Un esposo honorable

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«Desvergonzado, deshonroso, desleal», aquellas podrían ser las palabras correctas con las que él mismo definiría sus acciones en ese momento y, sin duda, así le habría llamado su familia de haber sabido sus propósitos. Baekhyun había escuchado cosas anteriormente de aquél hombre, Kim Jongin, mejor conocido en la clase alta como El Jeque Bastardo; desterrado de Arabia, despreciado por el día por la sociedad y deseado por las noches tanto por hombres como mujeres.

¿Por qué entonces se había atrevido a ir a verlo? ¿Era demasiado valiente como para pedirle aquello que ha estado rondando en su mente? Su cabeza daba vueltas en aquel instante, con el corazón palpitante y las manos sudorosas. No se sentía preparado para ese momento, se sentía sofocado entre tanta opulencia arábiga encerrándole, a diferencia de sus paredes tapizadas al estilo victoriano.

-¿Qué hace aquí señor Byun? -Baekhyun se quedó estático mirando hacia la ventana de vidrio al escuchar la ronca voz del Jeque Kim en su espalda, no quería girarse, no cuando sus piernas estaban temblando. El escritorio de roble barnizado pudo servirle de sostén para no perder el equilibrio, sin embargo, prefirió no tocarlo; la intimidante voz de Kim Jongin se lo impidió-. ¿Pretende chantajearme? ¿o acaso sedujo a mi mayordomo para que le permitiera la entrada? Porque me temo que usted y yo no nos hemos acostado -el tono de su voz era arrogante y frío. No le culpaba, quizá haya tenido experiencias previas tan desagradables que le hacían actuar así de huraño.

-No tuve necesidad de algo semejante, Lord Kim -declaró con dignidad, pero Jongin rio sarcástico. Byun Baekhyun parecía hermoso incluso de espaldas, a pesar de que sólo podía apreciar el cabello castaño llegándole a la nuca en mechones delgados, y parte de la barbilla suavemente ovalada; el resto de su figura seguía siendo un misterio, puesto que estaba cubierta por una gruesa caperuza que le cubría del frío. De cualquier forma, Baekhyun le odiaba ligeramente por ser tan atrevido como para usar su apellido de soltero y, aunque no se lo haya dicho aún, sabía que a él lo despreciaba por ser un bastardo.

-Entonces, ¿qué ha venido a buscar aquí? No suelo echar a mis invitados, pero quiero que sepa que no es una hora muy razonable -acotó el moreno, mirando el reloj que descansaba junto a la chimenea, señalando las cinco con veintitrés minutos de la mañana. Baekhyun se giró lentamente, muy lentamente sobre sus pies provocando la impaciencia de Jongin, él quería ver su rostro, ansiaba ver el cinismo en sus ojos.

Pero no había malicia en ellos.

Se sorprendió a sí mismo al ver a un hombre con una belleza tan suave como los atardeceres en Arabia. Sus profundos ojos castaños, de caída ligera y mirada triste, eran tan vacíos y fríos como el desierto por la noche, reflejaban algo de soledad y cansancio; y sus labios tan suaves a la vista, finos y rojos como los de una mujer. Jongin no ha tocado su boca aún, no, pero no necesitaba hacerlo para imaginar su tersa textura y su sabor dulce. La piel pálida Byun Baekhyun provocada por el frío y la falta de sol, lucía como la porcelana, y su rostro tenía un leve sonrojo adornando a sus mejillas; Jongin tampoco la había tocado, pero podría adivinar lo suave y sensible que sería su carne. No necesitaba en absoluto posar su tacto en el ser de Byun Baekhyun para imaginar lo maravilloso que sería acariciar un centímetro de su delicada piel.

De no ser por su propiedad masculina y su voz, cualquiera podría confundirle con una mujer. Una mujer muy hermosa, la más bella de todas.

-Quiero que me enseñe a darle placer a un hombre, Lord Kim -le soltó de repente, con la voz más firme y clara que pudo usar, luchando para que los temblores de su cuerpo no se reflejaran en su tono. Aunque el moreno jeque pudo notar cierto deje de inseguridad, primero reprimió una carcajada al oír aquello, para después, intentar asimilarlo.

«¿Que le enseñe qué...?»

Esta vez de verdad rio, de una manera tan libre, escandalosa y descarada, más de lo que el protocolo le permitiría a alguien como el Jeque Bastardo.

El Tutor {KaiBaek}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora