Problemas en el paraiso

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A los pocos días del nacimiento de Nathan, el Cápitan América junto a Ironman anunciaron que tendrían un hijo, llevaba dos meses de gestación. Ese mismo año Loki había llegado con la pequeña Hela de dos años. El hijo de Odin había explicado que todo aquello con los Chitauri era un mal entendido ahora eran felices con su pequeño demonio de cabello rubio oscuro.

Clint no paraba de alardear con que su hijo sería hermoso con aquellos ojos azules y cabello oscuro. Y no paraba de tomarle fotos. Bruce había estado muy feliz todo aquel momento, el niño y su marido le daban fuerzas para comer como era debido después del coma volver a una dieta tanto para él como para el niño era complicado, tenía que agradecerle a Hulk muy a regañadientes que en poco tiempo ya tenía el cuerpo de nuevo en su lugar. Ya no sentía el bultito en su vientre ahora estaba cerca de su corazón, solo le daba cierto pánico que su piel fuera ligeramente gris no obstante era suyo y lo amaba.

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Clint y Bruce tenían un cuarto a lado del complejo para su hijo con cunero, juguetes y todo. No obstante el miedo los precedía. No era la primera vez que Bruce había querido tener crías, no era la primera vez que se lamentaba por no tener un temperamento normal. En resumen no era la primera vez que deseaban tener hijos, de la misma manera no querían separarse de él ni un segundo se acostaban con el niño en medio jugando con sus bracitos y su pequeña nariz de pistache como el Halcón le decía a veces. Cuatro meses de aquello parecía como un hermoso sueño mirándole y mirándose con las mejillas enrojecidas por el calor.

-Miralo es tan bonito- decía Bruce con susurros.

Clint usaba su pulgar para acariciar su pelito- No me quiero separar nunca de él.

-Si, ya se- se acercaba el de rizos de a poco- ya en una semana tienes que regresar a SHIELD ¿verdad?- debajo de las sabanas jugueteaba los pies subiendo de tanto a lugares llamativos-no quiero que te vayas.

Clint como buen padre viendo las intenciones de su omega susurro- no lo vamos a mover de la cama.

Bruce suspiro- somos buenos padres ¿Qué se le va a hacer?- reían con complicidad, Bruce y Clint en todo el momento de gestación no tuvieron relaciones para que el niño creciera lo más natural posible, además la otra parte de la gestación Bruce estaba en coma. No eran como Stark y Rogers ellos cogían hasta debajo de las piedras, no fue agradable para Bruce entrar al laboratorio y encontrarse a su hermano de ciencia semidesnudo en una mesa de metal. Como tampoco lo era para Clint quien a veces gustaba de acondicionamiento físico, encontrarse el saco de box con algo que estaba seguro no era helado de coco. Los dioses nórdicos los cuales también se les conocía por sus desfogues ya que eran muy ruidosos, no obstante ellos se limitaban a hacerlo en su cuarto.

-Pero, no tenemos que hacerlo en la cama- incorporándose- vamos al baño.

Incorporándose tomados de la mano fueron al baño, con la puerta entre abierta para no perder de vista al pequeño angelito. Con velocidad se quitaban las prendas, el rubio amaba tomar los glúteos de su pareja mientras Bruce no paraba de besarle las orejas, su lengua ágil recorría todo el contorno para terminar con un mordisco en el lóbulo, no se hizo esperar el quejido placentero del rubio

-perdón- Bruce entre jadeos y susurros.

-te perdono, solo- se agacho a la altura del peto y le beso los pezones endurecidos.

-Ay- con el torso de la mano se mordía la boca para no tener que externar su placer- Clint por dios. Cuando menos se había dado cuenta ya le había separado con cuidado le había bajado en la gran tina- hay- Clint, Ay, ay, ¡Ah!- había llegado a su miembro. Fue en ese momento que su esfínter se estaba lubricando sacando una sustancia viscosa- deja de estar jugando y penétrame de una vez.

FrustraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora