Me Gustas [VKook]

Especial Pt. 9

Jk:

Habían pasado unos días y mi condición no mostraba mejoras. Los doctores no perdían sus esperanzas, pero yo ya me había rendido. Vi como Jin entraba a la habitación con un oso que cubría todo su cuerpo por lo grande que era y sonreí mentalmente. Se volteó y dejó el oso en una esquina... me había equivocado.

—Lo siento.—Dijo y una lágrima salió y recorrió mis mejillas. No era Jin, sino Tae. Quería verlo tanto y ahora que estaba aquí no sabía que hacer. Estaba lleno de cables y estaba seguro de que me veía horrible. —Soy un imbecil y se que esto es culpa mía.—Estaba seguro, era un masoquista porque ni siquiera podía estar enfadado con el.—No se mi creerás, pero hice esto porque soy un jodido cobarde. No quería irme pero sin embargo me fui y cuando lo hice te lastime para no lastimarme y sentirme mal conmigo mismo, ¿Como puedes estar enamorado de este bastardo? Quería hacerte reír aquella vez en el parque y pedirte que no me dejaras ir, pero tuve miedo de todo... tuve miedo porque soy un idiota, porque a veces no pienso y porque soy cobarde. Soy una persona tan horrible y de solo pensar en todo lo que te hice me hace sentir despreciable. Dime ¿cómo puedo remediar todo esto? ¿Cómo puedo recuperar todo el tiempo perdido? ¿Cómo puedo hacer que me perdones? ¿Cómo me puedes castigar? —Me miro y se acercó a mi. Hasta ese punto yo no podía dejar de llorar. Estaba asustado y quería abrazarlo, pero mi cuerpo no reaccionaba. Quería gritarle y decirle que si, era un maldito imbecil por creer que yo me destrozaría al saber que el se iría, pero estaba débil. Tomo mi mano.—Debes recuperarte para que puedas gritarme, golpearme, odiarme...—Se quedó en silencio y tomo mi mano.— o amarme si es que aún lo quieres porque yo no he dejado de hacerlo —Su voz se quebró y lo vi llorar mientras me sonreía con una expresión de dolor innegable.

El brillo de sus ojos se hacía presente. Con la fuerza que pude acaricié sus manos. Dolía incluso pensar en mover mi cuerpo pero ya lo dije, soy un masoquista. Quería decirle tantas cosas e intente hablar. Sentía mi garganta desgarrarse, sentía como dolía, como al momento de respirar mi garganta se secaba y cerraba, pero debía hacerlo, debía porque sabía que mi tiempo era limitado y hasta ahora, apenas había estado consiente y todo por TaeHyung. Quería decirle que lo extrañe, que jamás me hubiese derrumbado y que todo estaría bien.

—N...nos volveremos a encontrar.—Susurre tan suavemente que apenas yo mismo pude escucharme. Le sonreí y el se derrumbó. Cayo de rodillas y comenzó a llorar y a decir "lo siento" una y otra y otra vez y comencé a llorar de nuevo mientras le sonreía cálidamente y movía mi brazo hasta su sedoso cabello el cual no había olvidado ningún día.

Recuerdo cuando éramos pequeños y recién comenzábamos a ser amigos... le gustaba que le acariciara el cabello suavemente porque decía que se relajaba pero cuando otra persona lo hacía, se enojaba y se mofaba y por alguna razón, solo ese acto me hacía feliz. Pasaba horas y horas acariciando suavemente mientras el apoyaba su cabeza en mis muslos y hablábamos sobre que juego seria el próximo, sobre que personajes deberían sacar. Pasábamos hablando toda la tarde sobre cosas sin importancia pero cada sentimiento crecía más.

—Lo prometo... pero no digas eso... no lo digas, es como una despedida y no quiero.—Se levanto y seco sus lagrimas. Llevo mi mano fría a su rostro y se apoyó.—soy un idiota... me da tanto miedo perderte, me da miedo respirar y saber que ya no estás... creo que ahora se lo que se siente una despedida, pero tú no te irás. Tú estarás bien porque yo estaré contigo en las buenas y las malas.—Sonrió con pesar y beso mi frente. Cerré mis ojos para sentir sus cálidos labios y cuando me di cuenta, los suyos estaban sobre los míos y el sonrió haciéndome sonreír de vuelta. Se alejó y me sonrió de nuevo. Su sonrisa era de esperanza... la mía, de despedida.

Entraron los chicos sonriendo, trajeron muchísimas cosas para comer, juegos de mesa, estaban felices y yo también aunque sentía dolor, pero no diría nada... de todas formas, tampoco podía.
Los vi sonreír durante todo ese día... discutieron entre risas con las enfermeras que les pedía bajar el volumen o incluso irse y ganas de reírme surgían. Las enfermeras los regañaban e incluso los doctores les pedían que dejaran de ser tan bulliciosos. Todos los días siguientes fueron iguales. Tae se quedaba todo el día conmigo, Jin traía la comida, Namjoon me contaba sobre las cosas que pasaban durante el día, me informaba de la música actual y a veces esperaba para mi, YoonGi se quedaba dormido mientras me hablaba y eso me daba risa pero lo comprendía, aunque nadie lo sabía, se la pasaba toda la noche componiendo o haciendo letras de rap que me cantaba al día siguiente. Jimin me contaba algunos chistes copiados de Jin y sobre los bailes y los pasos o coreografías nuevas y J-hope alegraba a todos con su positivismo y sus comentarios algo extraños. Todo el día jodian y yo me divertía por los regaños de todos que al final solo eran por protocolo ya que todo el hospital se había acostumbrado al bullicio y yo a ellos. Llegó Zico y me saludó de lejos y le sonreí débilmente. Entro a la habitación y se unió a los chicos para hacerme sonreír y estaba feliz.
Pasaron así las días, semanas e incluso un mes, más de lo que los doctores y yo mismo esperaba, pero eso solo me aterraba, cada día vivía con el miedo a morir. No quería eso. Entro TaeHyung y me sonrió de una forma tan tierna y cálida y se acercó hasta mi lado, se puso de rodillas y sacó una cajita de de porcelana abriéndola lentamente.

—Soy Kim TaeHyung, pero ya me conoces, te conozco desde que éramos pequeños, no lo negaré, fui un idiota e incluso hoy lo sigo siendo, pero creo que y a pesar de todo esto, siempre estuviste aquí para mi... quizá porque seas un masoquista, pero yo también lo soy, así que seremos los mas idiotas en este mundo. Jeon Jungkook, amor de mi vida ¿quieres casarte conmigo?—Sonreí mientras lloraba, y pestañeé para darle a entender que si quería hacerlo. Incluso si no me quedaba mucho e incluso si podía morir ahora, quería casarme con el. —Nos encontramos en esta vida, encontraremos en la próxima y seguiremos encontrándonos en todas las demás. Te amo.