira expectante, y no tengo otra alternativa.

–Bueno, sonará muy estúpido y seguro pensaras que soy un fracasado –empiezo–pero, en mi vida, por más guapo y atractivo que parezca...solo he besado a una chica en mi vida –digo avergonzado–Y fue con Courtney a los catorce –Laura se empieza a reír, pero no a carcajear.

–No me pareces estúpido –responde y mira a otro lado –yo ni siquiera he besado a alguien. No he tenido mi primer beso –vuelve a voltear y me doy cuenta de que me he acercado más de lo normal a ella. De verdad, puedo sentir su respiración.

–¿Estás esperando al indicado? – pregunto mientras trago saliva, mirando sus labios. Noto que su mirada también baja a los míos.

–Creo que –susurra– no me importaría con quien fuera. Solo quiero tenerlo para dejar de ser una patética virgen de labios –responde, su mirada vuelve a mis ojos al igual los míos a los suyos. Quiere que la bese. No soy tonto para saberlo. Yo también quiero hacerlo, y de todas formas si lo hago, solo será para ayudar a Laura.

De repente, nos acercamos todavía más, aunque creía que eso era imposible. Trato de recordar como llegamos a esta posición pero solo me estoy concentrando en llegar a sus labios. ¿Han visto esas películas, en donde solo basta un movimiento rápido para poder llegar a la meta? ¿Y el personaje se tarda demasiado que tu solo quieres empujarlo para que de una vez lo haga? Me esta pasando. Estoy apunto de hacer el impulso cuando-

–¡Niños bajen! ¡Ellen esta a punto de llegar!

–––––––––––

¡Hola! Tarde el capítulo pero aquí esta. Espero que les guste. Muchísimas gracias por votar y comentar, de verdad me da mucho gusto saber que les esta gustando. ¡Saludos!

Sobre hielo [Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora