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Mi querido perro Black me despertó a lametones.

Mierda. Son las ocho. Dentro de media hora tengo que estar en la oficina y tengo que ducharme, vestirme y conducir los casi veinte kilómetros que separan mi casa de ella.

Me preparo corriendo y conduzco lo más rápido que puedo hasta llegar al trabajo.
Por los pelos llego a tiempo.

Es una mañana más, al igual que todas, saludé a James y a los compañeros que se sientan cerca mía a pesar de que ni siquiera sé bien cómo se llaman.

Debemos ser unos 500 empleados en este enorme edificio, es una locura.

De repente veo que una mujer que desconozco, lleva un vestido negro y va perfectamente peinada. Me sorprende que se acerca a mi.

—¿Es usted la señorita Evans?

Por dentro mía suelto una carcajada. Es la primera vez que me llaman así.

—Sí, soy yo.
—Acompáñeme porfavor, el señor Somerhalder  quiere hablar con usted.

Me sorprende la forma en la que habla.

Al escuchar ese apellido doy un bote de la silla y acompaño a la mujer.

El jefe. El mismísimo señor Somerhalder quiere verme. Por una parte estoy muy feliz porque voy a verle, creo que es realmente guapo y la idea me entusiasma, pero por otra parte me asusto, mi jefe quiere hablar conmigo... ¿y si me echa?

Me tiemblan las piernas mientras sigo a la elegante señora, subimos en ascensor, y caminamos un buen rato. Me fijo en que estamos en la última planta. Veo una puerta negra y entonces caigo en que ese será su despacho. Dios.

—Aquí es.
—Gracias.
—Un consejo, llámele señor Somerhalder.

Ella se va dejándome sola, sola contra el peligro. Me pregunto a mí misma si soy capaz de cruzar esa puerta. Estoy muy nerviosa y muerta de miedo. No tengo otra.

Abro la puerta y me encuentro con un hombre tan atractivo que se me corta la respiración.

Está hablando por teléfono, con una pierna cruzada sobre la otra, al verme entrar deja el teléfono y se sienta bien.

—Señorita Evans. -Agacha la cabeza en forma de saludo.- Siéntese porfavor.

Me siento en una de las sillas frente a su mesa.
Su despacho es enorme y lujoso. Él va perfectamente vestido, con un traje y bien peinado. Su pelo es moreno y tiene ojos de color azul cielo. Es joven y va muy formal vestido.
Estoy tan nerviosa que siento como me tiemblan las piernas en la silla.
No sé que decir, él comienza a hablar y se lo agradezco.

—Tenía ganas de conocerla.
—Pues... aquí me tiene. -Dije como pude.

¿Porque le he dicho eso? Dios, no sé ni lo que digo.
Eso ha sonado sugerente. Me pongo roja al pensarlo.

—Ya veo. -Casi noto una sonrisa en sus labios.- La he llamado para ofrecerle un... ascenso.

¡Un ascenso! Y yo pensando que iba ha echarme.

—¿Un ascenso?
—Verá, mi secretaria ha dimitido, y había pensado que usted podría ocupar su lugar.
—¿Porque yo?
—Bueno, es la mejor empleada que tengo.

Sonrío tímida.

—Pero, yo nunca he sido secretaria.
—Confío en que se le dará bien, lo único que tiene que hacer es acompañarme a todos lados, y hacer lo que le pida. No le pediré nada que no pueda hacer, no se preocupe.

"Acompañarme a todos lados" repito mentalmente. Acepta de una vez, me dice mi subconsciente.

—Mañana tengo un viaje a California, durante tres días, me gustaría que me acompañara. Puede tomárselo cómo un periodo de prueba, y si todo sale bien será mi secretaria.

¿California?
¿Mañana?

—¿Y si no sale bien?
—Entonces continuará con su puesto habitual. Tranquila, mi intención no es despedirla.
—¿Puedo preguntarle algo?
—Por supuesto.
—¿Porque ha dicho que será un ascenso?
—Porque cobrará el doble de lo que cobra ahora.

Abrí los ojos sorprendida y él sonrió.
Es tan guapo... Aunque siento que normalmente no sonríe tanto. Su expresión es seria y formal. Es muy educado y se nota que se toma su trabajo enserio.
Hablando con él siento que hay algo que nos une... una especia de electricidad. El ambiente es muy tenso para mí. Me siento enana en su despacho.

—No puedo obligarla a aceptar, pero lo cierto es que me decepcionaría si no lo hiciera.

¿Que le decepcionaría? Pero si ni siquiera me conoce. Nunca le había visto.
Pienso que quizá está interesado en mí... Le miro y me corrijo. Ya me gustaría.

—Acepto.

Vuelvo a ver una sonrisa bajo sus hoyuelos.
Voy a irme de viaje con este hombre mañana.

—En ese caso, aquí tiene sus billetes, su vuelo sale mañana a las ocho.
—¿No vuelo con usted? -Dijo mientras cojo las entradas.

Me hace una mirada sugerente. Dios.

—No, yo viajo en mi avión privado. Nos veremos en el aeropuerto.
—¿Y si no le veo?

Mi pregunta le divirtió.

—Lo hará.

Pensé en todo lo que se me avecinaba y me puse nerviosa.
Pasó su mirada por todo mi cuerpo. Analizándome.

—Parece intranquila.
—Bueno, señor Somerhalder. Mañana viajaré con usted y ni siquiera sé cómo se llama.

Me mira de forma tierna.

—Ian. Me llamo Ian.

Yo le sonrió en forma de agradecimiento.

—Me alegra que haya aceptado el puesto.
—Gracias por pensar en mí. Para ofrecérmelo -añadí.

Me avergoncé por usar esas palabras, paro de cagarla.

—No hay de qué. Nos vemos mañana.
—Hasta mañana.

Me levanté y al salir y cerrar la puerta de su despacho solté un soplido aliviada.
He sobrevivido, y no sólo eso, me voy de viaje con él. Con mi jefe.

Al llegar a casa preparo la maleta para pasar los próximos días en California.
Llamo a mis padres y a Britt, con quien comento lo sucedido hoy. Ella me asegura que le gusto a Ian pero yo no lo creo. Un hombre así nunca se fijaría en mi. De paso le pido que me acompañe mañana al aeropuerto y acepta enseguida.

Me duermo pensando en que me esperan cinco horas de vuelo, sola.
Le odio por no dejarme viajar con él. Tengo miedo pero estoy decidida. De repente abro los ojos en la cama y recuerdo que voy a ser su secretaria. Ahora tengo aún más miedo.
Agradezco mucho vuestros comentarios, podéis decirme que os parece la novela o cualquier tipo de recomendaciones, estaré respondiéndoos😊 Muchas Gracias❤️

Mi jefe (Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora