Taehyung y Jungkook se casaron esa misma semana jurándose amor eterno. Todos fueron testigo de el amor que ellos dos sentían y a todos les alegró, pero aún más al joven Jungkook y TaeHyung... los recién casados.
Su boda no fue nada ostentosa ni mucho menos glamorosa ya que fue en la misma habitación de hospital con un castaño vestido de traje blanco con franjas negras y un pelicafe con un traje negro con franjas blancas, pero el, estaba en la camilla.
Esa tarde fue la mejor para ambos, se veían claramente enamorados y al fin siendo felices.—Amor, al fin estamos casados.—Sonrió nervioso TaeHyung.
Jungkook pensó que estar con alguien tan enfermo como él, era como estar con alguien muerto pero agradecía demasiado que el amor de su vida no lo viese de aquella forma. No tendrían luna de miel, pero se negaban a no tener tiempo juntos, así que el mayor de los dos le pidió a todos los presentes retirarse. Jungkook se sentía desganado pero aún sonreía de euforia. Últimamente ya no comía e incluso le costaba dormir y respirar. TaeHyung sabía que ya se acercaba el fin y a pesar de que lloraba cada día y sufría aún más de lo que se imaginaba, se negaba a marcharse, se negaba a que su pequeño no se sintiese amado y se negaba aún más no estar con el, así que todo lo soportaría.
Se acercó a Jungkook a pasos lentos y se sentó a su lado tomando su mano tiernamente.—¿Estás cansado?—preguntó de forma seria pero pretendiendo estar tranquilo. Jungkook pestañeó en señal de "no" y Tae sonrió tiernamente.—Esta bien entonces, creo que eso es bueno pero no te obligues a estar despierto.—El pequeño lo miro y sonrió con pesar. Con una pequeña fuerza, sostuvo la mano de su ahora, esposo.—¿Recuerdas la promesa que hicimos?—Jungkook fue cerrando de a poco sus ojitos.—Prometimos que estaríamos juntos y que nos volveríamos a encontrar. Lo prometemos ahora y se que estaremos juntos incluso después de esto.—Tae susurro debido al pequeño nudo incontenible de su garganta.—Debes descansar y ser como un fénix, cariño, ¿está bien? Yo seré tus ojos en esta vida, pero en la próxima, tus alas.—No pudo mas y soltó unas lagrimas y un suspiro ronco.
—Tengo frío.—Susurró el pequeño en forma suave y aún con sus ojitos cerrados. Tae sonrió al escuchar aquella débil voz y lo abrazo.
Lo próximo que se escuchaba era el pitido irritante de aquella odiada máquina. Los gritos de TaeHyung y a las enfermeras entrar y salir de aquella fría habitación sin vida. Los doctores intentaron reanimar el cuerpo, pero fue inútil. Taparon el cuerpo con una sábana blanca al frente de TaeHyung mientras el lloraba siendo sujetado por varios enfermeros.
Los chicos llegaron al hospital en menos de 10 minutos y sostuvieron el cuerpo de Tae para apoyarlo mientras todos lloraban. Su pequeño, se había ido y no regresaría.Días después, fue el velorio. El cielo era gris y lluvia caía sin medida. Había demasiadas personas y entre ellos, sus padres y amigos cercanos, quienes estaban tan mal, que ni siquiera llevaron un paraguas para cubrirse de las crudas gotas ásperas. Se sentía como hasta el cielo lloraba por la pérdida de un hijo de la tierra.
Cada día después de ese, TaeHyung miraba ambos anillos en su dedo y recordaba la hermosa sonrisa de su esposo. Le había prometido ser sus ojos en esta vida y así lo haría. Siempre que salía a caminar, observaba con detalle las cosas coloridas. »¿Ves esto? Es hermoso, ¿Verdad?«
Jamás tuvo a alguien más porque cuando lo intentaba, lloraba en recuerdo de su pequeño... cada persona nace con alguien predestinado y ese alguien se había ido.
Tae comenzó a tomar el arte de otra forma, el rostro y alma de Jungkook estaba por todos lados en pinturas que para los demás, no tenían significado. La música se hizo parte de él y se convirtió en profesor de filosofía poniendo sus propios pensamientos en los sentimientos de los demás. Se hizo profesional y luego sacó el certificado de psicólogo, pero por muy famoso y galardonado que fuese, jamás olvidó darle las gracias a su hermoso esposo.Hoy se cumplirían 68 años de matrimonio. Tae ya estaba cansado y había vivido mucho más que el promedio sólo por el recuerdo y aquella promesa.
—Buenos días, cariño.—Sonrió limpiando aquel lugar y poniendo flores.—Me queda poco para ir a verte y estar juntos. Espero que no te desagrade como luzco ahora pero los años no pasan sin dejar huella ¿no crees?—Sonrió nuevamente hablándole a aquel lugar.
Taehyung salió de allí caminando lentamente ya que le costaba y le dolía moverse. Llegó hasta un parque y se sentó en la banca que estaba debajo de un árbol de Sakura y al frente de un río. Aquel lugar era mágico, verde por todos lados y el agua era simplemente perfecta. El día estaba despejado y había una que otra nube y muchos niños jugando y disfrutando del lugar.
—En nuestra próxima vida, tendremos muchos hijos.—Sonrió y se apoyó en el respaldo de la banca cerrando sus ojos hasta quedarse dormido para no despertar.
Al fin todo se había acabado y al fin ambos estaban juntos. No como quisieran, pero si como soñaban.
[...]
Los señores Jeon se acababan de mudar a un lugar nuevo. Su vecindario era hermoso y el más pequeño era el que más feliz estaba. Vio como el chico de la casa de en frente lo miraba con atención y leve curiosidad, pero Jungkook era demasiado introvertido, así que, se escondió detrás de la ropa de su madre y ésta sonrió.
—Ten cariño, llévale estas galletas.—Jungkook las recibió y asintió con timidez e inseguridad. Camino hasta la acera de en frente y lentamente se acercó hasta la puerta. Toco tres veces y espero que le abrieran. Un hombre alto y de piel color canela abrió la puerta y al ver al pequeño sonrió enternecido.
—¡Amor! ¡Mira esto!—Llamó a su esposa quien no tardó en ver al pequeño Jungkook con sus pequeñas manitas entregándole las galletas con algo de rubor. Los señores las recibieron.
—Mi hijo es algo tímido, pero aún así les vino a dejar las galletas.—Dijo entre sonrisa la señora Jeon poniéndose al lado de su hijo, quien no tardó en ponerse atrás.
—Mi hijo es todo lo contrario, es demasiado extrovertido y le encanta hacer amigos nuevos.—Rió aquella mujer. El hijo de ella se acercó a Jungkook ignorando a todos los demás.
—Me llamo Taehyung, Kim Taehyung... —sonrió cálidamente y Jungkook le devolvió la sonrisa de forma tímida y saliendo de detrás de su madre para quedar de frente a él.
—Jeon Jungkook... puedes decirme Kookie.—Estiro su mano para estrecharla.
—Te estuve esperando...
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Me Gustas [VKook]
FanfictionHan sido mejores amigos, pero ¿Podrá cambiar algo cuando Jungkook le dice a Tae que le gusta?