En la oscuridad. | Yoonmin - fem! (En edición)

Capítulo 1

Risas son lo único que se podía oír la mayoría del tiempo en aquella habitación. Femeninas y por supuesto, con un tono chillón característico de la tierna edad. Risas que eran inevitables al estar juntas, hablando de millones de cosas a la vez y disfrutando de la compañía de una amistas de muchos años.

Una vida, definitivamente.

YoonJi nunca fue de reír demasiado con otros niños en su niñez, demasiado tontos para ella, eso hasta que conoció a JinHa. La risa de la mayor, resultaba sumamente contagiosa incluso si las cosas que decía no tuvieran mayor sentido o gracia, ella las hacia graciosas al punto de hacer que tu estómago se tensara de forma dolorosa. Ni siquiera recordaba el motivo de las risas, pero no deseaba que se detuvieran jamás. Afortunadamente, para todas, los padres de JinHa no se encontraban en casa, porque de ser así, el señor Kim habría estado en la puerta para pedir un poco de silencio.

— JinHa, ya cállate.— dije, recibiendo una mirada molesta.

— ¡Cállate tú!— respondió sacando la lengua—. Además, soy mayor que tú, sin respeto.

Jimin, la rubia a mi lado, soltó una pequeña risa ante la exageración.

— ¿De qué nos estábamos riendo?— preguntó la anciana— Ya no ,o recuerdo y me aburrí.

Al ser unas mocosas de entre trece y catorce años, las cosas eran un poco raras; nos aburríamos por todo, nos reíamos por nada y llorábamos por cualquier motivo. Esa dulce edad, donde éramos muy pequeñas para algunas cosas y muy grandes para otras.

— Sé que ya no somos niñas pequeñas—habló TaeHee—, pero, podríamos jugar a las escondidas, como en los viejos tiempos.

— ¿Es en serio?— pregunté con una ceja alzada.

JinHa se levantó de suelo con una expresión que lo decía todo. Había encontrado algo que hacer.

— No es una mala idea, pero podríamos hacerlo más interesante. 

— ¿Y eso como sería?— preguntó Jimin.

— Papá tiene un cajón lleno de cosas viejas, vi muchas linternas ahí y más de alguna aún funciona— explico con una sonrisa—. Cada una podría llevar una, porque sería en total oscuridad.

— ¿Cómo en esa película de miedo que vimos la semana pasada?

Jimin se oía insegura de continuar. Me acerqué a ella, abrazándola por los hombros.

— ¿Por qué, mochi? ¿Acaso tienes miedo?— pregunté, recibiendo un suave "no" por respuesta.  

Una vez estuvimos de acuerdo, nos dirigimos a ese mueble en la cocina, con cosas que en algún momento podían servir, como decía el señor Kim. TaeHee se encargó de cerrar las pesadas cortinas y apagar casi todas las luces de la casa.

— Yo contaré y ustedes se esconden— dijo la mayor, todas asentimos en respuesta y apagó el último interruptor, dejando toda la casa completamente sumida en la oscuridad—. Disfrutaré mucho haciéndolas perder.