D I E C I S É I S

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Me escabullí hacia el piso de abajo, tratando de no hacer ruido. Agarre una hoja de papel y una pluma y escribí a mi mamá que estaría en casa de Raini, y que volvería a las ocho. No sabia si regresando a mi casa me iba a esperar un regaño, pero de alguna manera tenía que quitar esa fea opresión en mi pecho. 

Siempre me decían, cuando tenía competencias, que era normal sentirse nerviosa ya que si no lo estás significa que realmente no amas lo que estas haciendo, y como amo el patinaje artístico, (y el primer lugar) haría todo para cumplir mis metas. 

Tomo un Uber hacia la pista y me aseguro de traer las llaves de la entrada, las cuales conseguí gracias a Raini (Es parte del staff), quien fue la ultima en irse , y por lo tanto la que cerraba el lugar. Cuando salí del auto, seguía haciendo un frío tremendo. He vivido en Denver casi toda mi vida, y aun no me acostumbro a su clima. Pero considerando que son las cinco de la mañana y faltan unos cuantos días para navidad, no me importa tanto. Cuando llego, busco las luces y prendo sus interruptores, teniendo la pista solo para mi. Me siento en unas de las bancas  y me pongo los patines, tratando de que el frío no se apodere de mi cuerpo. 

Cuando entro a la pista, empiezo a dar vueltas por todo el lugar para poder entrar el calor, y cuando lo hago empiezo a practicar saltos previos individuales para poder llegar al Axel triple, el cual, realmente no se me complica tanto como el throw triple axel. 

A veces me siento orgullosa de ser de las pocas que de repente en su vida ha sabido como hacer un axel triple, aunque desearía que Mackenzie Meyer tampoco formara parte de ese pequeño porcentaje.  El triple axel o he practicado desde que cumplí los quince, y recuerdo que siempre veía los videos de Tonya Harding, la primera mujer americana en poder hacerlo, pero bueno, la mala suerte hizo que Mackenzie también supiera hacerlo. 

Hago el ejercicio unas cuantas veces, algunos me salen y otros no, sin embargo, trato de adivinar el por que no me sale con Ross. Sin él no puedo practicarlo, ya que según lo que he investigado es importante que el hombre se mueva rápido una vez que la mujer de un paso hacia delante, lo cual ocurre a gran velocidad y lo que lo hace uno de los saltos más complejos en pareja. 

Además de que las posiciones antes del salto son ideales para que se haga bien. Básicamente, Ross me tiene que agarrar de la parte interna de la cadera y la otra mano en la cintura. Yo tendría que agarrarlo de las muñecas al momento del saltar, pero por alguna razón, me da pena hacerlo y lo agarro de los brazos, los cuales a pesar de que son fuertes en el caso de Ross, simplemente el salto tendría que tener aun más fuerza de lo que normalmente le ponemos, y eso ya sería un poco de mucho pedir. 

Durante unos buenos buenos cinco minutos, debato con mi conciencia si de verdad debería llamar a Ross.  Decido que si quiero que las cosas me salgan, es la mejor opción. Me voy directo hacia las bancas, y agarro mi bolso para sacar mi celular. Son las 6, así que, por la cantidad de entrenamientos que hemos tenido a esta hora se que esta acostumbrado a al menos despertarse. He presionado el botón para llamar y suenan demasiados bip, hasta que finalmente me contestan.

–¿Laura? ¿Eres tú? –pregunta una voz ronca y media dormida, la que aseguro que es Ross. No me gusta admitirlo, pero su voz en la mañana temprana hace que un cosquilleo interno me recorra. 

–¡Ross! ¡Hola! –sueno nerviosa–¿Estabas dormido? –preguntó, y casi después quiero darme una patada en la cara por lo estúpida que soné. ¡Claro que estaba dormido Laura! 

Se ríe–Bueno, si pero, no importa. ¿Por que me llamaste? –pregunta. 

–¿Saldrás de vacaciones? –quiero saber antes de llegar al grano. 

–No, pasaremos la navidad en mi casa–responde–¿Por que preguntas? 

–Necesito que vengas a la pista –le pido–ahora

–¿A esta hora? ¿No es muy temprano para que este abierta? 

–Si...pero digamos que encontré la manera de entrar –dije–¿Si vienes? 

–Bueno...si. Esperame como en quince minutos, ¿de acuerdo? –una sonrisa ilumina mi rostro. 

–Perfecto, te espero aquí –cuelgo la llamada. 


Sobre hielo [Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora