Capítulo Nueve: Orfanato

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Las felicitaciones a la nueva pareja no se hicieron esperar, y aunque Draco sabía que prácticamente el noventa por ciento de los invitados no estaban de acuerdo con que fuera él quien ahora llevaba el apellido "Potter", había conseguido lo que muchas y muchos deseaban, pero ese no era su caso, con gusto cambiaría ese momento con tan sólo volver a tener el cariño de su padre, los flash de las cámaras no se hicieron esperar, y Harry con una gran sonrisa lo tomó de la cintura, tal vez en otro momento ese contacto le habría gustado, pero ahora sólo sentía una gran desilusión por la persona que ahora era su esposo, no era odio, no. Sabía que él nunca podría odiar a Potter.

—¿Puedes sonreír? —preguntó en susurros Potter.

—No puedo sonreír si me casé con una persona tan desagradable —respondió Draco de la misma forma. Harry sonrió, pero era una de esas sonrisas que a Malfoy no le agradaban, sin que nadie se diera cuenta lo tomó fuertemente del brazo haciendo que Draco se quejara de dolor.

—Ahora eres mi esposo —le recordó—, llevaras mi apellido y vas a comportarte a la altura de la situación. Si yo te digo que sonrías lo harás, porque te juro que si no lo haces las cosas serán mucho más difíciles para ti —le advirtió mientras lo soltaba.

Draco se tocó el brazo, Potter sí que tenía demasiada fuerza, y aunque él deseaba quitarle esa maldita sonrisa sabía que no podía hacerlo, así que sólo podía hacer lo que su ahora "esposo" le estaba ordenando. Durante casi una hora tuvo que soportar los saludos, las fotografías y las preguntas estúpidas de muchas personas, cuando vio a Potter platicando con sus amigos utilizó esa oportunidad para buscar a Severus. Extrañamente él no estaba en la fiesta, así que Draco entró a la mansión y lo encontró en la sala contemplando el lugar. Parecía estar buscando algo.

—Padrino —lo llamó—, ¿por qué estás aquí? —quiso saber.

—Odio las fiestas, sólo estoy aquí por ti —le recordó—. Ahora dime algo, Draco. Si Potter y tú están tan enamorados. ¿Por qué no hay una sola fotografía de ustedes juntos? —A Severus jamás le convenció la excusa de Draco, para él todo lo que había sucedido ese día y los anteriores eran una completa mentira.

Malfoy se sintió acorralado, mentirle a Severus era prácticamente inútil, y aunque cuando se volvieron a encontrar le dio una excusa estúpida sabía que su padrino no iba a conformarse e intentaría saber lo que en verdad estaba pasando. Aun así tal vez esa era la oportunidad que había estado esperando, en la sala sólo se encontraban ellos dos, Potter estaba muy entretenido en la fiesta y seguramente no entraría al lugar. Sí, debía decirle a Severus lo que en verdad estaba sucediendo, él podría hablar con su padre y explicarle la situación.

—Padrino, la verdad es que yo—

—Draco. —La voz de Harry lo hizo guardar silencio, ¡que inoportuno era Potter! Ahora no podría confesar lo que realmente estaba sucediendo—. Nos esperan para nuestro primer baile como recién casados. —Le sonrió.

—Sí, ahora voy —le dijo.

—Hablaremos en otra oportunidad, ya debo irme. —Severus no iba a continuar en esa farsa que claramente estaba montada por Potter—. Potter, espero que cuide de mi ahijado, recuerde que aunque todos crean lo contrario él no está solo —le advirtió. Todo lo que recibió en respuesta fue una sonrisa. Severus se despidió de su ahijado, y ante la mirada acongojada del chico desapareció entre las llamas verdes de la chimenea.

Harry no esperó a que Draco hablara, ya lo harían en la noche y se cobraría el hecho de que Malfoy hubiera intentado contarle a Snape lo que sucedía, no era estúpido, cuando vio a Severus entrar a la casa y unos minutos después a Draco supo que él intentaría confesar lo que estaba pasando, pero Potter no lo permitiría, no dejaría libre a Draco hasta conseguir todo lo que deseaba.

El precio de la libertad [HARCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora