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_Kihyun...~_

Las incesantes ramas y hojas rompiéndose a su paso, causaba terror para el pelirosa.

_Vamos pequeño...no fue tu culpa_

Los pasos se hacían cada vez mas cercanos.

_Entrégame a Min y haré como que nada de esto paso realmente_

El joven cerro los ojos asustado, tapo con sus manos, sus oídos, no quería escuchar, esa voz le provocaba pánico y miedo.

Estaba por ceder, lo sabía, tenia que obedecer, era igual cuando vio a su madre siendo abofeteada por su insignificante padre, tenia que quedarse callado. O cuando el hombre llegaba borracho diciendo que había perdido el dinero que con suerte ganaba su progenitora.

No tenían nada, eran demasiado pobres por culpa de los adictivos juegos y apuestas que organizaba aquel hombre, con el dinero para la comida de día a día.

Incluso debía obedecer cuando aquel hombre uniformado llego a la casa diciendo que debíamos una alta cantidad de dinero que mi padre no había pagado en una de sus apuestas. El cobarde solo se fue dejando una gran deuda y responsabilidad en los hombros de su familia.

Era una completa tortura, realmente devastador ver a su propia madre trabajar doble turno en 3 trabajos diferentes, la mujer prácticamente no dormía, solo se tomaba una taza de café sin azúcar y seguía despierta.

En varias oportunidades había ayudado a la mujer, siendo mesero o atendiendo en una vieja disquería, la cual nadie frecuentaba. A pesar de su gran esfuerzo, no era nada lo que le pagaban para terminar con la deuda.

Se mantuvieron así por 4 meses, sin comer mucho, poco descanso y largas horas de trabajo al día.

Fue así, hasta que un hombre magnifico llego a sus miserables vidas.

el jefe de su madre, atendía una florería y la mujer era su asistente principal. En varias ocasiones el hombre se había interesado en ella, invitándola a salir, pero esta siempre se negaba. 

A pesar de llegar cansada a la casa, un lindo rubor junto a una pequeña sonrisa adornaban el rostro de la mujer. Eso le basto a Kihyun para que alentara a su madre. Quería verla feliz, al menos con una sonrisa en el rostro, no solo verla llorar por las noches en su hombro, repitiendole que no merecían esta vida, y era cierto.

Lo que había empezado con unas simples salidas, termino convirtiéndose en un hermoso y fuerte noviazgo protegido por el amor de ambos. Era reconfortante, incluso después de contarle su situación económica y la gran deuda que los embarcaba, era reconfortante saber, que el tipo nunca se fue, es mas, había ayudado con el dinero, sabiendo que no tenia que involucrarse, lo hizo igual. Eso solo lleno el corazón de ambas personas.

Pasaron los meses y el pelirosa ya lo consideraba parte de la familia, incluso le llamaba padre. Ambos establecieron una fuerte conexión como padre e hijo. Se amaban tal cual y eso aumento la felicidad de su madre. Todo iba bien, pequeñas sonrisas adornaban sus rostros por la felicidad obtenida.

Pero, como si fuese un cuento de hadas, no todo lo bueno siempre tiene su final feliz.

Chanyeol pedía el monto del dinero para fines del mes, ellos solo tenían una parte, necesitaban mas tiempo. Pero el frió corazón del tipo no les dio mas que esa fecha.

La preocupación y la ansiedad volvieron a la familia, las contables noches de su madre llorando angustiada no paraban, y el cansancio de los tres por trabajar sin descanso, bajaba el nivel de alegría obtenida. Si no pagaban la deuda en las pocas semanas que les quedaba, el joven Park compraría la vivienda y la destruiría, dejándolos en la calle, sin un centavo que gastar.

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