El Tutor {KaiBaek}

Bahebbik

Jongin esperó a que la respiración de Baekhyun fuera suave y constante para poder desprenderse de él. No era algo que él deseara, porque si por él fuera, permanecería horas eternas sintiendo su suave piel contra la suya; se quedaría a disfrutar del aroma natural de su cabello y acariciando los cortos mechones castaños del bajito. Memorizaría cada rincón de su cuerpo, cada sensación en su pecho y en su piel al tocar a Byun Baekhyun, y besaría sus labios hasta el fin de los tiempos, pero tenía asuntos urgentes que atender, unos que serían la clave para tener a Baekhyun por siempre a su lado, libre de prejuicios y de ese matrimonio nefasto en el que se encontraba atrapado.

Claro, si es que Baekhyun desease permanecer a su lado.

Una parte de él le advertía no ser el ingenuo chiquillo del pasado, olvidarse de Byun Baekhyun ahora que le dio lo que él quería, alejarse y dejarle libre para que él encontrara a alguien mejor que no le hiciera sufrir como lo hizo Taewoo, ni alguien como él que atrajera las miradas y comentarios de odio de la sociedad.

Pero por otro lado no quería, era egoísta y sus pensamientos le dictaban que Baekhyun se merecía a alguien que lo amara genuinamente, alguien que le desinhibiera en el mundo del placer carnal, que le besara y le tocara con pasión, le dijera palabras bellas, le mantuviese protegido... Ese alguien, exactamente como Jongin.

Cuando llegó a la puerta de su mansión, Kim Junmyeon le estaba esperando con el carruaje que usaba para transportar a la familia de Baekhyun. El hombre tenía lista la información, aparentemente.

-¿En dónde está?

-Le dejé en Bankside, en el Sir Angel's. Una mujer le recibió en la entrada y me ordenó volver a las dos de la mañana -informó el hombre. Jongin caminó hacia la puerta del carruaje y aguardó las últimas palabras de su espía-. Al parecer tienen una reunión interesante hoy, Kim Baeksung también estaba ahí y fue recibido por otra mujer. Aunque tengo mis sospechas, milord.

-Es suficiente -asintió Jongin-. ¿Tienes lo que te pedí? -Junmyeon cabeceó, sacó del bolso de su chaqueta una tarjeta membretada en donde se estampaba las alas negras de un ángel con líneas doradas bordeando el dibujo. Era la invitación a la reunión de los uranianos, el exclusivo club al que Taewoo y otros hombres poderosos pertenecían; se trataba de una secta-prostíbulo que no tenía una sede en particular, sino que se asentaba dos veces al mes en lugares distintos para despistar a los moralistas de la ciudad. Al lugar se llegaba con invitación, misma con la que Kim Junmyeon se había hecho para entregársela a su señor.

Una vez en el carruaje, con Junmyeon dirigiéndolo a Bankside, pensó en Baekhyun y la pesadilla de la que estaría por despertar. De acuerdo con sus planes, para cuando amaneciera Baekhyun ya estaría libre de ese matrimonio tormentoso que solo le había reprimido por años, dejándolo como un hombre inseguro. Pensar en Baekhyun era su alivio en aquel momento, recordar su cuerpo amoldándose al suyo, el aroma de su piel embriagando sus sentidos, la sensación de sus manos aferrándose a su cuerpo; Jongin era el fiel siervo de Byun Baekhyun, y lucharía contra quien fuera con tal de asegurar su felicidad, así fuese lejos de él.

Una vez en Bankside, Jongin distinguió desde la ventana de su carruaje a algunos hombres de sociedad adentrándose en el Sir Angel's, salón que pertenecía al Marqués Lee, heredero y contratista de numerosas parcelas en el countryside.

Las mujeres que recibían a los hombres parecían estar apartadas, como si ellas supieran a quién debían dirigirse. Cuando bajó del carruaje, Junmyeon se dirigió a él.

-La señorita que le va a recibir es Park Sooyoung. Scotland Yard le prometió su libertad y un trabajo digno si ayudaba a desmantelar a los uranianos antes de que finalice el año, por lo tanto es nuestra espía y cómplice -acotó-. Los oficiales de Scotland Yard le esperan en el muelle para aprehender a Kim Taewoo, y yo le espero aquí para llevarle con ellos.