💐 Promesa quebrantada 💐

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Ignoren la multimedia, al chile sí me cagué de risa xd

Este es un fic DicexCagney. Me tardé un chingo y siento que no era lo esperado :"c como sea. Espero les agrade.

Y tengo pensado en hacer un Fic de un triángulo amoroso.
Escojan los ships (obviamente de Cagney).

Here ---->

Este va dedicado completamente a Rizz_Black  perdona la demora.

...

Fue una tarde veraniega. Cuando Salía del casino del diablo y caminaba apacible por la isla. Entonces lo vio. Una silueta perfecta, cabellos de oro y una amable sonrisa. Oculto detrás de un mostrador en una florería se hallaba el ser más hermoso que había visto.

-¿Está bien, señor?- preguntó uno de sus súbditos.

Se miró por el reflejo de una ventana, estaba sonrojado. La deslumbrante belleza de aquel individuo lo había flechado instantáneamente.

King Dice era un mafioso que trabajaba para Devil y el segundo al mando en la "familia" como ellos le llamaban. Algunos en la isla solían pedirle favores al diablo; sin embargo, este siempre pedía algo a cambio. Y si no cumplías con tu parte del trato, tu alma era arrebatada a la fuerza. Todos en la isla sabían cuan malo y sanguinario podía llegar a ser King Dice, puesto que él era el cobrador. Era respetado y temido por algunos, pero no faltaba quien lo odiara. Porque no importaba quien fuera, King Dice siempre se llevaría el alma de los deudores.

Matar era su único placer, sin amigos, sin motivos por los cuales vivir o sueños. Poseía la completa confianza del diablo. Pero cuando vio a aquel muchacho rubio en la calle, sintió que en su corazón había espacio para algo más. Y por primera vez se dio cuenta de que algo faltó en su vida siempre.

Y aquel sentimiento sólo se esfumaba cuando al pasar por la florería, veía la silueta de aquel joven. De manera que todas las tardes frente a un café que daba la vista hacia el establecimiento donde trabajaba; se sentaba con la esperanza de divisar el rostro del muchacho aunque fuera un instante. Miraba cada parte de él que podía y lo analizaba como si fuera un poema o un examen de matemáticas en busca de entender cómo pudo haberle llegado aquella sensación. Y  cuando se iba, el sentimiento de falta se hacía más grande y doloroso.

Fue gracias a unos contactos que supo algunas cosas del chico. Era un recién llegado a la isla, originario de New York y no hablaba bien el italiano. Su nombre era Cagney.

-Mi señor- dijo entrando una noche a la oficina de Devil- ¿deseaba verme?

Su pelaje negro se perdía entre la oscuridad del lugar. Pero gracias a la luz del puro que yacía en su boca, pudo divisarlo. Devil exhaló el humo y entonces habló.

-Dile a Pirouletta que compre un adorno floral para un difunto. El mejor que consiga.

Y una idea creció en la mente de King Dice.

-Si me permite, me haré cargo personalmente, señor- se acercó a él e hizo una reverencia.

-Da igual- mencionó serio.

-Señor, quién es el difunto?

Devil lo miró y regresó la vista a la ventana- un amigo lejano de la familia. Su nombre era Fang... Puedes retirarte.

King Dice entendió que Devil no quería hablar de ello. Besó su mano en señal de respeto antes de irse.

🌹

-¿Puedo ayudarlo?

-Yo...- Titubeó.

Ni siquiera sabía por qué había ido ahí. Fue gracias a la muerte de un estimado amigo de Devil que usó como excusa para poder entrar a la florería. Y frente a él, yacía el joven de cabellos dorados. Tenía la voz aguda, pero imponente. La mirada seria y profunda.

-¿Amigo? ¿Hola?- pasó su mano por su vista.

-Oh, sí. - reaccionó ante el encanto del muchacho- Quiero el mejor arreglo floral para un velorio.

-Enseguida, señor.

El chico se manejó hábilmente por el lugar a pesar de que el establecimiento fuera pequeño. Le dio la espalda al mayor mientras en una maceta mediana plantaba algunas flores silbando una melodía conocida.

-¿Disculpe?- llamó- ¿No se supone que debería cortar las flores?

El chico dejó su trabajo a un lado y le dio una mirada amarga.

-Lo siento, pero aquí no matamos flores, si no le gusta puede ir al establecimiento de en frente.

Vaya que a pesar de que se tratara de un cliente, el muchacho no dejaba de ser un poco arrogante.

-No, no, no. Sólo preguntaba.- Murmuró King Dice.

El chico volvió a su trabajo.

-Perdóneme, es sólo que no a muchos les agrada que tenga este pensamiento. Pero sé que a las flores no les gusta que las corte.

Cagney terminó de poner los últimos detalles y se hizo a un lado para que el cliente pudiera examinarlo.

A ojos de king Dice, el arreglo era precioso, casi tanto como el muchacho. No había duda de que eran más bellas las flores vivas. Al pagar y sentir el roce de sus dedos, su corazón latió al mil.

-Espero que las cuide mucho- dijo mientras ayudaba a cargar el arreglo a su auto

-Muchas gracias señor...

-Cagney. Un placer- estrechó su mano.

-Mi nombre es Dice. Por su acento noto que no es de aquí.

-Vengo de Estados Unidos. Pero Italia siempre me pareció hermosa.

-Nuevo en la isla. Ya debe conocer los mejores lugares.

-En realidad no. No me da mucho por salir.

-Pues cuando quiera visitarla puede llamarme- de su bolsillo le tendió una tarjeta con un número telefónico, su mano estaba sudando y sus dedos temblaban levemente. El chico la tomó con sorpresa, ¿así era la hospitalidad italiana?

-M-Muchas gracias.

-Cuídese. - Dijo King Dice antes de entrar a su auto. Y aún después de arrancar, continuó mirando por el retrovisor la silueta del joven hasta perderla de vista.

King Dice creía que después de aquel encuentro podría hacer a un lado sus sentimientos sobre Cagney. Pero no fue así. Se le notaba distraído, ansioso hasta no salir del casino y más alegre que de costumbre. Todos notaban a leguas que algo había pasado con el despiadado hombre, que le había devuelto a la vida. Sin embargo a Devil no le hizo ni una pizca de gracia, puesto que su mano derecha comenzó a descuidar su trabajo y a hacer a un lado a la familia. Haría lo que fuera para regresar a su antiguo trabajador.

Por otra parte, King Dice iba a visitar a Cagney cada fin de semana con la excusa de comprar flores que llevaba a la tumba de su hermano. Pareciera que Cagney era el único que no notaba el nerviosismo del mayor cada vez que le pagaba. Y a pesar de resultarle extraño, le caía bien King Dice, era el único con el que mantenía una relación de amistad en toda la isla. Incluso comenzó a tomarle confianza y hablarle abiertamente como si fueran compañeros de hace mucho tiempo.

-Salgamos un día de estos, Dice- le dijo tomándolo por sorpresa- Me gustaría que me mostraras la isla... Hasta luego.

El corazón de King Dice se detuvo en ese momento, se hubiera quedado como un tonto de no ser porque Cagney ya lo había dejado solo. Se quedó reflexionando, ¿por qué le atraía tanto ese chico? Siempre había sido reconocido por causar sensación hasta con las mujeres más bellas de la isla, y aquello le parecía nada si se encontraba al lado de Cagney.

Y por primera vez se dio cuenta de que se había enamorado.

CagneyX... Mini-fanficsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora