Capítulo 16

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Los movimientos de Regina eran muy sensuales, Albert no pudo ser indiferente ante la tentación por tal motivo no le quitaba la mirada de encima.

Candy pensó: ¡Esta mujer se mueve como una Anaconda!, no puedo soportar que Albert se esté babeando por ella.

Regina terminó de bailar, unos hombres musculosos sin camisa con pantalones blancos pasaron a la pista improvisada para hacer una demostración de Capoeira (Arte marcial de Brasil) se escucharon unos tambores los hombres eran muy atractivos tenían la piel morena, cabellos rizados, ojos aceitunados, se veían sudorosos, Albert miró hacia Candy y veía que ella se estaba abanicando, el dejó a Regina para ponérsele enfrente y taparle la visibilidad.

Candy comentó: Ahora sé el motivo por el cuál querías regresar a Brasil , hay demasiadas atracciones, tanto para los caballeros como las damas.

-Vamos adentro, no quiero que veas eso, no deseo que te perviertas-Dijo Albert celoso

Regina fue tras los rubios y comentó: Quiero llevarlos de excursión, tu pupila se fascinara con la fauna de Brasil, Candy aquí tenemos al roedor más grande le llamamos Capivara pero en otros países le llaman Carpincho, tenemos a las serpientes más grandes del mundo llamadas Anacondas.

-Candy contestó: Lo creo, lo creo.

-Tenemos a la Tarántula más grande del mundo, se le llama Tarántula Goliat.

Candy contestó malhumorada : Si ya me di cuenta que aquí todo tienen grande, también las bubis y los glúteos.

Albert se disculpó: Regina, quiero que excuses a Candy, está un poco cansada, creo que es mejor si nos retiramos.

-William, no se vayan sin cenar, hemos preparado un banquete para recibirlos, les diremos a todos que se sienten en sus lugares para repartir la comida.

Regina se fue para dar indicaciones que sirvieran los alimentos.

Uno de los muchachos que había hecho la demostración de Capoeira se acercó a Candy para invitarla a bailar.

-Señor, me permite bailar con su hermanita.

Albert contestó: No, mi SEÑORA aquí presente está agotada y no tiene ánimos de bailar.

-Usted disculpe-contestó el muchacho apenado.

Candy sonrió pues sabía que Albert se había puesto celoso.

A unos cuantos metros de ahí, Betsie y George estaban extasiados con el sonido de los tambores, habían tomado unos sorbos de vino y agarraron el valor para mostrarse afecto, se besaron apasionadamente como dos adolescentes escondidos tras un arbusto.

Regina Mereilles había mandado a preparar una bebida especial que contenía mango, guaraná, Damiana y Catuaba e hizo que se la dieran a Albert, le pasaron una Copa enorme y el sin miramientos se la tomó toda de jalón , pidió más pues le había gustado el sabor del mango y se lo ofreció a Candy.

-Prueba, te gustará es refresco de Mango.

Candy se tomó toda la Copa, Regina se acercó a ellos a fin de invitar a Albert a irse con ella, pero él no dejaría sola a Candy y menos por los jóvenes musculosos que estaban sirviendo la comida, Albert bajo los efectos de la bebida puso la mano en la pierna de Candy y esta no se la retiró.

-¿Quieres que nos vayamos a la casa?- Preguntó Albert

-Si-Dijo Candy sin acordarse de su mamá

Albert se despidió, Regina quiso detenerlo pero el sólo tenia en mente la intención de hacer suya a Candy.

En cuanto llegaron a la casa Albert cargó a Candy y la llevó a su habitación.

-Pequeña no quiero hacer nada en contra de tu voluntad, aunque estoy a punto de explotar por el deseo que tengo hacia ti, respetaré si no quieres que te haga mia esta noche.

-¿Y si sólo nos acariciamos?-Sugirió Candy

-Lo que gustes amor.

Albert la besó con locura, se despojaron de sus ropas, el acarició de tal manera a Candy que ella sólo abrió las piernas para recibirlo, le costó trabajo entrar pero pudo lograrlo.

Los gemidos se escucharon por unos minutos luego cesaron.

Mientras tanto Betsie y George se dieron cuenta que los rubios se habían ido de la cena por lo que regresaron a la casa.

Al día siguiente los rayos del sol entraron por la ventana, Candy se despertó primero, estaba un poco adolorida pues el miembro de Albert era de acuerdo a su estatura, en cambio ella era menudita, Albert había actuado desenfrenadamente.

Ella tomó su ropa y salió de la habitación, Betsie quien bajaría por un vaso de agua la encontró, la agarró por la mano y la arrastró a su habitación.

¿ Qué hacías en la recámara de William?

-Mamá no se como sucedieron las cosas, estábamos como poseídos, todo fue tan rápido.

-Hija ¿ Y si quedaste embarazada? Te meterán a la cárcel por adulterio.

- Mami por favor no me regañes, la de anoche no fui yo, no creo quedar embarazada.

Albert se despertó, recordó todo lo que le había hecho a Candy, quería sentir arrepentimiento pero lo había gozado tanto que deseaba que volviera a ocurrir. El meditó un poco y reconoció que la bebida de mango tenía mucho que ver con su proceder, por lo que se andaría con cuidado con Regina.

Candy se duchó y se durmió por varias horas, Albert quería verla para conversar sobre lo ocurrido.

En la mansión de Jonathan Bacon desfilaban los candidatos para Elsa, no tenían la personalidad que caracterizaba a Neal, todos le parecían aburridos a ella.

Neal logró sobornar a la mucama de Elsa para que le entregara una carta, donde le decía que la vería en los establos, aunque no era buen trepador se las ingenió para entrar sin ser visto, Elsa fue a su encuentro, en cuanto estuvieron frente a frente se besaron.

Mi amor tantos días sin verte han sido un martirio-Exclamó Neal.

Mi padre no deja de presentarme con los hijos de sus amigos, temo que me obligue a Casarme.

Eso no lo permitiré, antes me robo a la novia.

En serio ¿correrías el riesgo de ir preso por mi?

Por tu amor sería capaz de todo.

Estuvieron juntos por poco tiempo para no levantar sospechas.

Eliza Legan había quedado embarazada estaba buscando la manera de decírselo a Charlie y a sus padres.

Mientras en Brasil Candy no había salido de su habitación por dos días sentía vergüenza aparte sabía que la noche que había estado con Albert fue en sus días infertiles, como buena enfermera tenía conocimientos de los días indicados ella sabia que luego de estar con él se le haría difícil negársele.

Betsie y George le dieron la noticia a Albert que se casarían.

Ellos se amanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora